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La sonrisa de Natasha se borró, para dar paso a una mueca de preocupación; aunque sintió su corazón llenarse de aprecio por el acto desinteresado de su amigo. Él siempre cuidaba de ella, pero simplemente era demasiado que sacrificara de esa forma.
—No, Steve...—le tomó por el antebrazo— Jamás te pediría hacer algo así, no te sientas comprometido.
—Tu harías lo mismo por mi, si estuviéramos en el lugar del otro.
—No te dejaré hacerlo. Tienes un futuro brillante, aunque seas un bobo y no quieras aceptarlo... un día conocerás a una chica a la que quieras darle todo y no creo que quieras ser de los que tienen hijos fuera del matrimonio— Aclaró— Es muy lindo de tu parte que quieras ayudarme con esto... pero prefiero guardar el favor para cuando necesite ayuda con los pañales sucios.
Steve hizo una mueca extraña al escuchar lo último, pero tomó la mano de Nat, con decisión.
—Creo que me conoces lo suficiente para saber que todo eso no está a mi alcance, eso se quedó en el pasado— suspiró y sonrió a la pelirroja— Además, no me molestaría ser padre... que mejor que compartirlo con mi mejor amiga.
—Quieres ser parte de esto?.
Steve asintió.
—¿Hablamos de hacerlo o de la crianza?—preguntó aún más confundida.
—De todo, compartiríamos responsabilidades también... no te dejaría cargar con todo tú sola.
Al escuchar esas palabras, de repente sintió su boca secarse. Él se sentía fuera de lugar también, no encontraba su lugar en el mundo; Tal como Natasha sentía, estaba cerca de las personas que quería, pero no formaba parte de la vida de nadie. Había ido por la vida pensando que era la mejor forma de vivir, así no se aferraría a nada, que luego perdería. Y luego estaba Steve, que quería ser parte de su pequeño mundo y del de su futuro hijo... sintió miedo de dejarle entrar a una faceta de su vida que ni ella misma sabía cómo sería.
—No lo sé, Steve... esto puede ponerse raro.
—¿A que te refieres?.
—No, nada... olvídalo.
—¿Entonces aceptas?.
La mirada de anhelo de su amigo le disolvió todas las dudas. ¿Qué niño no querría tener la figura paterna de un hombre tan íntegro como Steve Rogers? Él era el perfecto prototipo del hombre ideal y estaría orgullosa de compartir algo tan importante como lo era ser padres, con su mejor amigo.
—Tendremos que lidiar toda la vida con las burlas de Tony, ¿Entiendes eso?—sentenció.
—Él es lo que menos me preocupa ahora— suspiró— ¿Cuál es el plan? ¿Cómo empezamos con esto?.
—Bien, primero lo primero...— Dejó de lado el catálogo y puso el brazo sobre el respaldo del sofá, para sostener su cabeza con la mano y ver a los ojos al soldado— ¿Cómo quieres hacerlo? ¿Al natural o usaremos el vasito?.
Cuando vió a Rogers con la cara más roja que su cabello, Natasha soltó una sonora carcajada, que de seguro resonó por todo el edificio.
—Tranquilo, era una broma... A esto me refiero, no creo que aguantes la presión, Rogers— dudó.
—Si te estoy dando mi palabra, es porque lo haré, Natasha— aclaró dolido— Haré lo que tenga que hacer, de la forma que quieras hacerlo.
—Gracias Steve, pero no te preocupes... luego acudiremos a la clínica y un médico te explicará el procedimiento, no es nada que no hayas hecho antes— terminó no muy convencida de sus últimas palabras, el era un caballero y dudaba que el fuera de esos hombres muy... autocomplacientes. O bueno, al menos no lo imaginaba así.
—Puedes contar conmigo, Nat... eso nunca lo dudes.
—Gracias Steve, significa mucho para mí— Agradeció al rubio, ofreciéndole la mano—Entonces esto es un trato.
—Trato hecho— tomó la mano de la chica y la estrechó, cerrando el acuerdo. En algunos meses compartirían un bebé, por más raro que sonara.
—¿Qué están haciendo?— preguntó Tony, que llegó a la sala mordiendo una manzana.
—Hacíamos una apuesta— Respondió Natasha— sobre quién te patea el trasero y te deja babeando sobre la lona en menos tiempo.
—Tan graciosa, pequeña araña panteonera.
—Como siempre...— Sonrió la rusa con suficiencia.
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Cabe mencionar que Clint se sacrificó para obtener la gema del alma y Banner fue quien usó el guante de Thanos para recuperar a todos los que habían desaparecido. Ningún Tony o Natasha fueron heridos en esta historia...
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Incondicional
Romance❋❋❋COMPLETA❋❋❋ Cuando los 40 tocaban a la puerta de Natasha Romanoff, supo que era el momento para ser madre... y su mejor amigo estaba dispuesto a ayudarle, incluso en el primer paso del proceso: Crear a la criatura.