Capítulo 27: Lo que no pudimos

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Íbamos seguras hacia nuestro destino.

Ángel se había quedado a gusto con Pau, Cristina, Mario y Ramón. Kim, Manu y Valentina regresarían con ellos durante el día.

-¿Para dónde vamos?

Definitivamente Poché se había vuelto más impaciente que antes.

-Un lugar. -Respondí sin querer darle detalles.

-¿Por qué tanto misterio?

-Porque es una sorpresa. Las sorpresas son misteriosas.

Entré al recinto de almacenes y me detuve cuando llegué al almacén que tenía en propiedad.

-¿Llegamos?

-Sí. Solo dame un momento.

Tomé el control de la guantera y abrí la puerta.

Sonreí al verlas allí.

Si Poché pudiera ver, su sonrisa resplandecería como nunca.

-Vamos... Cabeza de Jengibre. -Le dije cuando abrí su puerta y la ayudé a bajar.

-¿Ya me dirás dónde estamos? -No respondí y solo la acerqué hasta las motos.

Destapé la primera moto frente a Poché y noté como frunció el ceño.

Tomé sus manos y las puse en los manubrios de la moto.

-Feliz cumpleaños, Cabeza de Jengibre. -Le dije al oído y noté como tanteaba el manubrio lentamente.

-¿Mi... Mi bebé? -Preguntó y una lágrima bajó por su mejilla.

-Tus bebés. Todas están aquí. Todas están casi en las mismas condiciones en las que las dejaste... -La ayudé a sentarse en la moto y sus manos recorrían lentamente cada centímetro de ella. -Las podía dejar en tu casa, pero no podía cuidarlas allí. Las traje aquí y Mario se ha encargado de darles mantenimiento. -Poché extendió su mano hasta agarrar mi brazo y me acercó a ella.

-Creí... creí que estaban echadas a perder.

-No podía dejar que tus bebés se echaran a perder... -Poché me hizo callar cuando llevó una mano a mi barbilla y me acercó a ella.

Me besó haciendo que mis piernas temblaran y mi corazón se acelerara.

-Gracias por todo, Calle. No sé cómo agradecerte que cuidaras mis bebés... Y mi casa.

-No tienes que agradecerme. Lo hice de corazón. Quería cuidar tu escencia.

-Gracias por darme un hijo. Gracias por darme un Angelito.

-Tú también me diste a ese Angelito. -Le dije mientras acariciaba su mejilla.

-No pensé que supieras que era mi cumpleaños.

-¿Cómo olvidar la fecha en la que me atreví a hablarte por primera vez? -Le dije y la besé. -¿Cómo olvidar la fecha en la que la mujer de mi vida nació?

Poché sonrió mientras negaba con la cabeza.

-Mi cumpleaños... Desde que estoy sola y desde que tengo a Máx... Él siempre fue el primero en felicitarme. Luego David y luego Paisa. Ni tan siquiera Angelo sabía, bueno tú sabes mi fecha de cumpleaños y... y tú me has dado el mejor regalo que podría no esperar en mi cumple. Mis bebés y un hijo. -Me abrazo aferrándose a mi cintura y acaricié su cabello.

-No es la única sorpresa. -Comenté y ella se separó. -Tengo una noticia que darte.

-¿Más sorpresas?

Fin Que MerecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora