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Tres pequeñitos estaban recostados en la cama de sus padres viendo cómo los adultos se movían de un lugar a otro, cambiándose, peinándose y ordenando las cosas dentro de la pañalera para poder salir a casa del tío Tony.
—¿Tienes todo, Cariño?— Preguntó Steve, que estaba muy entretenido con su teléfono.
Esto a la pelirroja le parecía extraño, hacia días que gran parte de su atención la tenía donde ese pequeño aparato sobre sus manos. Intentaba no parecer paranoica, pero una idea se había comenzado a formar en su cabeza y aunque sabía que era absurdo, que Steve no sería capaz... aún así no podía entender porque le sonreía tanto al teléfono. Sacudió su cabeza y siguió con su tarea.
—Si, ya repase varias veces la lista y solo faltan sus abrigos y mantas.
—Casi estamos listos— dijo el rubio, acercándose a Natasha.
—¿Falta algo?.
—Si, que te diga lo hermosa que luces hoy, Cariño... eres la mujer más bella de todo el universo— Steve se acercó para tomar el costado de su rostro con la palma de su mano y con la otra acarició la cintura de la pelirroja. La besó hasta que unos balbuceos los interrumpieron. Ambos rieron y vieron a los tres niños moviéndose enérgicamente.
—Creo que alguien está impaciente por ir a la fiesta.
—llegó la hora, dejaré las cosas de los niños en el maletero mientras los abrigas... y en unos minutos vuelvo para llevarlos a la camioneta.
Steve salió de la habitación cargando con todo lo necesario para mantener alimentados, secos y contentos a sus tres hijos. Ordenó todo en la parte trasera del vehículo y aseguró la puerta.
Al volver a la habitación principal, se encontró con todos listos esperando para salir. Era gracioso ver a los pequeños con sus abriguitos, casi no podían moverse y lucían como muñecos de nieve. Todos estaban en sus sillitas para el coche, ya asegurados y con un juguete en mano para entretenerse en el camino. Era su primer salida oficial y Natasha comenzaba a ponerse nerviosa... era muy evidente.
Steve se colocó su abrigo y después tomó dos de las sillas, mientras la pelirroja cargaba la tercera. Las aseguraron al asiento trasero y salieron con rumbo a la casa de los Stark.
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—¡A un lado, déjenme cargar a mi ahijado!— Gritó Tony, abriéndose paso entre todo el grupo que rodeaba a los recién llegados y desabrochó los seguros de la silla de Lex para tomarlo en sus brazos— Aquí está mi campeón... vamos con tu prima Morgan, está impaciente por jugar contigo.
Steve se quedó en medio de todos con ambas de sus hijas aún sentadas en sus sillas, estirando los brazos para intentar alcanzar las caras de los adultos divertidos frente a ellas.
Wanda y Sam alcanzaron a sus ahijadas y un momento después los padres se encontraban solos en el pasillo de la entrada; Steve comenzaba a pensar que solo era el medio para llevar los niños a sus amigos. Barnes se acercó para tenderle una cerveza y ayudar a su amigo y a Nat con las cosas de los trillizos.
El hogar de Stark estaba repleto, Tony había hecho del día de gracias una verdadera fiesta en la que todos sus amigos estaban presentes, incluso Carol y los guardianes se habían tomado el tiempo para celebrar con sus amigos terrícolas.
Pepper se acercó a Natasha para acompañarla hasta la estancia principal y tener una conversación lo más privada que se pudiera, contando con que tenían casa llena.
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Incondicional
Romance❋❋❋COMPLETA❋❋❋ Cuando los 40 tocaban a la puerta de Natasha Romanoff, supo que era el momento para ser madre... y su mejor amigo estaba dispuesto a ayudarle, incluso en el primer paso del proceso: Crear a la criatura.