La vida tenía ciertos giros repentinos, que afectaban más a unos que a otros. Se podría llamar destino, podría ser algún dios interviniendo para tirar los dados y cambiar el resultado a su conveniencia.Natasha Romanoff aún no asimilaba no haber cumplido con su destino; porque era el suyo, no el de Clint, lanzarse al vacío para sacrificarse y obtener la gema del alma.
Ahora su familia estaba incompleta y rota. Los niños crecerían sin un padre y Laura aunque fuera una mujer muy fuerte, jamás se recuperaría de la pérdida del amor de su vida. Ya no había forma de regresar y repararlo todo.
Por ello debía vivir la vida como nunca antes se permitió, honrando la memoria de su amigo, consiguiendo la vida que él siempre le recordaba merecer, siendo feliz.
En otro de los giros en la historia, Natasha había decidido que nunca más estaría sola; por eso estaba en esa camilla, viendo hacia el techo del quirófano... esperando que la Doctora Cho pudiera hacer un milagro con ella. Esta vez tendría fe, daría todo de ella para hacer las cosas bien.
Tal vez no había nadie sosteniendo su mano, susurrando palabras de aliento en su oído. Pero no lo necesitaba... ella estaría bien y si el destino lo quería, algún día tendría alguien a su lado a quien amar incondicionalmente.
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Incondicional
Romance❋❋❋COMPLETA❋❋❋ Cuando los 40 tocaban a la puerta de Natasha Romanoff, supo que era el momento para ser madre... y su mejor amigo estaba dispuesto a ayudarle, incluso en el primer paso del proceso: Crear a la criatura.