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Desperté sin la ayuda de la alarma. A pesar del coraje que tenía ayer porque nadie me quiso decir que sucedía, dormí muy bien. Fui a lavarme los dientes. Después me quité la pijama y me puse una falda negra que me queda corta para mi gusto, la acompañé con unas mallas negras y una blusa blanca.
Bajé a desayunar, pero no vi a nadie en el comedor. Entré a la cocina en dónde encontré a Alfred.
-Buenos días Alfie.
-Buenos días señorita.
-¿Por qué no hay nadie en el comedor?
-Su padre y los jóvenes amos, se encuentran en una misión muy importante.- Arrugue el entrecejo. En ese momento alguien más entraba a la cocina. Conner Kent. ¿Qué se supone que hace el aquí? ¿No debería estar en su casa?
-Joven Kent, buenos días.
-Alfred.- Volteó a verme como siempre lo hace. Serio. ¿No habrá una pizca de felicidad en él?
-¿Qué haces aquí?- Le cuestione al chico de ojos azules.
-Estaré un tiempo aquí.- Contesto sin mirarme.
-¿Por qué? Pero antes...Alfred ¿por qué mi papá no se molestó en decirme que tenían una misión?
-El piensa que te preocupas demasiado.- Otra persona más en la cocina. Mamá. Le sonreí y ella a mí.
-Yo no me preocupo.
-¿Qué me dices de la vez en que tenían que detener a un traficante de drogas y te desvelaste porque no sabías sí llegarían vivos?- Me miró divertida mientras pensaba en que responder.
-Bueno, es que...no tenía sueño y...y...y tenía que mostrar interés por su bienestar.
-Bueno y ¿qué tal de la vez en que ayudaste a curar las heridas de Dick y luego lo regañaste y hasta le dijiste de que se iba a morir?- Abrí la boca para decir algo pero Alfred me interrumpió.
-O aquella vez en la que el joven Damián llegó de una misión con unos pequeños rasguños, se acercó y lo abrazó para después golpearle en la cara. -Volví a abrir la boca pero no se me ocurría nada.
-Que dramática.- Susurro Kent. Quería contestarle pero ahí estaba mamá y Alfred.
-Pero es normal preocuparse ¿no?. Los quiero mucho, por eso lo hago.
-Pero tú sabes como funciona esto cariño.- Mamá se me acercó a abrazarme.
-Lo sé.- Correspondí a su abrazo y luego fuimos a desayunar.
Aún sigo sin saber el porque Conner se quedará en mi casa y cuando regresaran mi padre y hermanos.

-Y es muy fastidioso pero tengo que aguantarlo.- Bebí de la malteada que tenía en frente.
-Tal vez sí lo tratas.
-¿Es enserio? ¿Lucy Quinzel me dice cómo debería tratar a una persona? Tú le rompiste la nariz a Smith sólo porque parecía un nerd.
-Smith me presumió la calificación de su examen.- Miró la taza que tenía y luego a mí. -Además estaba en mis días.
-Como sea. No venimos a hablar del mejor amigo de mi hermano ni de nada que tenga que ver conmigo, estamos aquí para que me digas todas las cosas geniales que te han pasado. -Vi como una enorme sonrisa se plasmaba en su rostro y sus ojos brillaban.
-Bueno...realmente es sólo una cosa, yo...- Un sonido de mi celular la interrumpió, le hice una señal de que esperará. Me levanté de mi asiento para ir a otro lado. Estábamos comiendo y había mucha gente en el sitio. El número era de mamá.
-¿Hola?
-Cariño, ¿dónde estás?
-Vine a comer con una amiga, ¿recuerdas qué te pedí permiso? ¿todo bien?- Cuestione debido a que sonaba preocupada.
-Necesito que regreses a casa.
-¿Por...?- Antes de que pudiera continuar con mi pregunta me interrumpió.
-Conner irá por ti.
-¿Conner? Pero...ya llegó.- Dije mirándolo a lo lejos. Hay algo que está pasando y nadie me ha dicho nada.
Mamá colgó y fui a la mesa en dónde estaba Lucy.
-Oye, lo siento, me tengo que ir.
-No te preocupes, supongo que nos veremos después.- Sonreí mientras asentía.
-Así será.- Tomé mi bolso y me encamine hacia donde estaba mi nuevo dolor de cabeza.
Me pregunté que era lo que mi amiga me quería decir y porque me tenía que ir. Pero lo más importante ¿por qué Conner "alienígena odioso " Kent tenía que venir por mí?
-Tardaste.
-Yo no te pide que vinieras por mi.
-Eso lo sé.
-Entonces no te quejes.
-Sólo vámonos.-
Caminamos en silencio durante un buen rato. Se tornaba un poco incómodo así que decidí romper el hielo.
-¿Cómo es que Tim se convirtió en tu mejor amigo?
Tardó un poco en contestar.
-Nos conocimos en una especie de equipo para mini súper héroes.
-Interesante.
Seguimos en silencio hasta que llegamos a la mansión. Lo primero que iba a hacer era interrogar a mi madre.
No se pudo porque me encontré a ciertas chicas. Una rubia y otra pelirroja. Son tan amigables. Sólo me vieron y no esperaron ni un segundo para llevarme hasta mi habitación y empezar a hablar de cosas de la vida.
-¡Woo! Tienes cita con el chico lindo.- La rubia asintió emocionada. Sólo atine a hacer una cara de asco. ¿Les he dicho que Tim y Steph son muy empalagosos? No sé si lo he hecho pero... ¡son muy empalagosos! Al menos para mi gusto.
-¿Y esa carita?- Dijo la pelirroja.
-¿Cuál?
-Esa que hiciste, como si quisieras vomitar.
-Es sólo que...es demasiada miel que derraman tú.- Señalé a la rubia. -Y mi hermano.
-¡Ay! Claro que no. Lo que sucede es que nunca has tenido un novio.- Bárbara me volteó a ver sorprendida.
-¿Qué?
-¿Nunca has salido con un chico?- Negué con la cabeza.
-Y ¿puedes creer que ni siquiera ha besado a uno?
-¡Ay ya! No es para tanto.- Dije algo irritada. Aunque tal vez parezca extraño que haya niñas de menos de 15 años que ya han besado a alguien y yo, de 15 años ni una agarradita de mano. Pero no le doy importancia.
-Cambiando de tema, necesitó que me acompañen a buscar un vestido mañana.
-Me apunto.- Exclame. Amo salir de compras y más sí se trata de buscar un vestido perfecto. Yo soy experta en eso.
-Y ¿tú Babs?- La pelirroja negó.
-No puedo. Tengo algo muy importante que hacer.
-Bien, entiendo. Entonces ¿Adele me acompañas?
-¡Claro! Sí se trata de ropa ¡yo soy experta!

Caminábamos por el enoooorme centro comercial. Llevábamos sólo dos bolsas cada una. Aún no encontramos el vestido perfecto.
-¿Cuánto tiempo llevan juntos?
-Casi tres años.
-Wow... y parece que sí funcionan juntos, eh.
Sonrió. Entramos a una tienda. Vi demasiados vestidos hermosos. La rubia fue a probarse un vestido color rosa pastel y mientras yo, me entretenía viendo otros vestidos.
-¿Qué tal?- Voltee a verla. Se le miraba bien.
-No sé sí a ti te gusta. Es bonito, me gusta pero te tiene que gustar a ti.- Se miró bien en el espejo. Una sonrisa se dibujó es su rostro.
-Me gusta.
-Bien.
Fue a cambiarse. Seguí viendo la ropa. Cuándo terminamos decidimos ir a ver más tiendas para comprar ropa bonita. Todo iba bien pero...se escucharon unos disparos y de inmediato la gente empezó a gritar. Stephanie y yo volteamos a ver quien había sido el causante de tanto alboroto. The Joker.
Pude sentir como palidecía. Mis piernas parecían temblar. Y como si el Universo estuviera en mi contra, el maniático y yo hicimos contacto visual. Una enorme sonrisa apareció en su horrible rostro temible. Esa sonrisa que sí la comparo con la de Lucy, es la misma.
-¡Adele!- La voz de Brown me saco de mi trance. -Tenemos que salir de aquí.
Asentí aún un poco conmocionada. Me tomó de la mano y me jalo para correr. Alcance a escuchar algo que me hizo estremecer.
-¡Vayan por la bebé Wayne!
Seguimos corriendo hasta que los perdimos.
-Ese hombre viene por ti. Bruce lo dijo en una reunión a lo cual no pude asistir, pero Tim me informó que te estuviéramos cuidando.- La miré con el ceño fruncido.
-Nadie me quiso decir lo de la junta. Así que me quiere matar.
-¿Por qué?
-Por nacer...y ser la hija de Batman, claro.- Steph fue asegurarse de que no hubiese nadie cerca. Luego me llevó a otro lugar.
-Bien, quédate aquí, necesito acabar con los hombres y mi traje será de mucha  ayuda.
Se fue corriendo sin dejarme contestar.
Esperaba impaciente y con miedo. <<Tarda demasiado >>>
Escuché unos pasos acercarse, salí del escondite pensando que se trataba de Brown. ¡Grave error!
-Te tengo.- Dijo un hombre con máscara de payaso. Supongo que un secuaz de Joker. Me apuntó con el arma, cerré los ojos y ¡Bam!

My new life. My new family.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora