Al llegar a la capital una gran multitud la esperaba, nerviosa limpió sus manos sudorosas en la falda de su vestido Celeste y bajo luego de que Archer le tendió la mano.
Todos comenzaron a aplaudir y a gritar el nombre de la futura reina, una mujer de cabello negro y ojos azules se acercó a Roxelana detrás de ella Olivia venía sonriendo.
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—Eres tan hermosa a como tu padre me dijo—dijo la mujer y Roxelana hizo una corta reverencia —Soy la reina Ruth querida rosa.
—Un gusto mi señora—sonrió tímida.
—El rey y mi hijo te esperan adentro—ella asintió y siguió a la imponente mujer.
Tras pasar varios pasillos y múltiples reverencias llegaron hasta una enorme sala, de fondo se miraba a un anciano rey de Francia y a un joven príncipe, a su lado izquierdo dos jóvenes idénticas sonreían sin parar.
—Rey Luis—dijo Roxelana haciendo una profunda reverencia, alzó un poco su vista y vio al príncipe quién ni siquiera la miró.
—Tú padre nos envió un retrato tuyo hecho por el mismo, no te hizo justicia, eres mucho más hermosa en persona—dijo sonriendo el anciano y se acercó a Roxelana para darle un abrazo— bienvenida a tu nuevo hogar.
—Muchas gracias —sonrió ella viéndo a las gemelas.
—Ellas son las princesas Catherine y Sophia, y el, el príncipe Cedric—dijo la reina, ella se acercó a ambas jóvenes y está la abrazaron sorprendiendo la. El príncipe se acercó y tomo su mano para besarla.
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—Un gusto al fin conocerla—dijo el serio.
—Ven, te llevaremos a tus aposentos temporarios—dijo una de las gemelas—yo soy Sophia y ella Catherine para que no te cofundas—dijo con mucha emoción la castaña, la pelinegra sonrió y la guió hasta la segunda planta.
—Debes de estar muy cansada—dijo Catherine
—Si, pero antes quisiera ver a mi madre—ambas jóvenes se vieron entre si.
—Todas tus damas están adentro—dijo Sophia y la dejaron en sus nuevos aposentos, en ellos estaban Rose, Alicia, Elsie y Olivia.
—Al fin estás aquí —dijo Olivia—las extrañe.
—Nosotras también Lady Elena fue una gran compañía —sonrió Roxelana y todas se pusieron a ordenar sus aposentos.
Horas después Roxelana charlaba con Olivia sobre los preparativos de la boda, una estaba más emocionada que la otra.
—Estarás bien—sonrió Olivia—encontrarás tu camino y serás buena reina
—No fui educada para serlo —negó
—Claro que si, sabes cuatro idiomas, eres amable, comprensible, no te dejas engañar por el mal y sobre todo, yo te eduque para que fueras alguien de bien—la arropo—serás grande, serás recordada, como la última Rosa.
Roxelana le sonrió a su madre y está beso su frente para luego salir, al quedarse sola ella miró hacía la ventana que poseían sus aposentos, miró las estrellas y pensó en los años en los que estuvo en el campo junto a Olivia, Elsie y Archer.
Si tan solo todo fuera así de nuevo...
Al siguiente día Roxelana fue levantada por Rose, Alicia la esperaba en la habitación de al lado para bañarla y prepararla para el desayuno con la família de su futuro esposo.
—¿Cuál usará?—dijo Rose enseñándole un vestido rosado y uno celeste.
—El celeste hace que sus ojos brillen más —dijo Alicia tallando su espalda. Roxelana asintió de acuerdo y salió de la tina para ser vestida por sus damas.
Al llegar a la mesa las gemelas Catherine y Sophia la recibieron con unas enormes sonrisas, le indicaron dónde sería su lugar momentáneo.
—Cuándo tu y mi hermano sean coronados, se sentarán ahí —señalo los lugares Catherine.
—¿El rey no bajará?—ambas gemelas suspiraron.
—Nuestro padre está muriendo Roxelana y el y nuestra madre desayunan juntos en sus aposentos—dijo triste Sophia.
—Lo siento, se lo difícil que es eso—dijo ella recordando los últimos minutos de su padre.
Luego de minutos el príncipe Cedric bajó y se colocó al lado de Roxelana, estos sólo se saludaron y comenzaron a desayunar en completo silencio.
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—Mamá ha ordenado que tu y Roxelana pasen el día juntos—dijo Catherine dejando su tenedor—para que se conozcan —Roxelana miró a Catherine con una mueca y luego dejo su plato de lado en espera a que el hablará.
—Claro —murmuró el poniéndose de pié y le tendió la mano a la castaña que la agarró con nerviosismo.
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