capítulo 17

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Las cuatro reían sin parar a las ocurrencias de Catherine, a lo lejos una rubia y una peli-negra miraban con odio a Roxelana.

—Lady Roxelana—dijo la voz del rey Philip—¿me permite unas palabras?—todas lo vieron extrañado y Roxelana se puso de pié aceptando su brazo—¿Es feliz aquí?

—Me siento en casa—sonrió —¿ella lo trata bien?

—Algo —hizo una mueca—su madre ha estado como loca diciendo que usted tiene que obligar a su futuro esposo a firmar un tratado de paz.

—No me meteré en esos asuntos, si quieren firmar esos acuerdos tienen que hablar con el o con la Reina, conmigo no.

—Yo también lo dije, pero planea arruinarle su día, no deje que se le acerque.

—Gracias por decirme esto—le sonrió—tengo que regresar con mis hermanas.













—¿Vas a huir de mi todo el tiempo?—Cedric cerró sus ojos al escuchar esa voz.

—Si me es posible si, ahora me voy—la suave mano de Julianne tomo su brazo.

—¿Ya has olvidado aquéllas vacaciones en Rusia?—dijo ella acercando su cuerpo a el.

—Si y quiero mantenerlo así —la alejó pero ella se volvió a acercar y lo beso.

—No puedes olvidarme tan fácilmente—susurró en sus labios.

—Si puedo —la aparto —no te acerques más, ni a mi, ni a Roxelana—la apunto y salió de ahí.

Al llegar al jardín escucho la risa de su futura esposa, sus hermanas, las miró a lo lejos y se acercó a paso lento.

—Hermano —sonrió Sophia

—Vengo a raptar a Roxelana—dijo el y todas vieron a la joven causando un sonrojo de su parte.

—Claro —sonrió de lado y se puso de pié para tomar su brazo.

—¿Eres amiga de el rey Philip?.

—Si, el fue el único que me trato bien aparte de mis hermanas—sonrió.

—Oh, que bien, te tengo una sorpresa—sonrió el y Roxelana lo miro —no preguntes —ella se  dejó llevar por el hacía los establos.

Al llegar el tapo sus ojos con sus manos y le indicó que caminara, despacio la colocó frente a una puerta y soltó sus manos.

—Me dijiste que amabas los caballos y he mandado a pedir éste para ti—ella lo miró sorprendida y luego se acercó al corsel

—Es hermoso—sonrió acariciando el cabello del animal, era blanco completamente—gracias.— lo abrazó y luego se separó quedando a escasos sentimentros de sus labios.

—No es nada, ¿vamos a montar?—trato de apartar la vista de sus labios pero el deseo lo invadió, quería comprobar la teoría de su madre cuando hablaron.

Roxelana se sonrojo al sentir su respiración muy  cerca y cuándo pensó en alejarse los labios de Cedric estaban besando los suyos, ella se quedó estática sintiendo la calida sensación  de los labios de Cedric, el se alejo esperando una reacción de parte de ella, pero nada.

—Otro día será, tengo que ir a ultimar los detalles de mi vestido —susurró sonrojada y se alejo a paso rápido.

—Otro día será, tengo que ir a ultimar los detalles de mi vestido —susurró sonrojada y se alejo a paso rápido

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—Repite lo —dijo Andrew con una sonrisa.

—La bese y creo que me gusta — dijo—pero yo a ella no.

—¿Estás Seguro? ¿y Julianne?

—Tenías que mencionarla, ella se alejo una vez termine de besarla, ni si quiera siguió el beso—Andrew comenzó a reír.

—Serás bobo, ha pasado toda su vida lejos de todo contacto humano más que el de su nana y sus amigos y tu dices que no te lo siguió—soltó riendo—fuiste su primer beso idiota.

—Deja tu agresividad, y puede ser, ahora me siento mal.

—Te sentirás peor pues ahí viene Julianne —el se alejó dejando solo a su amigo.







Roxelana yacía en sus aposentos en espera de Rose y Alicia para que la ayudarán a cambiar sus ropas, la puerta se abrió lentamente y la peor pesadilla de Roxelana se hizo presente, su madre estaba ahí y la miraba con asco.

—He visto todo, querida Roxelana, ¿crees que ese apuesto príncipe te quiere? —comenzó a reír —¿a ti? Teniendo a Julianne en frente

—¿A que quiere llegar con esto?—dijo con la voz quebrada

—Sólo quiero hacerte saber que no debiste de salir de el campo niña, ven—tomo su brazo con fuerza y la arrastro hasta la biblioteca—mira y te darás cuenta de que no eres nada para el príncipe, solo eres un acuerdo.

Roxelana la miró con dolor y Agnes la obligó a mirar, Julianne y Cedric se besaban con pasión, las manos de este estaban buscando el cierre del vestido azul de Julianne. Roxelana retuvo los sollozos y sus lágrimas.

—Mientras tu aparentas ser la reina, otra ocupará su cama por las noches, otra le dará lo que tu nunca podrás, no eres nada Roxelana—la pelirroja la miró con odio y salió corriendo de ahí

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—Mientras tu aparentas ser la reina, otra ocupará su cama por las noches, otra le dará lo que tu nunca podrás, no eres nada Roxelana—la pelirroja la miró con odio y salió corriendo de ahí.

Al llegar a sus aposentos lloró, lloró por que ella jamás deseo ser así, lloró porque estaba comenzando a sentir cosas por alguien que jamás la va a amar y que solo estarán juntos por apariencias.

La Última Rosa©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora