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-¿Qué fue lo que te hizo?- Susurró acariciando mi mejilla con dulzura. Lo más probable es que mi rostro estuviera lleno de los golpes que recibí por parte de la bruja de Lucy cuando peleamos. Y sí a eso, le sumamos el hecho de que, me torturo y drogo...definitivamente me veía como un monstruo.
-Me quiero ir...por favor, vámonos ¿si?- Dije con la voz quebrada.
-Te voy a sacar de aquí.- Asentí y sentí mi cuerpo tambalearse. Ya sentía el efecto de la tortura. -¡Hey! Cielo.
Mis ojos se estaban cerrando. Quería dormir. Quería cerrar los ojos para después despertar y descubrir que todo había sido una pesadilla. Quería estar en casa con toda mi familia, amigos y novio.
-¡Adele! ¡Hey! Por favor...quédate conmigo.- Estaba a punto de caer de rodillas pero Conner me atrapó y me cargó, como sí fuese una princesa. -Vamos, sólo resiste un poco más.
No soporte más y cerré los ojos. Lo último que escuché fue la voz de Lina Luthor, decir:
-Hola hermanito...me temo que tendré que usar la piedra verde.







Abrí los ojos lentamente. Solté un quejido pues la luz me calaba los ojos. Miré a todos lados. Estaba en mi habitación. Quise sentarme pero un dolor me lo impidió. Era mi brazo, que tenía  una venda, estaba herido.
-Auch.- Dije mirándolo. Traté nuevamente sentarme y lo logré con un poco de dificultad.
Unos segundos después entró mamá. Cuando me miró, sonrió y corrió a darme un abrazo.
-Mi bebé.- Correspondí su abrazo con un poco de debilidad pues no me sentía al cien por ciento. -¿Cómo te sientes?
-Mejor, creo.- Respondí haciendo una mueca, al mismo tiempo que me alejaba lentamente. Ella estaba sentada en la cama junto a mi.
-No tienes idea de lo mucho que me preocupaste...que nos preocupaste.- Acarició mi mejilla con ternura.
-¿Cómo está Alfred?- Pregunte preocupada.
-Bien...afortunadamente no le pasó nada grave.
-Es bueno saber eso.- Mamá sonrió.
-Voy a avisar que ya has despertado.- Se puso de pie. Tomo el pomo de la puerta y cuando estaba a punto de salir la interrumpí.
-Conner...¿Conner está aquí?- Tragué saliva. En verdad temía que me diera un 'No' por respuesta. Quería saber sí el estaba bien y sí lo estaba, necesitaba saber sí el quería verme.
-Si...- En su rostro se plasmó una enorme sonrisa.- Debo confesar que ese chico vale la pena...estuvo cuidándote los días que estuviste dormida.
-¿D-días?
-Dos, para ser exacta.- Hice una mueca. Eso fue demasiado.
Salió de la habitación y en un abrir y cerrar de ojos, ya tenía a toda mi familia reunida a excepción de Conner y Alfred. Este último debía descansar y Kon, creo que quería verme a solas.
-¡Enana!- Jay me dió un abrazo fuerte. -Fue un enorme susto ¿eh?
-Lo sé...¿te molestaría dejarme respirar un poquito?- Mencioné a punto de asfixiarme.
-Si, lo siento.
-¡Baby Wayne!- Está vez fue Dick quien casi me deja sin oxígeno.
-D-dick.
-¡Suelta a mi hermana, idiota!- Damián empujó al mayor y luego me envolvió en un abrazo, que me tomó por sorpresa pues él no es de dar abrazos. -No vuelvas a hacer eso...tonta.
-Supongo que, ¿gracias?- El oji-verde sonrió y se alejó dándole paso a Tim para darme una linda bienvenida, por así decirlo.
-Me alegra saber que estés bien.- Comentó mi tercer hermano mayor sonriendo.
-Bien, bien, chicos, es el turno de Batman.- Solté una risita por lo gracioso que sonó papá, al decir tal cosa. -No quiero agobiarte ahora con preguntas, así que, hablaremos de esto más tarde...¿cómo te sientes?
-Olvidando el hecho de que casi muero por segunda vez...estoy bien.- Sonreí. Papá revolvió mi cabello de forma juguetona. -Ahora, necesito salir de esta cama.
-No, definitivamente no.- Sentenciaron mis hermanos mayores y padres.
-Pero...- Traté de levantarme de la cama pero Richard me detuvo.
-¿Por qué eres tan necia?- Exclamó Jay. Alcé los hombros indicando que no sabía la respuesta.
-Eres como Damián y tu padre.- Comentó mamá negando con la cabeza.
-Bien.- Dije rindiéndome.- Sí no me dejarán levantarme de esta cama, por los menos ¿podrán dejarme a solas con mi novio?- Todos me miraron mal excepto mamá.
-Suena muy feo cuando dice "mi novio".- Susurró Tim a Jason. -Y más sí se trata de mi mejor amigo.
-Bien, abandonemos el lugar.- Mencionó mamá, pero nadie se quizo mover.- ¡Dije que nos fuéramos! ¡Vamos chicos, afuera!
Mis hermanos salieron refunfuñando.
-Nosotros también, Bruce.- Ella tomó a mi padre de la mano y lo sacó a la fuerza.
Solté una risita. Definitivamente vivía en una casa de locos. Mi familia no es para nada normal y eso...me gusta.
Recargue mi cabeza en el respaldo de la cama y cerré los ojos.
Lo que me pasó fue horrible. Fue una enorme tortura. Y no sé como mi cabeza pudo crear alucinaciones tan locas y feas. Tengo demasiada imaginación. Y creo que también tengo muchas cosas que me estoy reteniendo y que no he querido aceptar. Lucy dijo "Dime ¿a qué le temes?". De cierta forma, esa lunática me ayudó. Me ayudó a descubrir que hay cosas que mi mente trata de olvidar para no hacerme sufrir, pero que sí dejó pasar me afectaran en un futuro.
-Hola.- Abrí los ojos y fijé mi vista en el hermoso chico que venía hacia mi.
-Hola.- Sonreí alegre.
Se sentó en la cama y me miró como sólo él lo sabe hacer. De inmediato mis ojos se llenaron se lágrimas.
-¿Ya te sientes mejor?- Preguntó de forma tierna. Una lágrima traicionera corrió por mi mejilla pero no tardé en limpiarla con la manga de mi suéter.- Hey, no llores.
Pero ¿Por qué tiene que ser tan hermoso? ¿Por qué tiene que ser tan tierno? ¿Por qué tiene que ser tan perfecto?
Se acercó más a mi y acarició mi mejilla. Cerré mis ojos y dejé que las lágrimas cayeran.
Realmente me dolería demasiado sí él algún día decidiera dejarme. Sé que es bobo que me ilusione con el primer chico del que me enamoro. Sé que es demasiado pedir, poder quedarme con mi primer amor. Pero sólo quiero imaginar que él siempre será mío, que mi corazón le pertenecerá a él y el suyo, a mi.
-Oye...
-Lo siento.- Limpié mis lágrimas y sonreí.- Y-yo...
-Shh, sólo, ven acá.- Me envolvió en un abrazo, el cual correspondí con mucha fuerza. Acarició mi cabello con delicadeza.
Tardamos mucho tiempo así, abrazados.
Me separé lentamente de él y le sonreí.
-Gracias...me salvaste por segunda vez, ¿creo?
-No fue nada...sabes que siempre llegaré por ti ¿cierto?- Asentí.
-Eres mi héroe, pero no se lo digas a Batman ¿de acuerdo?- Soltó una risa.
-De acuerdo...¿hay algo que quieras decirme?
-¿Yo?- Me señalé con el dedo índice. Asintió.- No, ¿por qué piensas que quiero decirte algo?
-Porque estás haciendo esa cosa que siempre haces cuando quieres decirme algo, pero tienes miedo.- Abrí los ojos ampliamente.
-¿Y qué es lo que hago?
-Haces una especie de puchero y das una mirada de "lo lamento".- Solté una risa.
-¡Yo no hago eso! O, ¿si?
-En el tiempo que llevamos juntos, he sabido aprender de ti.- Sonreí juguetona.
-¿Ah, si?
-Si...sé que odias el chocolate amargo porque el chocolate es un dulce y los dulces, deben ser dulces. También sé que odias la ropa color amarilla así como odias las faldas sin mallas. Sé que detestas que alguien tenga la razón cuando tú, no y que cuando frunces el ceño estás molesta.- Abrí la boca sorprendida. Realmente me conoce a la perfección.
-Yo también te conozco muy bien.- Comenté en forma competitiva.
-Y ahora quieres desviarte del tema.
-¡Yo no...! ¡Yo no quiero...!
-Dime lo que sea que me quieras decir.
-¡Vaya! Tu, si que me conoces.- Miré mis manos. Estaba un poco nerviosa por como se tomaría lo que estaba a punto de decirle. -No quiero que te molestes conmigo.- Hice una mueca.
-¿Debería?
-Como sea...Nicholas Luthor fue quien me ayudó a salir de la habitación en la que Lucy me encerró, por eso me encontraste en ese pasillo.- Lo miré directo a los ojos. Se veía un poco molesto.- Acepté su ayuda porque...porque realmente quería salir de ahí.
Hice una pausa. Él me miraba un poco confundido y un poco enfadado.
-Pero, eso no es lo que me querías decir ¿cierto?- Tomé una bocanada de aire y continué.
-Este...él...él dijo que...él me dijo que no quería que eso pasará...lo de que Lucy me hiriera. Caminamos y luego nos encontramos a Lucy y a Lina Luthor, las cuales se molestaron porque él me ayudó. Le reclamaron que ese no era el plan...Lucy debía encargarse de mi y los Luthor de ti.- Alzó una ceja. -Pero antes de eso...él... m-me besó.
Cerré los ojos esperando que no se enojara por eso qué pasó. No dijo nada. Abrí un ojo y luego el otro. Había cerrado los puños, tal como lo hace cuando está molesto.
-Pero supongo que no lo hizo porque si.- Murmuró con un tono molesto.- Quiero que me digas la verdad Adele...¿te hiciste amiga de él?
-¡N-no! Sólo...sólo...sólo salí con él, una vez...una salida casual.- Frunció el ceño. Definitivamente estaba súper enojado.
-Así que...no prestaste atención a lo que te dije. Te pedí sólo una cosa y no la cumpliste...te pedí que no te acercaras a él y no pudiste hacer eso.
-Oye...Yo...lo lamento.- Susurré apenada. Él tenía mucha razón. Sólo me pidió que me alejara de una mala persona y simplemente no lo hice porque soy necia. -Creo que soy demasiado estúpida por pensar que tal vez él era una buena persona.
-No, no eres eso...lo que sucede es que tú no ves la maldad en las personas.
-Y eso ¿es bueno o es malo?
-Un poco de ambas...pero sí fue una salida "casual", ¿por qué te iba a besar?
-No lo sé...está loco como su padre y hermana.
-Creo que es porque quiere que te alejes de mi...siempre tendremos una eterna competencia la cual él querrá ganar quedándose contigo.- Me acerque a él. Estaba tenso. Le tomé la mano y note como se relajaba un poco.
-Pero él no se quedará conmigo...yo siempre te elegiré.-Recorrió con su mirada mi rostro hasta detenerse en mis labios. Se fue acercando lentamente hasta que me besó.
Lo tomé de la nuca para profundizar el beso.
Realmente lo necesitaba tanto.
Tuvimos que separarnos por falta de aire.
-¿Estás molesto?
-Si, lo estoy...pero no porqué te haya besado, porque sé cuál era tu situación...te vi, estabas asustada...estoy molesto porque no pudiste escuchar lo que te dije.- Hice una mueca.
Entendía que se molestara. ¿Por qué no confíe en él, antes? Él no me estaba inventando que Nicholas Luthor era un mal nacido como su padre.
-Entiendo...y en serio, lo siento mucho...al hablar con él comprobé lo que me dijiste. Te odia, y te quiere hacer daño.
-Pero no me hará daño lastimándote a ti, porque él jamás te heriría. Cuando te desmayaste, te tomé en brazos y ellos aparecieron...Lina no se dió por vencida pero Nicholas...noté como te vio.
En verdad me alegra que no le hayan hecho daño. Estaba preocupada por él. Por lo que le harían ese trío de psicópatas.
Nos quedamos en silencio por un buen tiempo.
Lo miré de perfil. Se veía tan hermoso. Él siempre se veía tan hermoso. Su rostro era tan adorable y a la vez tan...tan atractivo...no sé sí se entienda. Sus ojos azules.
Creo que estoy locamente enamorada. Lo veo y me parece tan adorable y sexy a la vez. De acuerdo, realmente perdí la cordura.
-Gracias.
-¿Eh? Creo que ya me agradeciste.
-Pero, lo haré una y otra vez.- Sonrió levemente. Yo sé como quitarle el enojo.
-No tienes que hacerlo...me importas mucho.
-Y tu me importas mucho a mi...- Suspiré.- Te amo Conner.
Fijo su vista en la mía. Acercó su rostro al mío.
-Y yo te amo Adele.
Unió sus labios con los míos. Sonreímos en medio del beso. Cuando nos separamos, aún sonreíamos.
-¿Sabes que besas mejor que cualquiera?
-¿A cuantos has besado? ¿Eh?
-Eso es confidencial.- Comenté con una sonrisa traviesa mientras le tomaba la nariz de forma juguetona.- Eres mi chico de acero.

My new life. My new family.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora