EL CASO DEL PERFUME DE LYCORIS [Mo Dao Zu Shi] [Alternative Universe]

Reapertura primera parte

Editado 24/02/2022

Febrero 2022, Camelot, Capital de Isla Avalon.

Wei Wuxian, se consideraba una persona como cualquier otra, (sin tomar en cuenta sus "habilidades especiales"), con defectos y virtudes, pero algo que nunca había figurado dentro de todo ello, era el de madrugar.

Tenía pésimos hábitos de sueño, pero eso nunca interfirió con su día y en todas aquellas situaciones que requerían de su presencia en una hora y lugar estipulado.

Eso es lo que podía describir de él, al menos en el pasado, porque actualmente se vio en la necesidad de cambiar esos malos hábitos y crear un sistema que le ayudase a dormir a horas decentes, cuando su trabajo no le exigiera más del tiempo necesario, dando como resultado el despertar poco antes de las 6:30 de la mañana.

El beneficio obtenido al levantarse temprano, para un padre soltero como el, le otorgaba un mayor margen de tiempo para encargarse de las tareas domésticas, y evitar que su casa fuera un desastre casi toda la semana, hacerlo también le ayudaba a poner toda su atención en su pequeño A-Yuan, quien no tenía tantos problemas para levantarse temprano, muy a diferencia de él.

Al pensar en su amado hijo, le fue inevitable dejar salir de sus labios un largo suspiro.

Para sus allegados no era un misterio quien era el progenitor de A-Yuan, tampoco es que lo haya podido ocultar, al menos no de su benefactora y su equipo, que sabían los por mayores de como termino la relación con el padre de su bebé.

Algo similar ocurrió con su familia, de la cual fue la que temía más sus reacciones, pero debió imaginar que ellos no reaccionarían como imaginaba, por el contrario, le apoyaron incondicionalmente durante esos meses críticos, y cuando A-Yuan vino al mundo, le amaron desde el primer momento y respetaron su decisión de mantener en el anonimato la identidad del padre.

La persona de la que se enamoró y amo con todo su corazón le odiaba, de eso no existía duda alguna.

Cuando sus pesadillas le dominaban por las noches, era la fría mirada acompañada con el desprecio que adornaba su perfecto e inmaculado rostro, persiguiéndole sin darle tregua, aquellos orbes en topacio, que alguna vez le miraron con amor, se convirtieron en dagas que se clavaron en su corazón, haciéndolo pedazos y dejándole una herida que seguía sin cicatrizar.

Aun con todos esos motivos que los llevo a ese fatídico día en que la tragedia destruyo su felicidad, no podía odiar a Lan WangJi, porque había sido el quien le obsequio algo mucho más grande y preciado, un hijo que conforme más crecía le recordaba a aquel bello hombre, que parecía frio por dentro, pero poseía un corazón tan cálido como el sol.

Una sonrisa melancólica se coló en sus labios, al recordar esos días que vivo a su lado; ocultos detrás de la taza ahora ya vacía, donde antes se había servido un poco de chocolate caliente, para terminar de despertar y además evitar que el frio de la mañana le calara en los huesos.

Sus ojos revolotearon sin un punto fijo hasta centrarse en uno de los ventanales que decoraban la sala, en él se vislumbrada el ángulo directo hacia los árboles que bordeaban su propiedad, siendo estos el anuncio del próximo cambio de estación, el inverno estaba por terminar y de nuevo la primavera daría inicio.

Un nuevo ciclo, justo como el, como esa identidad que hace tiempo dejo atrás, Wei Ying había muerto hace seis años y en su lugar estaba simplemente Wei Wuxian.

Uno de los motivos por los cuales adquirió esa propiedad, fue por la armonía que emanaba en cada rincón, las vistas eran espectaculares y presenciar el amanecer era algo común, además de que se podía acampar afuera durante el verano, sin tener que viajar a algún lugar en particular, la casa de sus sueños, porque era justo aquí donde podía ver a A-Yuan crecer sin ningún contratiempo, dejándolo desarrollarse libremente, alejado de los problemas que el pudiese acarrear del trabajo, llegar a casa hacia que todas las preocupaciones se quedasen afuera, aquí adentro eran solo A-Yuan y él.