Solté un suspiro. Había tenido una larga noche. Cerré los ojos y solté un par de lágrimas. Todo se había complicado, y me sentía realmente mal.
Tomé una ducha, mis hermanos pidieron que durmiera, que descansara un poco. Pero, me negué. Dije que no quería descansar, que no quería nada. Todos estaban preocupados por mi, porque sabían que había tenido una batalla muy fuerte.
Por fin había acabado con todo. Ya todos mis problemas se habían terminado.
Escuché que alguien tocaba la puerta. Dije "pase" y me limpié las lágrimas con las mangas de mi suéter, para que quien fuera que entró, no me viera triste.
-¿Cómo estás?- Volteé a ver la persona que me habló.
-Bien, supongo.
-¿Supones? Sí tienes algo que quieras decir...puedes hablar. Te escucho.- Me dijo papá. Sonreí o bueno, traté de sonreír, pero lo único que logré, fue hacer una mueca.
-Sólo quiero un abrazo...¿crees poder tener uno para mi?- Él asintió y me envolvió en sus brazos. Solté un par de sollozos. Necesitaba hacerlo, porque aunque pareciera que todo marchaba bien, que me sentía a la perfección, que hiciera pensar a los demás que nada me preocupaba...no estaba bien. Sentía que tenía algo pendiendo que resolver y por fin lo había logrado. Por fin, había logrado superar la idea de que era parte de la familia Wayne. Por fin había logrado entender, que mis padres siempre me amaron. Por fin había logrado captar, que la vida me había premiado con dos maravillosas familias.
-Lo hiciste...estoy orgullosa de ti, pequeña.- Me susurró mientras dejaba un beso en mi cabeza.
-Te amo tanto papá.- Admití. Nunca le había dicho algo como eso. Ni a él ni a mamá.
-Y yo a ti, mi pequeña.- Me separé de él. Le sonreí.
-Gracias...gracias por...por todo...eres un papá increíble.- Él me sonrió.
-Gracias a ti, por llegar a dejar alegría...estoy orgullosa de ti y de Damián.
-Eso deberías decírselo a él...no sólo a mi, ¿lo harás?- Él asintió. Porque, mi familia estaba bien, pero aún había un pequeño distanciamiento entre Dami y mi papá. -Y-yo...quiero ver a Conner, ¿no hay problema?
-No...anda, ve.- Le sonreí y salí de mi habitación en Monte Justicia.
Caminé por el enorme pasillo que me conducía hasta enfermería para ver a mi novio. Aún estaba algo débil, pero mejor que la noche pasada, si lo estaba.
Casi chocaba con Damián, pues ambos veníamos algo distraídos. Él me dió un abrazo que me sorprendió. Tardé unos segundos en corresponder.
-¿Estás bien?- Me preguntó al separarnos.
-Bueno...tengo un par de costillas rotas, el labio roto, hematomas por todo el cuerpo, una sutura en el brazo y una nueva cicatriz en el torso.- Dije como sí todo eso, fuera lo más normal del mundo.
-Uhm, pues entonces, estás bien.- Abrí la boca sorprendida por la respuesta de mi hermano.
-¿Bien? ¿Qué querías? ¿Que me estuviese desangrando?
-Tal vez así, seria algo serio.- Le di un golpe en el hombro, al parecer tenía una herida ahí porque se quejó.
-Tonto.
Sonreímos y cada quien siguió con su camino. Llegué hasta la enfermería. Iba a abrir la puerta, pero escuché la voz de Meghan. Fruncí el ceño.
Alcancé sólo a escuchar sólo una parte de la conversación:
-Me alegra que estés bien...todos estábamos preocupados por ti, sobre todo tu novia....se ve que te quiere, no había poder humano que la pudiera calmar.- Él soltó una risa. -Y ¿tú?...uhm, ¿la quieres?
Esa pregunta hizo que mi corazón se acelerara. Él había dicho muchas veces que me amaba, pero nunca lo habían escuchado decírselo a alguien más.
-No.- Cerré los ojos y sentí un nudo en la garganta por su respuesta.- Y-yo...la amo.
Abrí los ojos. No pude evitar sonreír.
No espere más, y abrí la puerta.
-Cielo.- Le sonreí a mi novio.
-Hola.- Le dije mientras entraba. -¿Ya te sientes mejor?- Me acerqué a él.
-Si.
-Uhm, yo...yo me voy, nuevamente, me alegra que estés bien.- Exclamó Meghan. Salió del lugar dejándome a solas con mi novio.
-Pensé que morirías.- Comenté con la cabeza gacha. Él me tomó del mentón y me hizo mirarlo directo a los ojos.
-Pero estoy aquí...contigo. Creo que tú amenaza de ir a hacerme la vida imposible al más allá, funcionó.- Negué con la cabeza.
-Tonto...no vuelvas a hacer algo como eso, eh...tengo tanto que agradecerle a Bart.
-Yo igual, estuve a nada de morir...¿tú estás bien?
-Si...algo jodida por los golpes, pero...más tranquila de que tú estés bien y que...esos locos estén lejos.
-¿Qué pasó con ellos?- Suspiré. Me acomodé un mechón de cabello.
-Pues...Lucy y su padre están en Arkham, sus monos en prisión y los Luthor...ellos lograron salir limpios, ya sabes, influencias de su padre.- Él hizo una mueca. Así como él, yo también quería que esos dos se fueran a prisión o algo así, pero no se pudo.
-Bueno, por lo menos dejarán de molestar por un tiempo.- Asentí. -Lo importante aquí, es que tú estés bien.
-Y que tú también lo estés.- Sonreí y me acerqué a él para darle un beso. Un dulce y tierno beso, que fue interrumpido por un sonido de mi teléfono. Gruñí. ¿Por qué rayos nos pasa esto a nosotros?
Era una videollamada con Julia. Miré al chico de hermosos ojos azules.
-¿Quién es?
-Mi mamá...adoptiva.
-Uh, ya había olvidado que tenía doble suegro...que problema.- Alcé una ceja. -Contesta, algún día nos teníamos que conocer.
-Claro.
Acepté la videollamada y el rostro de Julia y Michael apareció. Ambos sonreían, pero él dejó de hacerlo cuando vió a mi acompañante.
-¿Y ese quién es?
-Mike, no seas grosero.- Sentenció ella.
-Él, papá...es mi novio.
-¡¿Él?! Yo era más guapo de joven.
-No seas mentiroso Mike.- Él la miró mal. Grave error de Julia, llamar a una persona que no sea papá, guapo. -Que lindo muchacho...está muy guapo, con él sí te doy permiso de que te cases...¡imagínate lo lindos que serían mis nietos!
-¡Mamá! Por favor.- Me cubrí el rostro con ambas manos. Sentía mis mejillas enrojecer.
-Si, si, como sea...¿qué intenciones tienes con mi hija?- Rodé los ojos ante la típica pregunta, que hizo Michael.
-Señor, yo...yo amo a su hija.- Eso lo dijo mirándome a los ojos. Le sonreí.-Espere aquí señorita.- Asentí.
Esperé sentada en la silla. Volteé a todos lados, había mucha gente visitando a sus familiares, o bueno, tal vez hayan sido sus amigos.
-¿Qué haces aquí?- Fije mi vista en la rubia. -¿Vienes a burlarte de mí?- Rodé los ojos. Ella tomó asiento en frente de mí.
-No soy como tú, Lucy...sólo venía a verte.
-A burlarte de mí, es lo mismo, sólo que tú lo pintas más bonito.- Suspiré cansada.
-Vengo en buen plan...sólo quería decirte que...tú madre me buscó...ella está preocupada por ti.
-¿Mi madre? ¿Harleen Quinzel preocupada por mí?
-Si...supo lo qué pasó.
-¿Estamos en primera plana? ¡Dime que si!- La miré mal. ¿Enserio le importaba tanto eso?
-Si...
-Me alegra...y por cierto, estoy feliz de verte ¿sabes por qué?- Negué. -Te informo que, cuando salga... me voy a encargar de molestarte...muucho.
-Por favor, ¿aún no lo entiendes? Estás encerrada aquí, en ves de vivir tú vida como una adolescente normal por culpa de tus crímenes.
-Tú no lo entiendes...yo nunca fui normal.
Me levanté de la silla. Ya estaba cansada de lidiar con ella. Ya, por fin, había conseguido esa paz que tanto deseaba.
-Pudiste serlo, pero tú afán por ver a tu padre como un héroe te cegó...ser una criminal nunca acaba bien... ten por seguro de que yo me voy a encargar de que no vuelvas a lastimar a nadie más.- Di la media vuelta y salí de Arkham.
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My new life. My new family.
FanfictionMi vida fue una mentira. Nunca viví con mi verdadera familia... pero un asalto a mi escuela lo cambió todo. Mi nueva vida es distinta. Mi nueva familia es un tanto disfuncional pero linda. Nuevos amigos. Nuevos sentimientos. La segunda parte es: "...