Harry y Mary: Héroes de dos mundos[Terminada]

capítulo 18 Comienza el segundo año (y los problemas)

Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Percy Jackson pertenece a Rick Riordan.

N/A Diego: Harry es un Ravenclaw por el nombramiento del sombrero, pero es un Slytherin por sangre (los Potter son descendientes de los Peverell, quienes lo son de Salazar)

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18: Comienza el segundo año (y los problemas)

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Harry, Mary, Hermione y Lou, subieron a los carruajes de Hogwarts, dando paso a entrar en el colegio, yendo directamente hacía sus mesas.

―Harry, Hermione, Lou, bienvenidas ―saludó La Dama Gris.

―Gracias ―dijeron los tres sonrientes.

―Un año más, Mary ―dijo Parvati Patil sonriente.

―Eso parece ser, Parvati ―dijo Mary sonriente, mientras comenzaban a conversar sobre lo que habían hecho en verano.

Harry y Mary, pronto se giraron al notar como los miraban de forma casi penetrante, encontrándose con el director, quien parecía haber recibido un susto hace poco tiempo, cosa que les hizo preguntarse qué asustaba tanto al hombre, casi podían jurar que les temía a ellos. Decidieron ignorarlo, ni siquiera prestaron atención al tonto discurso y cenaron. Era un autentico problema, eso de salir en la mañana y llegar en la noche al colegio, aunque solo parecía molestarlo a él, dicha lógica. Ya pensaría en algo para remediar aquellos largos viajes, por ahora, sería mejor comer, pues finalmente Dumbledore dejó de hablar y les permitió agarrar los alimentos ante ellos. En eso, entró un sobre rojo, el cual Ronald agarró con algo de miedo y los demás, con ascendencia mágica entendieron lo que era, el sobre comenzó a soltar humo y algunos le decían que lo abrieran, pero este estaba tan pálido y asustado, que no lo hizo.

―RONALD WEASLEY ―era la voz de la señora Weasley ―ROBAR EL AUTOMOVIL, NO ME EXTRAÑARÍA SI TE EXPULSAN. SUPONGO QUE NO TE PARASTE A PENSAR LO QUE TU PADRE Y YO SUFRIRIAMOS, AL VER QUE EL AUTOMOVIL NO ESTABA. ―los platos, vasos y utensilios de cocina, tintineaban, ante el volumen de la voz de Molly Weasley ―TRAS LEER LA CARTA DE DUMBLEDORE, CASI NOS MORIMOS DE LA VERGÜENZA, NO TE HEMOS CRIADO PARA QUE TE COMPORTES ASÍ, PUDISTE HABERTE MATADO. EL JEFE DE TU PADRE ESTÁ COMPLETAMENTE DISGUSTADO Y YA ESTÁ HACIENDO INDAGACIONES, TODO POR CULPA TUYA, SI VUELVES A HACER ALGO COMO ESTO, POR MÁS PEQUEÑO QUE SEA, ENTONCES CONSIDERATE ECHADO DEL COLEGIO ―la carta dejó de echar humo, el cual se despejó en un instante, la carta cayó al suelo, inerte, todo volvió a la normalidad lentamente, aunque el ambiente seguía... caliente. Dumbledore se giró hacía Harry, notando la clase de amigos que le gustaba tener: refinados, calmados, que pensaran con la cabeza fría, este acto de rebeldía claramente no le era preferible o agradable, definitivamente tendría que poner sus ojos y esperanzas en la nueva generación Weasley, en Ginevra, tendría que investigarla primero, para saber sus gustos. Afortunadamente, estaba en Gryffindor y acercarse a su antigua casa, no era un problema, exactamente.

Luego de la cena, todos tomaron camino hacía sus respectivas salas comunes. E igual que en la ocasión anterior, la gárgola con forma de águila les esperaba con la pregunta ―En cisne, o en toro, o en lluvia, me mudo para seducir tu cuerpo desnudo. ¿Quién es?

―Zeus ―dijo Harry de brazos cruzados, todos lo voltearon a mirar, ¿qué hacía allí?, él miró hacía la ventana, estaba lloviendo, llevó su mano hacía su espada y la otra hacía su lanza de serpiente ―El rey del Olimpo sedujo mujeres, con las cuales tuvo varios cientos de Semidioses, transformándose en distintos animales.