Estefanía.
Otras Semanas después.
Cada día traté de infundirme valor, pero no lo logré. Volví a sentirme desamparada, afrontando sola esta desgracia. Era difícil aceptar que yo no podía cambiar quién era y mi entereza mental tenía un precio demasiado alto que debía pagar. No tuve más noticias de Adrián. Ese silencio terminó de resquebrajar la poca fortaleza que me quedaba. Traté de mantener mi orgullo aparentando que estaba bien, pero dentro de mí solamente crecía un averno. Mientras yo moría cada día por dentro por no saber de él, el escudo que coloqué sobre mí se quebraba, ya no podía mentir más. Por otro lado, hice todo lo necesario para mantener la cordura, aunque aún el valor por acercarme al mausoleo y rociar el agua bendita no apareció. Sé que tenía que hacerlo, pero engañaba a mi mente escondiéndome en la excusa de que después de varias semanas nada extraño sucedía.
Otro de los inconvenientes que me preocupaba y me daba vueltas en la cabeza, era que el padre Arístides, luego de nuestra conversación, no había visitado de nuevo la hacienda. Escuché de Rodolfo antes de que partiera junto a Guillermo, que el padre cayó enfermo. Rodolfo, al enterarse, fue a visitarlo. Yo me sentí culpable, pensé que al hablarle de Lilian lancé sobre él un sortilegio, aun estando ella enterrada. Eso era una señal de que yo estaba en lo cierto con relación a Lilian. Uno de los monaguillos de la iglesia y la esclava que cocinaba en la parroquia, le contaron a Rodolfo que el sacerdote había llegado feliz en su visita a la hacienda "El Renacer", no paró de hablar de la belleza del lugar; él, al igual que todos los demás, desconocían su interior; unos pocos días después cayó enfermo con fiebres y delirios. Yo decidí visitarlo en ese mismo momento.
Salí apresurada y le pedí a José que, por favor, arreglara el carruaje para que me llevara al pueblo; no podía dejar de sentirme culpable por la enfermedad del párroco. La noche anterior, en mis sueños, lo vi quemándose vivo una y otra vez, tal y como vi a Lilian. Subí a la alcoba a buscar el diario; estaba arrepentida de no haberle dicho la verdad y esa culpa no me dejaba dormir.
En las noches que transcurrieron luego de hablar con el padre, yo continúe hundiéndome en la lectura del diario, bebiendo cada palabra escrita por la mano de Antonio. Entonces descubrí que una de las páginas hablaba de Bartolomé de la siguiente manera:
"Bartolomé se fue apagando y consumiéndose al igual que una vela. Esos cambios se sucedieron en él la tarde que visitamos la mansión de Lord Jean Franco Changerir; nuestra visita fue corta. La Toscana brindaba paisajes hermosos y majestuosos a la vista, hecho que hizo que olvidáramos el verdadero motivo de vuestro viaje. Changerir era uno de ellos. Bartolomé lo dudaba, pero mi intuición no me permitió dudarlo.
Changerir era un aristócrata culto con el cual se podía entablar conversaciones interesantes, ya que poseía un amplio léxico y dominaba muchos temas de conversación. Llegamos a su hermosa mansión con el pretexto de estar interesados en sus vinos, uno de los mejores de la región. Tardamos mucho en contactarlo, necesitamos varios días de insistencia hasta que por fin nos atendió.
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Resurreccion: El Origen de Malena TERMINADO ✔ 1era parte (SAGA)
RandomEstefanía es una hermosa joven mestiza que se conforma con su vida sencilla y cómoda bajo la tutela de Ana Álamo, dueña de la productiva hacienda «Los Álamos». La llegada de Adrián Álamo (nieto de Ana) y del misterioso Arturo Palacios, Conde Dómine...