La segunda canción terminó y la joven se despidió de Philip para ir en busca de su esposo, extrañada pregunto por el en todos lados pero el no estaba.
—Ve a buscarlo a sus aposentos—dijo Lizbeth.
—Cierto —murmuró despidiéndose de su hermana y llego hasta sus aposentos, su esposo estaba de espaldas a la chimenea.
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—¿Está todo bien?—se acercó a el.
—No —dijo simplemente, Roxelana lo miró llorar y se acercó alarmada a el.
—¿Que ha pasado? —tomó su mano
—El se ha ido— ella lo comprendió, lo abrazó para reconfortarlo.
—El se ha ido a descansar —dijo despacio—ya no sufre más
—Hubiera querido que viera nacer a mis hijos —susurró —a nombrarlos y a enseñarles lo bueno de la vida.
—Lo siento tanto —susurró y lo abrazo de nuevo—ve a descansar, diré que preparen todo para irnos.
Roxelana regreso a la fiesta y se acercó a su hermana quién cambió su expresión a una preocupada al ver a su hermana pálida.
—¿Qué pasa Roxelana?—dijo Astrid a su hermana menor.
—El rey de Francia a fallecido—susurró para ellas dos—nos tenemos que ir.
—¿Cómo está Cedric?
—Destrozado
—Lo siento tanto—la abrazó y Roxelana fue en busca de el cortejo del nuevo rey, se acercó al hombre de confianza de Cedric y le dio las malas noticias, este de inmediato corrió a preparar su viaje de regreso a Francia mientras que las damas de Roxelana iban a alistar sus maletas, la joven princesa regreso a los aposentos dónde estaba su esposo, éste estaba viéndo el ventanal ido.
—Ya están preparando todo—murmuró ella.
—Hay que irnos—suspiró tallando su rostro—Hay mucho que hacer.
—No podemos irnos ahora, el clima está feo y es de noche, mañana al amanecer estaremos partiendo a Francia—tomo su mano y el asintió.
Al siguiente día el joven rey partía hacía Francia, días duros de viaje los separaba de la corona y de su país. Roxelana iba pensativa, ahora ella era la nueva reina y con eso vendrían las nuevas responsabilidades y sobre todo darle un heredero al trono Francés.
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Días después ambos llegaron al palacio dónde las hermanas menores de Cedric lo esperaban, ambas se lanzaron a sus brazos y comenzaron a sollozar, Roxelana suspiró y se acercó a ellas para darles el pésame.
—Madre está con el—dijo Sophia y Cedric asintió.
—Roxelana ¿puedes hacerte cargo de todo? —ella asintió y lo vio irse.
—¿Sabes que harás?—dijo Sophia.
—Preparar el funeral y los aposentos del nuevo rey, la coronación le corresponde a la reina actual—dijo simplemente e ingreso al palacio para comenzar a dar órdenes.
—Sus damas vendrán en unas horas, su madre Lady Olivia está llegando, los aposentos del nuevo rey estarán listos mañana en la noche y los suyos igual, el funeral se llevará acabó mañana en la mañana y solo falta que la reina madre nos de indicaciones de la coronación—dijo la dama de la reina, Roxelana asintió cansada.—vaya a descansar, luego le traigo la cena.
