¥ RUMORES Y SOSPECHAS ¥

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Estefanía.

Cuando salía de las barracas, pude captar una conversación de José dónde manifestaba lo sorprendido que aún estaba por lo ocurrido en el bosque; el niño se negaba aceptar que lo que había visto en el bosque fuese falso, entonces decidí entrar en aquella controversia; al verme hizo silencio.

—Niña Estefanía perdoné a mi hijo, es muy joven y sus ojos son fáciles de engañar —se disculpó Joaquín al sentirme llegar.

—No tienes por qué disculparte, sé que la imaginación de José es grande.

—¡No lo imaginé! ¿Por qué quiere ocultar la verdad? El patrón ahuyentó a la bestia con rayos de luz que salían en sus manos —quedé en súbito silencio ante sus palabras; Joaquín volteó a mirarme.

—Estefanía, no es por defender a mi muchacho, pero varios esclavos fueron testigos de lo que le pasó al joven la noche del cumpleaños de la patrona.

—No sucedió nada Joaquín, solamente estaba tomado.

—Casimiro dijo otra cosa; juró que admiró salir marcas extrañas en las muñecas del patroncito y que se abrían solas ante la mirada de todos los presentes.

—Casimiro; ese se marchó llevándose a Joaquina sin siquiera despedirse de mí —pensé en voz alta—. Sin embargo, lo que menciona es una locura; esa noche llovía muy fuerte y había muchos truenos ¿Cómo podrían distinguir bien entre tanta agua y la oscuridad de la noche?

—Es verdad, pero este negro también ha presenciado lo sobrenatural en estas tierras; sé que el demonio ha posado los ojos por esta hacienda desde hace mucho tiempo. Un ejemplo de eso, es como se llevó a Pedro; muchos esclavos en la barraca han jurado ver a una extraña sombra alta y lánguida deambulando de noche por estos lugares, se fija en la casa grande y luego se pierde en las entrañas del monte, matando cuanto ganado se le atraviese y dejando marcas extrañas en los sembradíos; usted misma ha sido testigo de cómo ha ido disminuyendo la productividad; hasta las plantas se secan —la piel se me erizó, no obstante, me controlé ante su mirada y traté de ser racional; él tenía razón, muchos animales habían muerto y no daban aún con la causa; esa era otra preocupación para Adrián y Rodolfo.

—Ahora entiendo de donde salen las fantasías de José —declaré—; escuchando tales historias; quieren crear leyendas en torno a la finca los Álamos, al igual que hicieron con la propiedad del Renacer. Les suplico que dejen de estar originando mitos donde no los hay, solamente fuimos atacados por un animal, y me preocupa que José lo continúe repitiendo; no quiero que por sus imprudencias estos comentarios lleguen a los oídos de don Rodolfo y Elizabeth, sobre todo de Elizabeth; ella no es como mi madrina y ya he escuchado rumores de que quiere contratar a otro capataz; no quiero ni pensar que se traerá en mente, esa sí es una verdadera, demonio y es de carne y hueso, no como esos fantasmas que ustedes susciten ver —acto seguido hice ademanes de marcharme, pero Joaquín me detuvo.

Resurreccion: El Origen de Malena TERMINADO  ✔ 1era parte (SAGA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora