Desperté al sentir a María Laura moviéndose a mi lado.
-¡Buenos días, bebé! -Me dijo rápidamente para luego darme un pico.
-¡Días buenos! -Le respondí mientras me sentaba.
-Iremos a la piscina hoy. Procura no jugar con Ángel a las escondidas. Le puede pasar algo y te aseguro que su padre va a querer vérselas contigo.
Suspiré, recién despertaba y ya estaba advertida de no jugar con mi hijo porque su padre, yo misma, iba a vérmelas conmigo misma si le pasaba algo.
-Lo sé. -Respondí sin ánimos.
Luego de una ducha rápida y batallar con MariLu por cual traje de baño usar, bajamos al área de comida del hotel.
Habían muchos murmullos de personas, platos y cubiertos chocando, un niño en la lejanía llorando y un sin fin de sonidos que taladraban mi cabeza.
-Amor... ¿Ocurre algo? -Preguntó MariLu cuando nos sentamos en la mesa luego de que ella tomara mi desayuno.
-No, nada... Solo que tengo algo de dolor de cabeza. Hay mucho ruido.
-No te preocupes, bebé. Ya verás que te podrás relajar en la piscina. Es desayunar y vamos para allá. -Me dispuse a comer luego de asentir, un peculiar perfume se me hizo llamativo de repente. -¡Upaaa! ¡Buenos días! Chicas y buenos días, guapo. -Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Una pequeña mano se posó sobre mi hombro y luego un pequeño beso en mi cachete.
-¡Buenos días, Angelito! -Sonreí.
-¡Buenos días! ¿Qué comes?
-Un delicioso revortillo con tocineta.
-¿Vamos para la piscina? ¿Irás con nosotros?
-Sí, pequeño. Iré.
-¿Podemos jugar?
-Podemos jugar.
Me quedé callada al escuchar a Calle y a Valentina hablando. Debían estar sentadas en nuestra mesa sin dudar.
-Calle, el hombre de ayer me pidió tu número.
-¡Vale! ¿Se lo diste? -Fruncí el ceño, pero volví a mi desayuno.
-Claro que sí, mujer. De hecho está ahí.
Dejé de comer al escuchar esa última frase.
-¡Buenos días! Veo que les gusta madrugar. Señorita Calle, un gusto verla de nuevo. -Si había alguna nuez cerca, era el momento perfecto para partirla con mis dientes.
-Venga, José. Siéntate con nosotros. -Valentina habló y apreté mis puños.
-Amor, ¿Estás bien? -MariLu puso su mano sobre mi hombro y tuve que relajarme.
-Sí, claro. Lo mismo de hace un rato. -Le respondí con una media sonrisa.
-Bebé, iré al baño para terminar de cambiarme para la piscina. Te quedas quieta aquí, volveré por ti. -Dijo, me dio un beso en la mejilla y se fue.
Escuchaba la animada conversación entre José, Valentina y Bestia. Reían, el tipo podría ser cómico o payaso de quinta.
-Poché, me gusta tu pantalón. -Ángel distrajo mis pensamientos.
-Muchas gracias, pequeño. ¿Cómo estás vestido tú?
-Camisa sin mangas, chanclas y pantalón negro.
ESTÁS LEYENDO
Fin Que Mereció
FanficSegunda parte de: "Cuento que merece un final mejor". Daniela Calle ha tenido una segunda oportunidad en su vida y la ha aprovechado convirtiéndose en una doctora pediátrica. Su hijo Ángel: su adoración. El hilo rojo que volvía a decorar la muñeca d...