Día 7, Fénix.

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El fénix viviente, es decir la madre de Jimin desde hace unos días no se estaba sintiendo tan viva.

Noto como a su fénix interior las plumas comenzaban a caerse, como su cabello comenzaba a ser blanco y gris o simplemente a caerse.

Su fénix desde el interior la miraba con miedo, con sus ojitos negros le pedía saber que sucedía.

Ni ella lo sabía.

Sus uñas habían perdido la coloración carmín igual que sus labios.

Las pecas en sus hombros comenzaban a extenderse en toda su espalda y manos.

Sus cejas comenzaban a desteñirse, las arrugas comenzaban a aparecer levemente, la juventud se le estaba yendo de las manos igual que la vida.

Entonces se dio cuenta, estaba muriendo y se negó a morir, cada noche para sentirse libre dejaba volar a su fénix, lo dejaba ver las bellas calles de Busan.

Tenía que ver a su hijo, seguro su huevo se estaba formando y quería al menos empollarlo una última vez.

¿O no?

HOMELESS | YM. | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora