capítulo 18

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Los días siguiente Roxelana se mantuvo alejada de el príncipe y de su madre, Elsie, sus hermanas  y cuñadas se mantuvieron con ella sin saber lo que había pasado días antes.

La joven estaba siendo arreglada para la boda, Olivia le daba consejos para la noche mientras que sus hermanas reían a su lado al pensar en lo que decía la mujer.

—Sonríe, hoy es tu día —dijo Olivia—hoy eres sólo tu.

—Nos iremos a otro Palacio en dos semanas, lo estan remodelando—susurró.

—Si, y yo iré con ustedes—dijo Olivia—¿Philip está afuera?

—Si, Anwen y nuestra madre están en la Iglesia—Roxelana  asintió, se vio al  espejo y sonrió con tristeza, al salir tomo el brazo de su cuñado que a petición de ella la entregaría al altar.

—Tu padre estaría muy feliz de verte así —dijo el brindandole una sonrisa, ella sintió las lágrimas asomarse—no llores, el no querría eso.

—¿Te llevarás a mi madre pronto?—dijo subiendo al carruaje.

—¿Te hizo algo verdad? Perdiste esa sonrisa, procure irnos pronto, Anwen está embarazada y no queremos estar lejos.

—¿Cuándo iban a decirme?—sonrió

—Se me había olvidado—pasaron platicando hasta llegar a la Iglesia, el bajo primero y le tendió su mano para bajar.

Roxelana se sintió pequeña al ver al monton de pobladores y nobles esperando a su llegada,  todos comenzaron a desearle un feliz matrimonio.

Al avanzar más sus manos comenzaron a sudar y el agarre al rey Philip se hizo más fuerte. Al llegar frente a Cedric lo vio sonreír grandemente mientras ella solo le dio una mirada y luego se colocó en su lugar.

En toda la ceremonia el príncipe trato de llamar su atención pero ella sólo lo ignoraba,  eso fue hasta que les toco dar el si y luego el beso para sellar la Unión, Roxelana sintió los labios del príncipe buscarla con desesperación, ella lo siguió con calma y luego se alejo para ver a sus invitados.

Salieron entre aplausos y buenos deseos hasta el carruaje, Roxelana suspiró al ver  que estaban solos y solo rezo para llegar rápido al carruaje.

Salieron entre aplausos y buenos deseos hasta el carruaje, Roxelana suspiró al ver  que estaban solos y solo rezo para llegar rápido al carruaje

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—Roxelana —llamo el príncipe, ella lo miró luego de ignorarlo toda la ceremonia—¿pasa algo malo?

—No —respondió borde

—A mi me parece que si, ¿te ofendi? ¿O hice algo malo?—tomo su mano y ella las alejo despacio.

—No, no ha hecho nada—susurró regresando su vista a la ventana, el suspiró frustrado y sintieron el carruaje detenerse, el bajo y le tendió la mano a su esposa.

Al llegar fueron directo al salón dónde sus invitados los esperaban ansiosos, entraron entre aplausos y saludos de nobles y reyes de otros países,  Roxelana se alejo de Cedric y fue con sus hermanas.

—Te ves triste ¿que pasa? Se supone que es tu  día —dijo Astrid.

—Acompañame a otro lado—salieron despacio y sin ser  vistas—no nos habíamos casado cuándo el ya tenía una concubina—susurró—creí que le gustaba o que iba a respetarme.

—¿Quién fue?

—Lady Julianne —la miró y Astrid rodó los ojos— era obvio que ella, es más hermosa y no es un fenómeno, quién querría a la niña maldita.

—No digas eso, jamás, eres muchísimo más hermosa que ella y sobre todo eres buena persona—la abrazo y limpió sus lágrimas —¿lo amas?

—Creo que si—susurró

—Se irán pronto y ella ya no estará en su camino—le sonrió—todo estará  bien, ahora vamos.

—Ve tu, me tomaré un momento para que no se noten las lágrimas—Astrid salió de ahí y Roxelana se recargo en la ventana y luego de algunos minutos su paz fue interrumpida.


—La niña maldita está aquí—dijo  Julianne—lástima que tu matrimonio solo sea una cortina para ocultar que nadie te quiere,¿ creiste que Cedric te iba a querer? ¿no te has visto a caso?—Roxelana la miró con los ojos llenos de dolor y lágrimas— Va a...

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—La niña maldita está aquí—dijo  Julianne—lástima que tu matrimonio solo sea una cortina para ocultar que nadie te quiere,¿ creiste que Cedric te iba a querer? ¿no te has visto a caso?—Roxelana la miró con los ojos llenos de dolor y lágrimas— Va a aceptame como concubina y le daré un heredero.

—Uno bastardo—escupió

—Bastardo o no, el me ama a mi, tu no eres nada para el, te quitaré esa bonita corona y yo seré la reina tu serás enviada lejos y morirás sola, repudiada  por todos.— río al ver sus lágrimas salir y se dio media vuelta para salir dejando a Roxelana con el corazón roto.







— río al ver sus lágrimas salir y se dio media vuelta para salir dejando a Roxelana con el corazón roto

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—¿Han visto a Roxelana?—dijo Cedric acercándose a sus cuñadas.

—Ahí viene —dijo Lizbeth señalando a la joven, Roxelana les dio una corta sonrisa y luego miró a Cedric.

—¿Nos retiramos?—ella suspiró con pesadez y asintió, quería irse si o si, aún que fuera con el.












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