Capítulo 16: Piscina

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Desperté al sentir a María Laura moviéndose a mi lado.

-¡Buenos días, bebé! -Me dijo rápidamente para luego darme un pico.

-¡Días buenos! -Le respondí mientras me sentaba.

-Iremos a la piscina hoy. Procura no jugar con Ángel a las escondidas. Le puede pasar algo y te aseguro que su padre va a querer vérselas contigo.

Suspiré, recién despertaba y ya estaba advertida de no jugar con mi hijo porque su padre, yo misma, iba a vérmelas conmigo misma si le pasaba algo.

-Lo sé. -Respondí sin ánimos.

Luego de una ducha rápida y batallar con MariLu por cual traje de baño usar, bajamos al área de comida del hotel.

Habían muchos murmullos de personas, platos y cubiertos chocando, un niño en la lejanía llorando y un sin fin de sonidos que taladraban mi cabeza.

-Amor... ¿Ocurre algo? -Preguntó MariLu cuando nos sentamos en la mesa luego de que ella tomara mi desayuno.

-No, nada... Solo que tengo algo de dolor de cabeza. Hay mucho ruido.

-No te preocupes, bebé. Ya verás que te podrás relajar en la piscina. Es desayunar y vamos para allá. -Me dispuse a comer luego de asentir, un peculiar perfume se me hizo llamativo de repente. -¡Upaaa! ¡Buenos días! Chicas y buenos días, guapo. -Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Una pequeña mano se posó sobre mi hombro y luego un pequeño beso en mi cachete.

-¡Buenos días, Angelito! -Sonreí.

-¡Buenos días! ¿Qué comes?

-Un delicioso revortillo con tocineta.

-¿Vamos para la piscina? ¿Irás con nosotros?

-Sí, pequeño. Iré.

-¿Podemos jugar?

-Podemos jugar.

Me quedé callada al escuchar a Calle y a Valentina hablando. Debían estar sentadas en nuestra mesa sin dudar.

-Calle, el hombre de ayer me pidió tu número.

-¡Vale! ¿Se lo diste? -Fruncí el ceño, pero volví a mi desayuno.

-Claro que sí, mujer. De hecho está ahí.

Dejé de comer al escuchar esa última frase.

-¡Buenos días! Veo que les gusta madrugar. Señorita Calle, un gusto verla de nuevo. -Si había alguna nuez cerca, era el momento perfecto para partirla con mis dientes.

-Venga, José. Siéntate con nosotros. -Valentina habló y apreté mis puños.

-Amor, ¿Estás bien? -MariLu puso su mano sobre mi hombro y tuve que relajarme.

-Sí, claro. Lo mismo de hace un rato. -Le respondí con una media sonrisa.

-Bebé, iré al baño para terminar de cambiarme para la piscina. Te quedas quieta aquí, volveré por ti. -Dijo, me dio un beso en la mejilla y se fue.

Escuchaba la animada conversación entre José, Valentina y Bestia. Reían, el tipo podría ser cómico o payaso de quinta.

-Poché, me gusta tu pantalón. -Ángel distrajo mis pensamientos.

-Muchas gracias, pequeño. ¿Cómo estás vestido tú?

-Camisa sin mangas, chanclas y pantalón negro.

Fin Que MerecióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora