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Conner y yo habíamos quedado de vernos en el parque de diversiones. ¡Sería nuestra primera cita! Llegué unos cinco minutos antes de lo acordado, miraba a todos lados nerviosa. Me tardé dos horas en elegir la ropa que usaría y otras dos en arreglarme -ya saben, maquillarme y peinarme-. Pero al final no me gusto como quede y tarde cinco horas en volver a arreglarme, pues Steph y yo nos empeñamos en que quedará perfecta. Tuve que llamarla para que me ayudará. Aún recuerdo su reacción al descubrir que sus dos amigos salían.

-Brown, es urgente, tienes que venir.
-¿Qué sucede?
-Es urgente Stephanie Brown próxima Señora de Drake... ¡Código rojo número trece!
-¡¿Código rojo número trece?! ¡Diablos! Voy enseguida.
Tardó menos de diez minutos en llegar a casa con una maleta llena de maquillaje. Teníamos un código de veinte números. El número trece se titulaba "Cita con un chico y no sé que hacer" y consistía en ayudar a tu amiga en una cita con un chico muy especial y en su crisis existencial por no saber que hacer. Decíamos código rojo sí realmente era urgente.
-¿Quién es el afortunado?
-Conner Kent.- Soltó la maleta y su mandíbula cayó casi hasta el suelo. -Es una verdadera cita y...no le digas a nadie pero...¡Es mi novio!- Gritó como fangirl y me zarandeo tanto que me mareó.
-¡Eso es genial! ¡Debemos ponerte igual que una princesa! ¿dónde quedó la maleta?- Corrió hacia ella y la abrió. -¿Y mi brocha? ¿dónde está el iluminador? ¡Hay que encontrar las sombras!
-¡Stephanie no sé que ponerme!
-¡Busquemos en el armario! ¡saca tus mejores ropas!
Ambas estábamos como locas. Se armó todo un show pero al final logramos hacerme ver "perfecta".

Seguía mirando a todas partes nerviosa hasta que "ojos bonitos" llegó. Él también me estaba buscando. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿cómo lo iba a saludar? ¿Lo tenía que besar? ¿le diría "Hola Conner" u "Hola cariño " o simplemente "hola"?
Mi cabeza estaba llena de puras tonterías que se me ocurrían. Y ¿si no me miraba bien? ¿Si no le gustaba como me veía? Se acercaba cada vez más a mi con una sonrisa, hasta que llegó en frente de mi.
-Hola.- Él se miraba hermoso y yo...ya ni me acordaba que llevaba puesto.
-Ho-Hola.- Me puse aún más nerviosa.
-Te vez hermosa.- Comentó sonriendo. Me puse roja al escuchar esas palabras. Sonreí.
-G-gracias, tu también te ves bien.- Acercó su rostro hacia mi y me dio un corto beso que me gusto mucho. -Creo que deberíamos ir a los juegos.
-Si.- Me miró de forma dulce y luego fijo su vista en nuestras manos. Supongo que quería que estuviéramos tomados de la mano, así que fui yo quien lo tomó y lo llevó hacia la primera atracción que vi.
Realmente estaba muy contenta de tenerlo a mi lado. Subimos a muchos juegos, entramos a la casa de los espejos pero me desesperé rápido, tanto que me dieron ganas de romper todos los espejos, cosa que no hice para no meternos en problemas. Comimos muchos caramelos. En fin, que fue un día genial, hasta que tuve que regresar a casa. Conner se encargó de llevarme. Estábamos en la entrada despidiéndonos, cuando Dick abrió la puerta.
-¡Ustedes dos! ¡¿qué están haciendo?!- Exclamó muy sorprendido. Mi novio y yo nos mirábamos porque no sabíamos que hacer. Richard nos había descubierto a punto de besarnos.
-D-Dick.
-Adele, por favor no me digas que...no, por favor, aún eres una bebé.- Mi hermano realmente era más dramático que yo viendo una película de romance en la que los protagonistas no viven felices para siempre.
-Richard ¿te puedes calmar? No es nada fuera de lo normal.
-Pero, pero...¡no! Soy tu hermano mayor y te prohibo que tengan novio hasta que cumplas cuarenta y cinco años.
-¡Richard relájate! Conner es mi novio te guste o no.- Lo tomé de la mano. "Ojos bonitos" se notaba un poco nervioso, porque me dio un pequeño apretón. -Y no dirás nada porque es así como voy a cobrar el favor que les hice cuidando a Henry Queen.- El mayor me miró sorprendido. Y él no era el único sorprendido, también lo estaba Kent y yo, pues hablé con mucha autoridad.
-Adele, no voy...
-Silencio Grayson...ya te dije que es lo que vas a hacer.- Suspiró derrotado.
-Yo...de acuerdo, después de todo, conozco a Conner desde hace mucho y sé que es un buen chico y también sé que, te va a cuidar.- Sonreí satisfecha. Miré al chico que estaba a mi lado. Sonrió levemente.- Pero no besos frente a mí ¿de acuerdo?
-De acuerdo.- Dije conservando mi sonrisa.



Estaba en la bati-cueva mirando los trajes. Me puse a pensar en todo lo que me había pasado en el último año. ¡Una verdadera locura! A quien le contará todo lo que me pasó no me creería. De ser la hija de Julia y Michael Harrington pasé a ser la menor de los Wayne. A ser la hija de Selina y Bruce Wayne. Nadie creería esta locura. De ser la hija de unos policías terminé siendo la hija de Batman y Catwoman.
Suspiré. Sentí que alguien tocaba mi hombro. Me sobresalte, di la media vuelta y me encontré con mi padre.
-Hola.
-Hola.
Ambos miramos hacia donde estaban los trajes. Nos quedamos en silencio.
Yo creía que vivir en Gotham me haría sufrir demasiado, me haría extrañar mi casa en Seattle, a mis padres y amigos. Y no es que me haya olvidado de todo eso pero la compañía de Dick, Jay, Tim, Dami, Steph, Roy y Conner me hizo sentir en casa. Estoy muy felíz en Gotham. Mis hermanos siempre se encargan de protegerme de cualquiera que me quiera hacer daño. Mis padres y Alfred me cuidan y buscan lo mejor para mi. Steph, es mi mejor amiga y está cuando la necesito. Roy me hace reír y también me protege como sí fuese uno de mis hermanos. Y Conner...mi Conner, es el chico de mis sueños. Es muy lindo y desde que somos novios, trata de estar más cerca de mi y así escucharme si tengo algún problema o simplemente para escuchar como estuvo mi día.
-Me gustaría que usarás ese traje.
-Si...¿ah? ¿qué quieres decir?- Tardé unos segundos en reaccionar a las palabras de mi papá.
-Pienso que necesitamos...así como dijo Alfred, un poco del instinto femenino.- Lo miré con una ceja levantada.
-Así que ¿quieres que sea la nueva Batgirl?- Pregunté aguantando las enormes ganas que tenía de gritar por la emoción.
-Si...pero antes de que puedas usar el traje, necesitas mejorar en tu entrenamiento.- Comentó manteniendo la vista fija en el traje morado con amarillo.
-Y supongo que está no fue tu idea.
-Supones bien...los de la iniciativa fueron Alfred y Richard. De mi parte, no te hubiese pedido hacer tal cosa.
-¿Por qué?
-Porque eres mi hija...mi única niña y no quiero que te pasé nada.- Sonreí ante lo que dijo el mayor. Él me volteó a ver. -Por eso es que debes entrenar más. Aún te hace falta algo.
-¿Cuánto?
-Sí sigues así, no será mucho. Has demostrado aprender rápido y a no rendirte.- Mi sonrisa se ensanchó aún más. Definitivamente estoy muy contenta. Probablemente no haya sido la idea de papá, pero sí me lo ha pedido tal vez sea porque después de meditarlo, entendió que soy muy capaz de hacer cualquier cosa que me proponga.
-Eso suena a que tengo el apoyo de todos...verás que en lo que menos te das cuenta, estaré vistiendo ese traje.- Exclamé con una sonrisa triunfante viendo el traje de Batgirl. -Antes, hay algo que quiero decirte.- Papá volteó a verme con una ceja levantada.
-Por favor no me digas que tienes otra amiga que es hija de un villano y no sabías.- Solté una pequeña risita pero rápidamente dejé de hacerlo al recordar cuando fui secuestrada por un psicópata payaso y su hija.
-No, es otra cosa...- Dudé en sí decirlo lo de Kon y yo. -Verás, yo...yo...yo amo los Unicornios.
-¿Eh?- Sería mejor mantener está situación en secreto por un tiempo. Papá me miró confundido y yo a cambio le sonreí de forma inocente.
-Es algo bobo, lo sé.- Reí nerviosa y papá negó con la cabeza.

Tal vez suene ridículo eso de mantener en secreto mi relación con Kent pero no será por mucho tiempo, así que no deben surgir problemas ¿cierto? Después de todo, será por un poco tiempo y además, todos tenemos secretos.

My new life. My new family.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora