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Natasha sintió que la sangre se fue hasta sus pies, al ver a Clint junto a ella. Se levantó como si hubiese sido expulsada de la cama con una descarga eléctrica y se alejó lo más posible de él.
Barton intentó acercarse para envolverla en un abrazo y tranquilizarla, pero solo se ganó una fuerte bofetada que solo le hizo querer estrecharla entre sus brazos aún más.
—Nat...
—No me toques.
Lo vió una última vez y salió a toda velocidad de la casa. Todos en la sala la vieron salir espantada, pero Steve se levantó para seguirla, asegurándoles que todo estaría bien.
Antes de salir, la mano de Clint lo detuvo. Con un ademán le pidió la oportunidad de ir él.
Caminó entre los árboles buscando a su amiga pelirroja y después de un buen rato la encontró sentada sobre un leño viejo, solo viendo hacia las estrellas. El castaño se quitó su abrigo y lo puso sobre los hombros de Natasha antes de que ésta huyera nuevamente.
—Debes estar congelándote, deberíamos volver y hablar.
—¿Por qué lo hiciste?.
Clint sabía exactamente a lo que se refería, y pensó durante un par de minutos cómo explicarse.
—Lo merecía Nat, hice muchas cosas mal... y sabía que tenía que hacerlo para redimirme.
—Yo no tenía nada, Clint... era mi deber hacerlo. Tú dejaste sola a Laura, con los niños. No debiste.
—No me arrepiento ni un poco, Nat. Ahora tienes una familia, la vida que siempre mereciste...
—Y aún así, un momento dudé de todo. Pero como siempre, tú me hiciste despertar.
—Siempre estaré para ti, Nat... donde sea que esté. Y se exactamente a qué te refieres, también te vi... aunque pensé que era un sueño.
—Fue difícil todo sin ti.
—Y aún así, lograste mucho en estos meses... estoy muy orgulloso de ti. Se que eres una excelente mamá y por la cara de Steve, se que también es muy feliz gracias a ti.
—¿Él sabía esto? ¿Qué estabas de vuelta?.
Clint asintió.
—Él lo hizo posible, sabía lo importantes que somos el uno para el otro... espero no lo golpees mucho por esconderlo, pero quería sorprenderte.
—Creo que lo amo aún más—Dijo sinceramente.
—Igual no se libró de una buena charla... si se atreve a hacerte llorar aunque sea un poco, no me molestará poner una flecha en su frente.
—Entonces puedes empezar por poner una flecha en tu trasero. Te eché mucho de menos.
Nat se refugió en el pecho de Clint, que la abrazó hasta que no hubieron más lágrimas por derramar por parte de ambos.
—¿Podemos entrar? No se tú, pero siento mi trasero congelado— sacó un pañuelo del bolsillo de su abrigo y se lo tendió a Natasha para que secara su rostro.
—No siento mis extremidades.
Ambos rieron y se reincorporaron para ir de vuelta a la casa abrazados, hablando sobre los trillizos y todas las gracias que hacían a su corta edad.
En la entrada estaba Steve esperando, sosteniendo el abrigo de Nat, preocupado al ver que había salido sin cubrirse apropiadamente. Cuando lo alcanzaron Clint y la pelirroja, ésta le regresó el abrigo a su amigo para que entrara y fuera recibido por todos.
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Incondicional
Romance❋❋❋COMPLETA❋❋❋ Cuando los 40 tocaban a la puerta de Natasha Romanoff, supo que era el momento para ser madre... y su mejor amigo estaba dispuesto a ayudarle, incluso en el primer paso del proceso: Crear a la criatura.