Harry y Mary: Héroes de dos mundos[Terminada]

capítulo 51 Profecía... Cumplida

Harry Potter pertenece a JK Rowling

Las Crónicas del Campamento Mestizo pertenecen a Rick Riordan.

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51: Profecía… Cumplida

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El día siguió su camino y aunque Dumbledore estaba preocupado de que alguien contara con el poder mágico suficiente, para destruir una de las tres Reliquias de la Muerte, tuvo que prestar atención a una lechuza la cual llegó, el director alzó una ceja y agarró la carta, era de James.

Estimado Profesor Dumbledore.

Por medio de la presente, solicito que contacte con Harry, para que me ayude en el ministerio, pues un miembro del mismo, ha sido herido de gravedad y posiblemente, solo (en palabras de Herbert Spleen) "las excepcionales habilidades Medimágicas de Harry", podrían ayudar a este hombre.

ATTE.: James C. Potter

Albus se puso de pie y se Desapareció, para llegar ante la pared/puerta de la sala de Slytherin ―Supremacía ―el muro se hizo a un lado.

―Director Dumbledore ―pronunció Snape, sorprendido de verlo en tal lugar― ¿En qué puede ayudarle, la casa Slytherin? ―Albus entregó la nota.

―Una carta de James Potter, solicitando a su hijo: Harry Potter, en las inmediaciones del Ministerio ―explicó el hombre, mientras escuchaba pasos, viendo a Harry con la varita en un porta-varitas, y acomodándose, un anillo desconocido, en la mano derecha ―Oh Harry, aquí estás.

―Aquí estoy ―dijo el joven ―Accio: Biblia de Medimagia ―murmuró, mientras que el libro llegaba a sus manos y él iba hacía la chimenea de la Sala de Slytherin, agarrando polvos Flu― ¡Ministerio de Magia! ―Harry desapareció en llamas verdes, mientras que Dumbledore salía de allí.

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Harry llegó a las inmediaciones del ministerio, ya estaba dentro, gracias a la chimenea, así que fue para pedir información, pero al ser reconocido por la recepcionista, ordenó que Lupin le acompañara, Harry se llenó de felicidad, era desconocido para muchos, pero Remus Lupin, era el padrino de Harry, solo se dieron la mano y rápidamente Harry fue guiado hasta la sala de primeros auxilios del Ministerio, donde encontraron a Percy Weasley, sobre una camilla, estaba tiritando, sudando y sumamente pálido.

―Envenenamiento ―gruñó Harry, antes de abrir el libro ―Necesito un Bezoar, rayas de muérdago, cuerno de unicornio e ingrediente estándar ―pidió Harry, pero ya un ayudante estaba entregándole el antídoto para venenos comunes, dándoselo a beber al joven ayudante de Fudge, pero no pasó nada, tras eso, Harry pidió una poción calmante, que pareció hacerle bien, al ayudante de Fudge. ―Ennervate ―arrojando una luz roja, permitiendo que el joven dejara de tiritar― "Reparifors: Imperial" ―todos miraron extrañados a Harry, para luego ver al Weasley flotar, rodeando por un aura blanca/purpura. Weasley comenzó a respirar más calmado, todo su mundo se aclaró y luego comenzaron a hacerle preguntas.

―Estaba realizando el inventario en la sala de las profecías, por ordenes del Ministro Fudge ―explicó, luego sentí como una serpiente me saltaba encima y me envenenaba ―Lo último que vi, fueron dos pies… alguien tomó una profecía, que tenía que ver con Aquel-Que-No-Debe-Ser-Nombrado y los hermanos Potter.

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― "No fue un Mortífago" ―susurró Dumbledore, en la soledad de su oficina, solo hasta ahora. Luego de tantos días, finalmente pudo unificar las piezas, al recordar cómo alguien había estado muy atento a él, mirándolo en los desayunos, almuerzos y cenas, anotando cosas en un cuaderno, al pendiente― "Harry"―sentenció― "Harry está en mi contra y del lado del Ministerio" ―pasó una mano por su cabello, mientras que las fichas caían en su lugar, recordó como Harry lo desarmó, rompió y quemó la Varita de Saúco― "No necesariamente está del lado de Fudge: él desea conseguir algo, pero…" ―se movió hasta su librero y con su varita, lo apartó hacía un lado, entrando en una sala pequeña y agarrando un libro. Despues de que Hera destruyera sus rastreadores, comenzó a almacenar la mayor cantidad de información, que pudo en libros y uno de esos libros, tenía algo único, algo que le informaba de todos los pasos dados por Harry Potter. Hace ya mucho, que había dejado de lado a Mary, leyó las últimas actualizaciones del libro y las letras brillaron en un tono dorado, algo más se estaba agregando a la página 66, pero volvió a la página 65, lo leyó y suspiró ―El poder corrompe ―se dijo― "Destruyó la varita de Sauco y destruyó la Piedra de Resurrección… ¿Tendrá la Capa de Invisibilidad, el mismo destino?" ―sonrió, para sí mismo, cerró el libro, salió de la habitación y se paró en medio de la sala, mientras comenzaba a mover su varita en distintas direcciones e invocaba una magia antigua y poderosa, algo que su padre le enseñó y luego, solo desapareció en una esfera de rayos descontrolados, que quemaron algunas cosas, mientras que Fawkes salió volando, para evitar ser alcanzado por un rayo, de su Familiar humano.