Capítulo 14: Quédate hoy

5.5K 352 49
                                    

Bien, esto era una mala idea. No tenía nada que hacer en esta fiesta.

Mis nervios surgieron cuando abrí la puerta del salón.

Mucha gente reunida y muchos pares de ojos en mi dirección.

-Ángel, mejor vámonos de aquí... ¿Ángel? -Miré a mis lados.

Ángel no estaba donde estaba hace un momento.

-¡Buenas noches! No te había visto antes... -Un hombre alto, rubio y con una copa en mano se acercó a mí con una sonrisa.

-Creo que me equivoqué de lugar.

-No lo creo, además no te dejan entrar si no estás en la lista de invitados. -Señaló hacia el sujeto que mantenía la lista en la entrada.

-Cierto...

-Entonces... ¿Eres una nueva socia?

-No, solo conozco a María.

-En ese caso... Mucho gusto, soy José. Soy socio de Garzón desde hace un año. -Extendió su mano y estreché la mía.

-Un gusto José, soy Daniela Calle. Amiga de María desde hace algunos años...

POV POCHÉ

-Sí, sería una buena idea obtener el contrato con ellos. Dejar en claro quiénes son los mejores de los mejores. -Dije muy orgullosa, sabía que mi equipo podía posicionarse como el mejor en poco tiempo.

-Garzón... ¿Tiene un hijo? -Me preguntó mi socio y fruncí el ceño.

-¿Un hijo?

-Tiene un niño a su lado. -Sonreí.

-Ángel, pequeño. Ya llegaste. -Tomó mi mano, estaba parado a mi lado derecho.

-Garzón, me retiro. Iré a dar una vuelta por ahí. Espero hablar en otro momento con usted. -Asentí y sonreí.

-¿Y mamá? -Le pregunté curiosa.

-Por ahí está mamá. Está muy guapa. -Suspiré, cuanto me gustaría ver lo guapa que de seguro estaba.

-¿Tú estás guapo? -Le pregunté.

-Sí, me parezco a ti. Mamá dijo que estoy más guapo que ella, pero no. Mamá sí parece princesa.

-¿Y cómo se ve mamá?

-Lleva una blusa negra de botones, una falda negra más arriba de las rodillas y tenis negros... Muestra mucha pierna. Muchos la miran.

Fruncí el ceño y apreté mi puño libre.

-¿Dónde está mamá?

-Habla con un señor.

-¿Sólo habla?

-Están riendo y ahora mamá ha tomado una copa.

-¿Algo más?

-Caminan hacia una mesa... Él la ha ayudado a sentarse. -Pasaron algunos minutos en los que me comenzaba a poner intranquila. -Poché.

-¿Sí?

-¿Puedo usar tu celular?

-¿Mi celular? Claro, Mini Bestia... -Metí mi mano en el bolsillo derecho de mí blazer y lo saqué. -Ten cuidado, no vayas a marcar a nadie.

-Solo quiero jugar un poquito.

-¿Mamá cómo está?

-Se ve muy guapa, Poché. Mamá está riendo con él.

Fin Que MerecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora