My new life. My new family.

21

Selina se apartó de mí, tomó mi rostro entre sus manos. Sonrió. Yo sonreí. Me miraba a los ojos cómo queriendo decir "repítelo, por favor". Voltee a ver a otro lado. Cerré los ojos.
-¿Si puedo llamarte así?- Volví a mirarla. Se ha portado como mi mamá. Ha tratado de ganarse el título y lo ha conseguido, porque se lo dije, se ha portado tan amable, tan linda... se ha portado como mi madre ¿cuál es el problema? Julia. Ella también lo es. Podré estar enojada con ella pero yo crecí creyendo que era mi mamá. Si se entera, ¿qué dirá? ¿se pondrá celosa? ¿se pondrá triste? No lo sé.
-¿Por qué no?- Volvimos a sonreír. Me senté de nuevo a su lado. Nos quedamos un tiempo en silencio hasta que se me ocurrió preguntar algo.
-¿Cómo conociste a Bruce?
Vi como su sonrisa se ensanchaba.
-Es algo... cómico ¿sabes?
-¿A qué te refieres?
-Lo conocí como Batman.- Creo que está realmente enamorada porque se quedó mirando su anillo de bodas. Tal vez estaba recordando el momento en el que conoció al amor de su vida.
-¿Te salvo?- Pregunté sacándola de sus recuerdos.
-No.
-¿Entonces?
-Es una historia totalmente diferente a la que te imaginas, te lo puedo asegurar.- La miré confundida. ¿A qué se refiere? -De igual forma, debería decírtelo.- Dijo mirándome más seria. -Hace mucho tiempo que salía a las calles...era Catwoman.
La miré con los ojos muy abiertos. Leí una nota sobre ella. Apareció cuándo buscaba información sobre el padre de Lucy, a quién por cierto, no he visto ni he tenido ninguna clase de contacto.
-Yo leí sobre ti...quiero decir... eras una...
-Ladrona de joyas.- Me interrumpió.
-Ya me imagino como se conocieron. Demasiado romántico.- Comenté con sarcasmo.
-No te lo imaginabas así, ¿cierto?- Negué con la cabeza. -Era muy buena.- Exclamó sonriendo.
Definitivamente vengo de una familia anormal. Mi madre fue una ladrona de joyas experta, mi padre es Batman, mis hermanos son Nightwing, Red Hood, Red Robin y Robin. Y ¿yo? Creo que soy la normal, o en este caso ¿la rara?
-Así que supongo, que al final te convenció de reformarte. - Asintió. -Todo esto es muy... peculiar. Quisiera seguir con las historias pero, tengo que descansar.
Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta. Antes de irme, le hice una última pregunta.
-¿Cuál es la versión que dan, cuándo la gente "normal" pregunta sobre eso?
-Un evento de caridad.- Di la media vuelta y caminé hacia mi habitación. Ya dentro me tiré sobre la cama. No tardé mucho para caer rendida ante los brazos de Morfeo.

Desperté por un sonido que emitía mi teléfono. Me talle los ojos de mal humor. El sonido molesto seguía. No era mi alarma. Es claro, ya que no tenía que ir a clase hoy. Tomé mi teléfono y ví que decía el nombre de Lucy. Me estaba llamando. ¡Justo me acordé de ella ayer!
Contesté.
-¿Lucy? Que sorpresa.
-Suenas malhumorada... ¡Claro! Te desperté.
-Deberías saber que mis horas de sueño se respetan... como sea, ¿por qué llamas? Creí que estabas molesta conmigo.- Hablé mientras caminaba al baño. Me miré en el espejo. ¡Casi me desmayó! Mi cabello está hecho un desastre. No sé porque las películas nos hacen pensar que despertaremos con el cabello a la perfección, cuándo la realidad es otra. Empecé a desenredarlo mientras escuchaba a mi amiga.
-Siento mucho lo que pasó esa vez, estaba muy alterada... pero creo que aún podríamos seguir viéndonos. Eres mi mejor amiga.- Dejé el cepillo aún lado cuando mi cabello ya estaba más decente.
-Claro, somos amigas...sólo quiero saber que no me harás buscar a tu padre.- Escuche su risa al otro lado del teléfono.
-No lo haré, lo dejaste muy claro la otra vez.- Sonreí.
-Eso espero.
Seguimos hablando por un buen rato. Propuso vernos la siguiente semana en el parque.
Bajé a desayunar. En el comedor estaban todos. Me esperaban.
-Ya iba a ir por ti.- Comentó Jason empezando a devorar la comida de su plato. Ignoramos su comentario y empezamos a comer. Terminando, Bruce se marchó a Wayne Enterprise. Tim dice que es una empresa muy grande. No he ido. Pero algún día iré a conocerla.
Precisamente me encontraba hablando con Tim, me hablaba muy emocionado del último libro que leyó. Solté una risita. Paró de hablar y me miró preocupado.
-¿Te estoy aburriendo?
-¡Para nada! Tu sigue.- Sonrió y cómo le dije, continuó hablando. Se ve tan lindo y adorable cuándo habla de algo que le gusta. Poco después se escuchó que alguien tocaba la puerta, eso hizo que mi hermano se interrumpiera y fuera a ver quien era. En cuanto abrió la puerta, una rubia entró y lo beso. Cerré los ojos y los cubrí con mis manos. Escuché un "oh". Creo que la chica ya se había dado cuenta de mi presencia. Me levanté de mi asiento y dije:
-¿Quieren que me valla?
Tim estaba rojo a más no poder. ¡Ay mi Timmy!
-Lo siento, no sabía que lo acompañabas.- Comentó la chica apenada.
-Sí no es mucha molestia, la próxima vez podrías verificar sí está sólo y si lo está, te lo besuqueas y le haces lo que quieras.- Exclame asqueada. Los dos mayores se miraron. Avergonzados, tal vez. -Por cierto, ¿quien es?- Le cuestione a mi hermano que aún estaba sonrojado.
-E-es... se llama Stephanie Brown y es...
-¿Tu novia? No te preocupes, me quedo claro.- Le sonríe a la chica y me acerque a ella.
-Steph, es Adele, mi hermana.
-Es muy lindo, no lo arruines ¿quieres?- Le susurré tratando de que Drake no escuchará en lo más mínimo. ¿Qué? No sólo los hermanos pueden amenazar a las parejas de sus hermanitas. -Mucho gusto.- Esta vez hablé con mi tono normal, para que pasará desapercibida la amenaza.
-Es un gusto conocerte, también.
-Bien, última vez que lo pregunto ¿quieren que me valla?- Ambos se miraron. Creo que me gusta ponerlos en una situación incómoda. ¡Es divertido!
-Bueno, ¿por qué no te quedas?- Dijo Stephanie.
-¿Enserio?- Frunci el ceño. -Prefiero irme, no quiero ver cómo se dan muestras de cariño.- Salí del cuarto. Me dirigía al mío cuando me encontré a Alfred.
-¡Hola Alfred! ¿qué tal tú día?- Hablé alegre.
-Bien, gracias por preguntar señorita. Ahora, si me permite, tengo que darle un informe al joven Timothy. -Le sonreí y el siguió su camino. Bajé a buscar algo para entretenerme.

En la noche, decidí acercarme al piano que tienen en casa. ¡Tienen de todo! Eso es genial, a mi parecer. Tomé unas clases, no fui mucho tiempo pero aprendí algo. Empecé tocando algo sencillo. Conforme avanzaba la melodía, la rapidez de mis dedos debía incrementar. Seguí recorriendo las teclas del piano. Sonreí al notar que me estaba saliendo de maravilla. Me concentre demasiado para tocar de forma perfecta, hasta que sin querer fije mi vista al otro lado de la habitación. Perdí la inspiración. Bruce me estaba mirando con una sonrisa. Yo le sonreí nerviosa.
-Y-yo...
-Lo haces bien.- Comentó acercándose.
-B-bueno, aprendí algo en las clases.
Se sentó a mi lado y empezó a tocar. Me miró sonriendo. Creo que con eso quiso decir "acompañame". Suspiré. Presté atención a lo que escuchaba para tratar de incorporarme. Cerré los ojos analizando y en segundos ¡ya lo tenía!
Empecé a tocar también. De vez en cuando nos mirábamos sonriendo. A veces soltaba pequeñas risas, pues me parecía algo divertido. Nunca me había tocado estar al lado de alguien en el piano.
Cuando finalizamos, fije mi vista en el mayor.
-Fue increíble.- Mencioné mientras sonreía. -Por cierto, Selina me habló de cómo se conocieron. Es algo que no se ve en las películas de romance, ¿eh?...pero fuera de eso, es una bonita historia de amor.
Bruce sonrió y luego acarició mi mejilla.
-¿Sabes qué es lo mejor de esa historia?- Negué. -Tú.
Y no se por qué, me puse sentimental. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me levanté de mi asiento para dirigirme a mi habitación. Pero antes de irme le dije:
-Descansa...papá.- Le di una última mirada y vi que sonreía. Le dije lo que siempre había querido escuchar.

Tengo que felicitarme por haber dicho 'papá' y 'mamá' en menos de una semana, a quienes son realmente mis padres.
¡Dije mis primeras palabras! Se le podría decir así ¿no?