Incondicional

«Capitulo 23»

EXTRAS

—¡Peter! ¿No nos presentas?— Preguntó el mayor, analizando de arriba hacia abajo a la chica que acompañaba al chico araña. Decidió que le agradaba, parecía amigable.

—Señor Stark, si, si...—El muchacho lo vió nervioso y comenzó con las introducciones— Michelle Jones, Señor Stark.

—Es un gusto conocerlo, Señor Stark... Peter me ha hablado mucho de usted, es una persona admirable.

—En realidad no tanto, solo... de vez en cuando—Agregó Peter nervioso.

—Es un gusto conocerte también, Michelle... es bueno ver a nuestra pequeña araña convertirse en un hombre, trayendo a su primer novia a conocer a su familia. Oh, te platicaré muchas cosas que pondrán de colores a Peter... que clase de tío adoptivo sería, si no lo avergonzara, ¿Cierto?.

—Creo que yo también tengo algunos aportes, Señor Stark.—Agregó la morena con una sonrisa maliciosa.

—Oh, llámame Tony—Le dijo, ofreciéndole el brazo para moverse del lugar— Te llevaré a probar el pastel más delicioso que has probado en tu vida. ¿Te gusta el red velvet?

Peter sintió que estaba en aprietos. Aprietos reales. Pero se dedicó a seguir a su novia y al señor Stark por todo el lugar, intentando escuchar lo que hablaban sobre el.

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Rocket estaba muy incomodo, rascándose por doquier. Ese traje le estaba matando, por muy caro que fuera, le estaba provocando roña o algo.

—Hey Rocket! Luces muy guapo esta noche—Escuchó decir a la novia, que se acercaba a él.

—Gracias, Roja. Pero yo soy guapo los 365 días del año, me bañe o no.

—¿Por qué no estás bailando?.

—Esto es incómodo— dijo tallándose el cuello.

—Si te quitas el saco y el moño quizá te sientas mejor.

—Ni hablar, Pepper esta rondando por ahí. No quiero que me convierta en bolso. Según Stark, lo haría sin pestañear.

—Creo que Tony te estaba tomando el pelo... pero entonces hagamos otra cosa— Natasha llamó a uno de los meseros, que cargaba copas de champagne. Tomó dos para dárselas al mapache y se quedó ella con otras dos— Si no podemos evitarlo, podemos olvidarlo... una tras otra, amigo.

La vió beber una copa de un trago, seguida por la restante. Rocket la imitó, levantando las copas vacías en el aire.

—Definitivamente eres mi humana favorita, después del señor de los perritos calientes de Times Square. El del camión con forma de perrito caliente.

—Me ofendería, si no lo conociera. Maldita sea, son buenos.

—Si...

—Sería genial si alguien los hubiera contratado para los snacks de media noche, ¿Verdad?.

—No, no lo hiciste...— dijo emocionado, con la pata en la boca.

—Bueno, realmente fue idea de Tony, el siempre sabe cómo darle el levante a las fiestas.

—Creo que ya lo amo. Necesito un Tony Stark en mi vida.

—Cuidado con lo que deseas.

—Puedo intercambiar a Drax y Quill por el.. ¿Crees que Pepper estaría interesada?

—No lo sé, pero si le preguntas quizá si termines convertido en bolso. Pero serías un bolso caro, de diseñador.

—Mmm, no. Me gusta estar en una pieza.

—O tal vez serías un bonito backpack para Morgan— Natasha rió al ver el rostro del mapache mientras hacía muecas.

—Creo que buscaré al señor de los perritos calientes, me doy cuenta que merece el primer lugar más de lo que pensaba— El mapache rodó los ojos y se alejó buscando el tentempié de media noche.

—¿Me concedería esta pieza?—Steve susurró en su oído, envolviéndola por la espalda en un abrazo. La he buscado un largo rato, Señora Rogers...

—Fui a ver a los niños, creo que están agotados después de este largo día.

Natasha se giró en medio del abrazo para quedar frente a frente con Steve y ser guiada al centro de la pista de baile, donde los demás bailaban una melodía lenta.

—¿Y tú? ¿Estás cansada?.

—En absoluto, me siento perfecta... aunque no me molestaría pasar directo a la noche de bodas.

—Estoy deseando subirte sobre mi hombro y llevarte hasta nuestra habitación...

—¿Qué lo detiene, Señor Rogers?

—¿Que me detiene?—Se preguntó a si mismo en voz alta, luego revisó en su reloj— Nada, ya pasan de las 2 y es hora de reclamar las atenciones de mi mujer.

—No tengo ninguna objeción, vamos...

Natasha caminó de la mano de Steve hasta llegar a la mesa y recoger su teléfono y el ramillete que había olvidado por completo.

—¿Puedo?— Preguntó Steve viendo las flores en sus manos.

—Claro, será la primera vez que el novio arroje el ramo... esta noche tenía que terminar con algo fuera de lo ordinario— Natasha rió y le entregó a Steve su ramo. Éste parecía buscar algo entre todos los que bailaban en la pista.

—¡Stark!—Gritó el rubio, llamando la atención del castaño que bailaba con Pepper. Como si se tratara de un balón de americano, lanzó el ramo bajo la mirada curiosa de todos. Stark recibió el pase y vió extrañado el proyectil, pero entendió el mensaje.

Tony entregó el ramo a Pepper y guiñó un ojo a los novios, al otro lado de la pista.

—Ya que la liga no será necesaria... tendrás que sacarla con los dientes— Siseo la pelirroja en el oído de su esposo.

—No sería de otra forma, Cariño.

Steve tomó en sus brazos a Nat, al estilo nupcial y abandonó el área de la fiesta, bajo los vitoreos y chiflidos de sus amigos. 

No podía esperar por terminar la noche en los brazos de su esposa.

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Tenía estos pequeños momentos de la boda escritos y aunque ya pasó tiempo, prefiero publicarlos como material extra... pues en el próximo ya estaremos en San Valentín (si, al final me salté algunas cosas en el calendario 😂).