El gran Ángel y temido Policía... Buscaba por cada rincón a la terrible ladrona Daniela Calle, quién se había escondido en esa casa abandonada bajo la gran lluvia.
Ángel no le temía a esos grandes pasillos ni a los rayos y truenos causados por la lluvia.
Nada se interpondría entre él y su objetivo: Mamá "Ladrona" Calle.
Calle permanecía en la oficina de la casa... Justo a dos puertas del pequeño, pero valiente policía.
El timbre de la casa sonó y el pequeño se detuvo antes de abrir la puerta donde se ocultaba la ladrona.
Volvió a sonar y el pequeño corrió hasta la puerta de entrada.
-¿Quién? -Preguntó pegando su oreja a la puerta.
-Soy la cotizadora. -Respondió la mujer tras la puerta.
-¿Cotizadora? -Preguntó curioso.
-Sí... La que va a cotizar. ¿Están tus padres contigo?
-No... Estoy siguiendo a Mamá Ladrona. -Respondió muy serio.
-¿Puedo jugar? -Preguntó y el niño lo dudó.
-¿Tú serás policía?
-Si quieres puedo serlo.
-Te quedas... ¡Cuenta hasta diez! -Gritó y salió corriendo por el pasillo.
-Uno, dos, tres... ¡Diez! -Gritó cuando abrió la puerta.
Dejó a un lado el paraguas y se quitó su gabarnida.
-Ya estoy adentro... ¡Un, dos, tres voy por ti! -La cotizadora comenzó a caminar por el pasillo que quedaba justo de frente a ella.
-¡Mamá!... Por ahí viene la policía. -Ángel pasó corriendo por el lado de Calle quien salía de la habitación para buscar a su hijo.
Calle frunció el ceño giró para ver cómo su hijo se escondía donde justo ella lo había hecho.
-¡Policía! Arrestada. -Calle levantó las manos cuando escuchó que la habían arrestado y se giró lentamente.
-¿Valentina? -Calle la miró fijamente mientras recordaba a aquella adolescente.
-Yo te he visto.
-Soy Calle... Daniela Calle.
-Tú.
-Mamá, ¿te atrapó? -El pequeño Ángel se asomó por el costado de Calle sujetando una de sus piernas.
Valentina lo miró fijamente y miró a Calle, par de veces repitió la acción.
-¿Por qué se parece tanto? -A Valentina se le aguaron los ojos y a Calle se le aceleró el corazón.
-Ángel... Ve a esconderte. -El pequeño corrió, pero volvió.
-Señorita... -Valentina se dió media vuelta para encontrarlo con la mano extendida. -Soy Ángel, ¿Y usted?
-Mucho gusto, Ángel. Soy Valentina, pero ahora ve a esconderte antes de que te atrape. -El pequeño asintió y despareció del pasillo.
-¿Cómo has estado?
-Bien... Me ha ido bien. Pude estudiar y ahora trabajo como cotizadora. En una buena compañía.
-Me alegro que hayas progresado.
-¿Por qué se parece tanto? -Valentina volvió a preguntar.
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Fin Que Mereció
FanfictionSegunda parte de: "Cuento que merece un final mejor". Daniela Calle ha tenido una segunda oportunidad en su vida y la ha aprovechado convirtiéndose en una doctora pediátrica. Su hijo Ángel: su adoración. El hilo rojo que volvía a decorar la muñeca d...