¿Cómo se encuentra la señora Elizabeth? —Preguntó Guillermo a Rodolfo que parecía una chimenea humana de tantos puros que había consumido.
—Muy afectada y esa actitud para mí es exagerada —le contestó el hombre con voz tensa.
—Bueno, tú mismo me contaste los lazos que ellas crearon.
—Aun así, Guillermo, Elizabeth parece estar en otro mundo y no es este.
—Trata de comprenderla —le dijo Guillermo tratando de apelar a sus sentimientos más humanos, pero sus palabras solamente lograron dibujar una sonrisa irónica en el hombre.
—No sabes lo que me pides, en eso se me ha ido casi toda mi vida: en tratar de comprender a la mujer que Dios me dio como esposa —sus palabras tenían un dejo de melancolía e ironía, también decepción.
—Lo siento Rodolfo.
—No lo sientas Guillermo, cada quien cosecha lo que siembra.
—Aun de esta manera, trate de sobrellevar las pruebas tan duras que nos están llegando; es lo único que nos queda, afrontarlas con dignidad —esté último comentario pareció calmar un poco el pesar de Rodolfo.
—Tienes razón joven, amigó, vamos a bajar ya, el sacerdote está orándole al cuerpo de Lilian y mi esposa está dormida gracias a un fuerte calmante que le suministró el buen doctor. Solamente me queda estar ahí para que todo se resuelva lo más rápido posible.
—¿Y qué piensa hacer con el cuerpo de esa mujer? ¿Va a colocarla en el panteón familiar?
—Tenía planeado enterrarla en una fosa común, pero sé que a Elizabeth le va a caer mal.
Luego del comentario, Rodolfo hizo ademanes de acercarse a la puerta para salir, pero Guillermo lo detuvo y le dijo: —Sé que no es el momento, pero debo decirte algo... —declaró un poco apenado por las circunstancias en las que estaba envuelto el entorno, no obstante, la urgencia que demandaba su corazón era de aquellas, cargadas del mismo ímpetu que experimenta una persona cuando se le ha condenado a la pena de muerte. Así de urgente era su necesidad.
—¿Qué sucede Guillermo?... ¡Acaso hay otra noticia peor de la que ya me agobia! —le interrogó Rodolfo viendo la urgencia del muchacho.
—Dado los acontecimientos creo que es una buena noticia, que te sería de mucha ayuda en tu situación.
—Explícate, ¿qué quieres proponerme?
—¿Recuerdas la propuesta que me hiciste en torno a tu hija?
—Claro que lo recuerdo, ¿qué sucede con eso? —La atención de Rodolfo creció.
—Sucede, Rodolfo, que en todos estos días estuve pensando detenidamente, realmente sería un honor que me permitieras casarme con Estefanía; es más, quiero pedirte en este momento su mano —aquellas palabras le dieron luz al rostro de Rodolfo, que ya llevaba varios días sin mostrar serenidad.
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Resurreccion: El Origen de Malena TERMINADO ✔ 1era parte (SAGA)
RandomEstefanía es una hermosa joven mestiza que se conforma con su vida sencilla y cómoda bajo la tutela de Ana Álamo, dueña de la productiva hacienda «Los Álamos». La llegada de Adrián Álamo (nieto de Ana) y del misterioso Arturo Palacios, Conde Dómine...