La Última Rosa©

Final

Díez años después.

—¡Mami!—exclamó la dulce voz de Colette, Roxelana sonrió y se acercó a ella—¿Puedo ir a jugar con Solange?

—Pregúntale si quiere jugar contigo—beso su frente, la pequeña corrió a toda prisa hacía dónde estaba su hermana mayor.

Luego de minutos Veronique entró de la mano de la hija mayor de Elsie, Eleanor, ambas hicieron una reverencia y se sentaron junto a ella.

—¿Como les fue?

—Bien mami, estoy lista para aprender Italiano-comentó la pequeña.

—Perfecto ¿y tu?

—También, Tía-sonrió, ambas niñas vieron el abultado vientre de Roxelana y sonrieron.

—No se apresuren, aun falta una semana.

—Si señora-dijo Veronique y ella río. Minutos después ingreso Jasper junto a Colette y Solange.

—¿Maxine?-pregunto la reina.

—Con papá -dijo Colette.

—Perfecto, vayan a cambiarse para la cena -suspiró agotada.

—No es bueno que estés dando vueltas por todos lados-dijo Olivia.

Cuatro años atrás la madre del rey, Ruth, falleció por edad, las hermanas de el, Catherine y Sophia se casaron y formaron su propia familia y sus hermanas Lizbeth y Astrid están de lo mejor en su matrimonio, en cambió Anwen y Agnes no tuvieron sus mejores años, cuándo finalmente Anwen comenzaba a sentir amor por Philip este murió por viruela a seis años de matrimonio, se caso nuevamente pero su matrimonio es infeliz y su madre, ella quedó sola en el campo, a como ella había estado años atrás y Lady Julianne se caso con un campesino años atrás, cuándo el zar murió y el mandato lo tomó otra família.

—¡Mamá!-sonrió Maxine llegando del brazo de su padre.

—Mi hermosa niña-sonrió ella abrazandola-cariño.

—Ya está la cena-dijo Cedric besando sus labios y ayudó a ambas a llegar hasta el comedor.

Todos reían ante las anécdotas de el rey, Roxelana sonrió viéndo a sua hermanas hijas y a su príncipe, había conseguido lo que siempre soño con Cedric.

Un fuerte dolor la invadió y tomo la mano de su esposo, estaba pálida y había comenzado a sudar y temblar.

—¿Ya va a nacer?-dijo Cedric y todos comenzaron a gritar llamando a sus damas. Fue llevada por su esposo hasta sus aposentos y Olivia y Elsie la prepararon.

—No te vayas-apretó su mano y el asintió besando sus nudillos. Roxelana pujo con todas sus fuerzas por horas, cada vez se sentía tan débil que aflojaba su agarré.

—Una vez más reina -exclamó la mujer y Roxelana pujo con todas sus fuerzas-tendremos que hacer cirugía.

—¿Por que?-dijo el

—No hay forma de que el bebé salga-dijo la mujer y le pasaron los instrumentos-esto va a doler

Luego de tres horas y de mucho sufrimiento el llanto del bebé se escuchó y todos sonrieron aliviados.

—Una niña-dijo Olivia y ella sonrió más pálida de lo normal.

—Lydie- susurró-Cedric...

—Es hermosa, tan hermosa como tu mi rosa-ella miró a su madre.

—Cedric-dijo débil.

—¿Que pasa amor?-le entregó a la pequeña-¿Por que está tan pálida?

—Ha perdido mucha sangre-dijo la mujer-tiene que descansar.

—Claro-dijo el y dejo que Elsie cargará a la pequeña-descansa-beso su frente.

—Quédate -susurró y el se acercó y la beso-Cedric.

—¿Si?

—Lo siento.

—¿Por que te disculpas?-tomo su mano.

—Porque te dejaré solo con nuestros hijos-susurró.

—¿De que hablas?

—Me iré a reencontrarme con mi padre-soltó una lágrima -lo siento.

—No digas eso-puso su dedo en los labios de su amada.

—Te amo tanto, me diste tanto estos años, cuida bien de Maxine, no dejes que nadie le haga daño por ser diferente-susurró-a Solange, a Lydie mi pequeña, no conocerá a su madre, has que Jasper sea un gran príncipe, rey y sobre todo persona, a Veronique, dile que sus pinturas son las mejores, a Colette que no robe los dulces de Jasper, diles cuánto los amaba madre.

—No, Roxelana, no te irás, nos quedan muchas cosas por vivir-limpió sus lágrimas.

—Te amo Cedric, esperó seas felíz-sonrió por última vez.

Lo último que su alma vio fueron esos ojos azules, esos que la hacían perder el aliento y la hacían feliz, murió sabiendo que finalmente pudo amar y que demostró que ser diferente no estaba mal.

Después de todo, las grandes historias de amor, no tienen siempre un final feliz.

¿Quieren el epílogo ya?