Una semana de pasteles.

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- ¿Debería comprarle mantas? - preguntaba Jimin divertido al ver al supuesto alfa dormido cubriéndose con periódicos - Te comprare mantas - le dijo al vago que estaba aparentemente profundamente dormido.

- Jiminnie, apurate que hace frío aquí afuera - Jimin asintió y bajó la bandeja de madera donde había un desayuno americano y una gran taza de café humeante.

- Espero no demore en despertar, su café se enfriara - contestó viendo la manchada piel del rostro blanco.

- ¡Eso es lo de menos! - comentó Jin jalandolo - hace frio y los roedores como yo nos ponemos lentos con el frío.

- Bien, vámonos - se levantó de sus cuclillas - buen provecho lindo alfa.

Yoongi contó unos segundos hasta que dejó de escuchar pasos y abrió sus ojos, se destapó la mitad del rostro y sintió sus calientes mejillas.

- Dios, que vergüenza - se recriminó - no puedo seguir sonrojandome cada vez que me habla.

Tomó la comida cuando notó que su estómago rugia y deboró los huevos, la carne y un poco de ensalada, aunque no le gustaba para nada pues en su estado... Todo ayudaba.

Y por último, el delicioso café mocca que el pastelero le dejaba cada mañana, olio el chocolate y gimió de adoración.

- Maldita sea mi suerte - comentó antes de beber un trago - justo cuando encuentro al omega que siempre quize la luna decide cagarme la vida.

Se quejaba, haciendo que la luna allí arriba no hiciese más que reír divertida, no es que fuera cruel, sino que a veces hay que dar un empujón a todos su hijos para encontrar a su pareja.

Tomó el café y hasta que lo termino, acomodo sus cartones y camino fuera del callejón para buscar lo de todos los días, monedas en el piso.

Ya tenía ahorrado 15 monedas, le faltaban 15 más para poder bañarse y lavar su ropa en los locales de auto - servicio.

La gente lo miraba con desagrado cuando caminada, haciendo bajar sumiso su rubia o casi blanca cabellera.

Encontró un bebedero en un parque donde tomó un poco de agua y siguió buscando monedas en el piso, era lo único que no le daba pena hacer pues incluso pedir dinero lo hacía matar el poco orgullo que tenía.

Digo... Después de que el tigre fuese casi líder de manada y terminar siendo un vago debió ser un duro golpe a su orgullo.

Se sentó y recordó el fatídico día donde pasó de ser el alfa más respetable de su generación a un simple delta de Tigre blanco.

Una abominación para su manada llena de tigres naranjas, era la oveja blanca de la familia.

Sintiéndose cada vez más miserable y recordando el dulce omega dueño de sus sueños se decidió a buscar las monedas y así estar presentable para el pastelero, aunque este no lo notará.

Pará suerte a lo largo del día encontró 10 monedas doradas y al regresar al callejón encontró 5 más en su camino, las cuales llegó a guardar en un botecito escondido entre los tarros de basura.

Cansado de recorrer el centro, que era lo único que conocía de Busan, decidió cubrirse y dormir un poco más, nada fuera de lo normal pues todos los felinos acostumbran a dormir más tiempo de lo que pueden estar despiertos.

Pasaron unas cuantas horas hasta que despertó y dedujo que la pasteleria estaba pronta a cerrar y que pronto vendría el pollito a dejarle la ansiada comida, que solía ser un pastel delicioso para cenar y un poco de leche tibia.

Él lo hacía sentir un cachorro enamorado, lo hacía sentir más débil de lo que ahora era, más vulnerable de lo normal, aunque aún tuviese ese sentimiento de querer proteger algo, sabía que no podría hacerlo.

Ya no tenía esa capacidad, estaba casi extinta como sus demás características fuertes que alguna vez lo hicieron un alfa.

Porque Yoongi era un delta, un delta que fue marcado injustamente aunque en la naturaleza fuese de lo más normal.

El fuerte sobrevive y el débil no, las reglas son crudas pero así es la realidad, aunque claro podía recuperar a su alfa interior, sólo que no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo y tampoco es como si le interesara.

Realmente a este punto le daba igual, algún día podría juntar las monedas suficientes para comprar nueva ropa y así decentemente pedir un trabajo y sobrevivir por sí sólo.

Escucho unos pasos venir y se volteó a la pared para cubrir la mueca de emoción que automáticamente su rostro hacía por la ansiada llegada del pastelero con su cena.

Estaba totalmente enamorado de éste, cocinaba tan bien que hacía su corazón rebosar de dulce alegría, deseaba tanto ser un alfa y así poder cortejarlo, pedir su mano y que fuesen pareja para toda la vida.

Ahora eso estaba fuera de su alcance aparentemente pues la luna suele ser traviesa y cupido también, jugando al destino con los hilos rojos de sus bellas criaturas.

La nación donde vivían, dentro del mundo de Diana era aquella donde la mayor diversidad de cambia formas había, la nación era llamada Luna Terra, a diferencia de otras naciones como la ártica vulpina o la región de Mineralia, donde los lobos vivían pero eso es otra historia.

Al sentir a alguien tras sus espaldas, cerró sus ojos fuertemente y sostuvo su pecho bajo los periódicos, tratando de ocultar el sonido de su corazón enamorado de los oídos del mundo.

- Te he comprado unas mantas, son de felpa - escuchaba al pastelero hablar a sus espaldas - el frío está comenzando y no quisiera que enfermaras porque no tienes quien te cuide.

Yoongi sintió su corazón derretirse.

- Así que me tomé el atrevimiento de comprarlas para ti - comentó el pollito - espero sean de ayuda y te mantenga tibio en la noche fría, prometo seguir dandote de mi ayuda.

Emocionado el Tigre casi emite un sonido de satisfacción, hasta que sintió una respiración cerca de su nuca.

- Mmhhh - escucho el deleite del pollito - hueles muy bien.

Yoongi en su mente pensó que debía estar loco, seguro apestaba a caca reposada de elefante y sin embargo el pastelero decía que olía bien.

Quizá tenía problemas de olfato.

- Dejaré aquí tu cena, por favor disfrutala pensando que la hemos hecho todos con amor para alegrar tu corazón - decía el pollito mientras con su mano limpiaba de la mejilla del Tigre una mancha.

Se levantó agotado y se retiro para ir a cerrar su local, fue cuando entonces Yoon despabilo y tomó las frasadas para cubrirse, olían a limpio, a suavizante de telas.

Gimió de alegría y se cubrió con ellas hasta el cuello mientras se sentaba y comenzaba a comer y tomar un poco de leche.

Terminó con todo y relamio sus bigotes para acostarse con la barriga llena y el corazón contento.

- A soñar una vez más con lo imposible - dijo mirando las estrellas y cerrando sus ojos esmeraldas.

Otro día sería mañana, quizá de buena suerte también, pues podría encontrar más monedas y así finalmente ponerse un poco más guapo.

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De nuevo asies, este definitivamente no aparece para nada en el au, y si... Habrá aun más capítulos de Yoongi como vago antes de que nuestro héroe los rescate.

Muchas gracias por leer y yo seguiré actualizando, espero les guste y no olviden comentar. 🐥🍒

HOMELESS | YM. | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora