Estefanía.
Un mes después.
Estefanía, estoy preocupada por ti —dijo Rosa, extendiéndome una taza de café.
—Ya no me interesa que Elizabeth continúe amargándome la existencia. Sin mi madrina esta casa ya no es la misma... —mis palabras eran apagadas.
—Aun así, mi preocupación es profunda. Niña no quiero que esa mujer te haga daño, la escuché hablando con el patrón sobre la tal Eva.
En el momento en que aquel nombre salió de los labios de Rosa, me levanté rápidamente de la silla.
—¿Qué dijo? —Mi voz era apremiante.
—Quiere invitarla a que venga por una temporada y conquiste al joven... —sentí palidecer al oír eso.
—¿Y qué contestó Rodolfo? —Pregunté con temor.
—Él no está de acuerdo, dijo que la muerte de su madre estaba muy reciente como para traer invitados —su respuesta me devolvió la paz; sin embargo, ya sabía que Elizabeth venía con todo. Rosa se sirvió café, bebió un buen sorbo y continuó: —También oí cuando le pidió contratar a un nuevo capataz. Dijo que con el que está no basta ¡Sabrá Dios con qué intención lo hace! Algo trama. Ahí el patrón no contestó nada —continuó narrando. No presté atención a la última información.
—Sé que ella va a hacer todo lo posible por volverme su esclava, pero no se lo pondré fácil —declaré.
—Ándate con cuidado, esa mujer es muy mala —me recordó.
—Lo sé, Rosa, y no te niego que tengo miedo, pero no sé, lo voy a poner fácil...
—Estefanía, escucha y acepta el consejo de esta negra que tanto te quiere.
—Dime Rosa.
—No te entregues al joven Adrián. Sé qué no es un mal hombre, pero el amor ciega y tu alrededor, en este momento, es un campo minado. Me dolería mucho que mancillen tu honor y debas sufrir las consecuencias. Júrame que solamente te entregarás a él cuándo te haga su esposa y no antes —su voz fue maternal.
—Te lo prometo Rosa —le contesté. Ella tenía razón; aunque lo amara, debía de cuidar mi reputación, así todo mi ser clamara por él. Ahora, ¿soy lo suficientemente fuerte para negarme?
—Algo más: —continuó diciéndome ella—. Si las cosas no salen en favor tuyo y Elizabeth cumple su voluntad... —en ese instante la interrumpí. No quería pensar en esa posibilidad.
—No sigas, Rosa, eso no sucederá. Ni Elizabeth, Rodolfo Álamo y mucho menos la tal Eva nos va a separar. Adrián y yo nos amamos profundamente —dije con determinación.
—Aun así, insisto y déjame terminar. Si sucede lo peor y debo decírtelo porque desgraciadamente no traemos una bola de cristal para adivinar nuestro futuro, prométeme que reflexionarás en la propuesta de Guillermo Aristiguieta.
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Resurreccion: El Origen de Malena TERMINADO ✔ 1era parte (SAGA)
RandomEstefanía es una hermosa joven mestiza que se conforma con su vida sencilla y cómoda bajo la tutela de Ana Álamo, dueña de la productiva hacienda «Los Álamos». La llegada de Adrián Álamo (nieto de Ana) y del misterioso Arturo Palacios, Conde Dómine...