capítulo 3

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Horas de viaje dónde sus nervios crecieron, no conocía a nadie más que su nana, su padre y a su hermana.

¿que tal si no le agradaba a la hija de Olivia?

¿o si revelaba su mal?

Olivia le sonrió reconfortandola, el carruaje se detuvo y con el los nervios de Roxelana aumentaron, Olivia sostuvo su mano dándole su apoyo y bajaron del  carruaje.

Al fondo se miraba una pequeña casa y un pequeño pero hermoso jardín, de la casa salió una pequeña niña castaña quién gritó el nombre de su madre.

Al ver el momento entre madre e hija su corazón se rompió, deseaba que su madre fuera así, deseaba saber como era su rostro.

¿se parecería a ella?

¿alguna vez la amo?




Esa y más preguntas rondaban en su pequeña cabeza, quería saber lo que era el amor de una madre y lamentablemente nunca lo sabría.

—Princesa Roxelana, ella es Elsie, mi hija—la pequeña niña hizo una torpe reverencia y luego la abrazo.

—Sus ojos son hermosos princesa—dijo la pequeña. Roxelana miró a Olivia y ella asintió.

—Gracias, sólo dime Roxelana—sonrió tímida.

—¿Puedo decirte Lana?—la pequeña sonrió—vamos a jugar—dijo emocionada Elsie y Roxelana miró a Olivia quién asintió.







Cinco años después y con diez años Roxelana era feliz, en lo que cabía, su padre y hermana fueron pocas veces, sabía por Astrid que su madre y hermanas no la mencionaban, y eso la ponía triste.

Pero gracias a Olivia y a Elsie se sentía feliz y amada. Se sentía parte de su família y sentía que pertenecía ahí.

—Lana, el es Archer, mi mejor amigo—sonrió Elsie, Roxelana la miró y luego al chico quien sonrió emocionado.

—Elsie ha hablado mucho de ti, y si no  soy imprudente, tienes unos ojos hermosos  —la pelirroja asintió con una pequeña sonrisa.

—Gracias —sonrió y pasaron el día entre juegos y pláticas.

Roxelana amaba su vida lejos del palacio y amaba tener amigos, una pequeña família.

Se sentía parte de algo, a Olivia la consideraba su madre y viceversa.






En el Palacio los gritos de la reina alertaron a sus damas, estaba en una reunión con su esposo, lo que el le había dicho la hizo ponerse furiosa.

En el Palacio los gritos de la reina alertaron a sus damas, estaba en una reunión con su esposo, lo que el le había dicho la hizo ponerse furiosa

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—No lo puedo creer, comprometiste a ese monstruo y no a la heredera al trono—alzó la voz.

—Que te quede muy claro, ese monstruo es mi hija,yo soy tu rey y si quiero que ella se case lo hará, no siempre viviré y no la dejaré desprotegida, no cuándo tiene una madre tan despreciable—le gritó

—No me hables así, sabes bien que Anwen se tiene que casar, tienes que buscar un buen futuro rey y tu, tu le diste al príncipe heredero de Francia a la niña maldita—el eco de la cachetada que le dio el rey a su esposa se hizo presente.

—Te puedo perdonar todo, pero jamás, escuchame bien, jamás dejaré que hables así de mi hija, Hazte a la idea de que Roxelana se va a casar con el príncipe de Francia, Anwen se casará con el príncipe de España y punto—la rubia miró con odio a su es...

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—Te puedo perdonar todo, pero jamás, escuchame bien, jamás dejaré que hables así de mi hija, Hazte a la idea de que Roxelana se va a casar con el príncipe de Francia, Anwen se casará con el príncipe de España y punto—la rubia miró con odio a su esposo y salió de ahí dando un portaso.









—Te puedo perdonar todo, pero jamás, escuchame bien, jamás dejaré que hables así de mi hija, Hazte a la idea de que Roxelana se va a casar con el príncipe de Francia, Anwen se casará con el príncipe de España y punto—la rubia miró con odio a su es...

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—Madre—dijo una rubia.

—¿Que quieres Anwen?—dijo la reina de mal humor.

—¿Que paso? ¿no se va a llevar acabó mi boda con el príncipe de Francia?

—No, tu padre le ha dado la mano de esa niña—bufo—pero descuida, haré hasta lo imposible por que tu te cases con ese príncipe.


Del odio al amor hay un sólo paso, pero el amor que la reina le tenía a Roxelana no existía y estaba lejos de ella.














Del odio al amor hay un sólo paso, pero el amor que la reina le tenía a Roxelana no existía y estaba lejos de ella

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