Leyenda

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Cuenta la leyenda en las tierras salvajes que cuando la luna se enamoro del Sol y el Sol de ella, en un unión con el eclipse surgió el fruto de su amor.

El sol era el padre de los tigres de bengala naranjas, grandes, imponentes y majestuosos.

Pero al enamorarse de diana y unirse en el eclipse, su primer y único fruto de amor fue un Tigre blanco y un pequeño bebé lunar.

Debido a su rareza los dioses del Alto mundo no permitieron la entrada al mismo a ninguno de los pequeños y sus padres entonces le regalaron el reino de la selva a uno, y otro fue puesto en el firmamento.

Por eso le llamaban en este mundo al Tigre, el rey de la selva, el Tigre creció en el templo lunar de la selva donde soldados lunari lo vieron crecer y le enseñaron todo lo que debía saber para ascender.

El Tigre blanco se hizo tan sabio que le fue imposible no caer enamorado de una hermosa tigresa con quien tuvo cachorros igual que él, sabiendo que al llegar a la vejez moriría para ir con sus padres dejó a sus aprendices bien amaestrados.

Sabian los secretos de los tigres blancos y los tigres provenientes de la tribu antigua de los lunari, actualmente la manada de los Min.

Sabian qué cambia formas podían cambiar su estatus  voluntad... Los temibles y odiados gama, sabían las manadas y especies que podían regresar a su estatus después de una dominación, sabían como llegar al palacio lunar, como invocar a Diana, como crear un lazo destinado, como romper los lazos sin sufrir daño, como dejar preñado a otro alfa, como un omega podría preñar a otro, incluso como un delta podría recuperar su fertilidad o su estatus.

Lo sabían todo los grandes ancianos, pero su sabiduría los tenía cautivos en el templo lunari.

Cuando aceptaron ser subordinados del primer gran Tigre albino, un hechizo fue puesto en ellos.

"Quién diese un paso fuera de este templo, perdería todo su conocimiento adquirido, olvidaría alguna vez que perteneció a la selva, perdería su inmortalidad  y olvidaría la ubicación lunar de cada templo"

Un hechizo que se volvía maldición si se rompia.

Hoseok, el gran primer Tigre blanco al crecer se hubo enamorado de una tigresa naranja de sonrisa brillante como él.

Ella era elegante al caminar, su cola era movida con parsimonia, sus rugidos dignos de la realeza, sus ojos eran azules y sus patas grandes y delicadas con garras que si la provocas podrían arrancarte la cara.

Fue imposible no eramorarse, incluso pasó mucho tiempo observándola antes de presentarse con ella y decirle lo bella que era.

Aunque cuando esto pasó, Hoseok fue ignorado, ella pasó de él diciendo.

- Todos me han dicho lo mismo - haciendo que el corazón de Hoseok entrará en shook.

Entonces entendió, la belleza exterior no era todo lo relativo sobre el amor así que mientras más se acercaban más la conocía y así sabía las cosas malas y buenas de ella.

Solía ser gruñona cuando no comía o dormia bien, era muy juguetona pero cuando se cansaba de jugar se ponía de mal humor, le gustaba mucho morder la cola de los demás al jugar pero lo que a ella más parecía gustarle... Era su libertad.

Cosa que hoseok nunca le quizo quitar y no lo hizo.

Al llevar tanto tiempo de cortejo ella finalmente aceptó, y cuando su celo llegó Hoseok no la marcó.

Esa fue la condición que ella puso, no quería atarse a alguien que al morir la hicieran morir, ella quería vivir su vida plena amando sin un lazo.

Y así tuvieron ambos 3 camadas todas de tres cachorros donde uno que otro nacía blanco, cada uno representando en su pelaje las fases lunares, unos eran mitad naranja y mitad blanco, otros un cuarto blanco y lo demás naranja etc.

Parecia que la impresora se habia quedado sin tinta.

Cada uno al crecer se fue con su pareja y formaron sus manadas con el nombre inicial de la fase lunar que representaban.

La tigresa murió amando a Hoseok y pensando que en otra vida se re-encontrarían cosa que no pasaría, ya que como esta fue la primer vida del Tigre con quien se enlazara seria su alma destinada y como no hubo marcaje, tampoco lazo destinado.

Cuando Hoseok hubo educado y dado los secretos a sus tigres aprendices que todos eran naranjas, el pudo alcanzar el conocimiento lunar máximo.

Un destello salió de su cabeza, un destello de sol que fijaba su sabiduría sobre los demás, siendo obligado a trascender al universo de arriba con el nombre del dios Tigre de la sabiduría.

Claro que sus hijos que eran lunari directos al formar sus manadas tuvieron descendientes pero ninguno de ellos fue blanco jamás.

Hasta que la manada de la luna llena actualmente la de los Min, tuvo un precioso Tigre blanco, después de cientos de años, el Tigre blanco volvió a la tierra...

O eso parecía.

HOMELESS | YM. | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora