Chillido: Luna De Sangre

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El fénix chillaba fuerte, llamando la cobija del sol, estaba atrapado bajo una red que era demasiado pesada como para salir de ella.

- ¡Amo, lo he encontrado! - decía saltando Hyuk, el Tigre más bonito de toda la manada, era un dulce beta, algo bobo pero de buen corazón.

- Muy bien pequeño - daesung le sonrió - vamos, ayúdame bebé.

Hyuk sintió su corazón cálido ante el apodo y asintió corriendo para sujetar al fénix con cuidado.

- Tranquilo pajarito - acarició sus dolorida plumas - te cuidaremos bien, eres muy bonito.

El ave le grito duro, pidiendo su liberación.

- sujetalo bien Hyuk, no queremos que se escape - el tigre pequeño miro a los ojos al ave y pidió disculpas con la mirada.

Ató sus alas y pies para echarselo sobre la espalda y llevárselo junto a Daesung.

- Que bonito pajaro - lo acarició Daesung - ¿te imaginas que fuera un omega? - comentó - cómo sería un Tigre con alas.

- Sería una quimera fea - contestó enojado Hyuk - muy fea.

El ave lo picó, como entendiendo que lo había ofendido.

Mientras tanto el ave llamaba por su pareja, tratando de comunicarse con un lazo que no existía, llamaba a gritos ayuda, no quería irse, no quería ser encerrado, debio obedecer a los sabios cuando le dijeron que no bajara mucho en el acantilado.

Mientras caminaba la cuadrilla lunar, Yoongi sintió un dolor punzante en su cabeza y se quejó.

- ¿Qué sucede hijo? - preguntó Diana rápido acercándose para socorrerle después de haber caído al piso - ¡Qué está pasando, Hoseok, qué pasa!

El dios de la sabiduría miró a Jeon que alzó los hombros... Asintió y viró los ojos hasta que estos se volvieron blancos y brillantes, su cabello se encendió en fuego rojo y se agachó para sostener la cabeza de su hermano.

- Muéstrame tu mente, muéstrame la verdad de tu alma - Yoongi abrió sus ojos y estos eran blancos también, su cabello comenzaba a brillar plateado y en su frente comenzaba a verse la marca lunar.

La luna menguante que lo distinguía como hijo directo de la luna.

Hoseok se concentró, buscando en el mar del alma de su hermano aquello que lo había hecho colapsar, hasta que el  mismo escucho en sus oídos el grito y chillido de una ave llamando por su pareja.

Era tan fuerte el sonido que el mismo cayó a un lado, su cabello se apagó, sus ojos volvieron al normal y miró a su madre, Diana también habia entrado en trance.

Sus cabellos eran rodeados por estrellas que lo hacían volar en el viento, sus ojos se habían vuelto negros como la noche, su cabello blanco comenzó a brillar, los lunares de su sus brazos se convirtieron en las fases de la luna.

Y en su frente, la luna llena se formaba, indicando la máxima autoridad dentro del planeta, su cabeza miró hacia arriba de golpe y el brillo comenzó a salir de su cuerpo hasta volverse rojo.

- Oh oh... Tenemos un problema, un muy grabe problema - comentó Jeon, cupido.

- Estamos jodidos - contestó - la luna de sangre se adelantó.

- ¿Como es eso posible? - preguntó Jeon, sosteniendo a diana para que no cayera.

- Parece que está forzando al alfa de Yoongi a salir por el llamado de su pareja - contestó cerrando sus ojos y concentrándose en lo que pudo ver y escuchar - esta en peligro, Jimin esta en peligro.

- ¿Qué carajo sucede con la luna roja? - contestó

- ¡Vamos a bajar cuanto todos estarán locos por marcar a todos!

Hoseok asintió

- Parece ser que sí - un grito desgarrador femenino se escucho y voltearon la cabeza a diana.

Ahora tenía un precioso cabello color rubí, labios rosas, grandes pechos, cintura diminuta y buenas caderas, era ardiente.

Era hermosa, aun más hermosa que en su fase de paz.

Está Diana era caliente, abrió sus ojos y estos seguían en negro, no volvería a la normalidad hasta que pasarán los 3 días que duraba esta fase.

- Eros~ - llamó a Jeon, tomándolo de la barbilla - tan lindo como siempre - sonrió y lamio los labios de cupido con la punta de su lengua - mi querido cupido.

Hoseok se asqueo, normalmente cuando la luna roja sucedía, Diana desaparecía del reino junto a Jeon pues ella pasaba esos tres días con el dios del amor.

Era un acuerdo que el Sol había permitido haber entre el amor y la luna, el no se sentía celoso de Jeon, sabía que nadie más que él mismo y cupido amaban a Diana con cada parte de su nebulosa alma.

HOMELESS | YM. | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora