EL CASO DEL PERFUME DE LYCORIS [Mo Dao Zu Shi] [Alternative Universe]

Pirámide de Cristal Segunda Parte

Hong Kong una ciudad cosmopolita, donde la cultura se respiraba en cada lugar, los detalles puestos no solo para atraer a sus propios ciudadanos, también a los extranjeros que era de las ciudades donde más abundaban, adoptando el inglés como su segundo idioma.

Pero en cuanto a Xiao Xingchen las luces de la ciudad, el animado ritmo de la metrópolis no le interesaba en lo más mínimo, siguiendo las indicaciones de su sobrino, quien consiguió un permiso especial para visitar a Song Lan en aquella prisión de máxima seguridad en Hong Kong.

Finalmente será capaz de ver su rostro después de tantos meses alejados, al menos espera sea capaz de estrecharlo entre sus brazos, necesita de su calor, de la protección y seguridad que siente cuando lo acuña en un cálido abrazo, con un instante se conformará, no pedirá más, después de todo por su causa es que su amado está en aquella situación.

El taxi que consiguió al salir de la estación lo lleva directo a la prisión, no le pasa desapercibida la mirada poco discreta que el conductor le lanza, pero como se venía mentalizando desde que tomo el tren, nada le importaba solo estar a tiempo para el horario de visitas.

Llego a tiempo como lo esperaba y pasa por todos los filtros de seguridad de los que Wei Wuxian le había advertido, firma su ingreso en el libro de visita y luego de asegurarse que no traer nada inusual en su bolso de mano, lo conducen por un largo pasillo.

No hay color, solo el concreto gris, las ventanas están pegadas al techo con tubos de metal que impedían que, si algún reo llegara a escapar de su celda, las ventas no eran una opción. El guardia abre otra reja con su tarjeta de seguridad, se trata de un campo abierto; el techado cubre al par de mesas donde algunas personas se encuentran esperando para el mismo motivo que el suyo, camina en busca de una mesa y de su maleta comienza a sacar los recipientes donde guardo comida, no quería imaginar lo que Song Lan estaba pasando así y por lo menos quería disminuir un poco todo aquello con una comida casera.

Una de sus piernas se mueve frenéticamente como un tic nervioso que no puede evitar, su nerviosismo se incrementa, el cual solo es disminuido cuando una alarma suena, es la hora de visitas.

Algo se remueve en sus entrañas, el estómago se le achica y por un momento cree que contiene la respiración; es entonces que el aparece entre el grupo de reos que tiene el permiso de salir y sin medir nada corre a sus brazos, Song Lan sorprendido no solo porque aquella mañana le llamaron diciendo que tenía visitas, sino porque se trataba del propio Xingchen, inevitablemente se dejó envolver en su esencia y calidez.

Xingchen se separa un poco de su novio para poder verlo y la imagen que se lleva le parte el corazón. Demacrado es la palabra que llena su mente, el uniforme de la prisión le queda notoriamente más grande, por ende, Xingchen inmediatamente deduce que ha adelgazado, si bien se sintió aliviado de verlo aparentemente intacto, su deterioro era gradual y eso levanto sus alarmas de que debía hacer cuanto pudiera para sacarlo de ahí.

Song Lan no necesita preguntar, puede ver la preocupación de Xingchen tan claro como el día de hoy, así que lo vuelve a abrazar para evitar que lo siga viendo de esa forma, no quería preocuparlo de esa forma, no hay nada más doloroso que ver a la persona que amaba triste.

Al único que amaba, el único que había derrumbado cada una de sus murallas, al que le permitía tocarle tan libremente aun cuando odiaba el toque de los demás, Xingchen era su excepción, su fortaleza y debilidad, pagar no solo por su pecado, sino por el bienestar de Xingchen era algo que haría gustoso sin dudar las veces que fueran necesarias, pero verlo sufrir le destrozaba.

Xingchen llora en silencio y estrecha a Song Lan aún más, no quiere separarse, pero, aunque deseara quedarse así para siempre también hay cosas que deben hablar, aún así se permite decirle a su amado lo que siente – Te he extrañado tanto