El cliché de la promesa de casarse de niños. Jeddy.
2008
James fue un niño malcriado. Demasiado malcriado. Podía tener breves estallidos de magia accidental, berrinches que le enrojecían el rostro e intentaba contener la respiración a manera de protesta, durante un período de tiempo que resultaba alarmante.
Harry temía que se desmayase un día por falta de oxígeno. A Ginny le desesperaba el no saber qué hacer, porque decía que si reprenderlo no funcionaba, tenía que buscar otra manera, y ningún método servía hasta ahora.
Cuando su hermano Albus nació, la atención de sus padres se vio dividida y empeoró. Para el momento en que Lily nació, James pretendía destruir los juguetes de su cuarto sólo para que lo mirasen por más tiempo que a la bebé.
Sólo que, ese día en particular, ni Harry ni Ginny se encontraban cerca para armarse de paciencia y enfrentarlo. Lily dormía en su cuna, Albus estaba más interesado en permanecer sentado en una esquina con el libro de dibujos que le regalaron unos días atrás.
James tenía las mejillas infladas, la piel teñida de rojo. Entrecerraba los ojos. A su alrededor, los peluches con forma de leones y otros "animales geniales", según su padre, levitaban sin control.
Teddy sólo debía cuidarlos por una hora, en ese lapso entre la salida de su padrino al Ministerio y la llegada de Ginny del entrenamiento, para que se los llevase y a él le pagasen con galeones falsos de chocolate. Era todo. Una simple hora. Asegurarse de que Lily no llorase por la ausencia de sus padres, que Albus no volviese a empujar a James por las escaleras, y sobre todo, que James no se muriese asfixiado por sí mismo.
Para un niño de diez, podía ser una ardua tarea la de mantener bajo control a un malcriado de cuatro años. Pero le prometió a su padrino Harry que lo haría bien, contaban con él.
Debía pensar en algo que lo distrajese.
Atrapó uno de los peluches flotantes, el de dragón, y lo agitó en el aire.
—¡Mira, Jaimie, mira! Es bonito y...—No pudo terminar su intento de distracción, porque otro de los peluches voló hacia él. De no agacharse de inmediato, le habría dado en la cabeza, en lugar de golpear la pared detrás de él; no debía subestimarse la fuerza de impacto de un objeto controlado por la magia de un niño.
Bien, aquello no funcionó. Seguro algo más lo haría.
Intentó hablarle suave, ser más serio, regañarlo con las manos en la cadera como había visto que hacía Molly. Procuró calmarlo, igual que su abuela Meda con él. Después optó por ignorar la rabieta hasta que pasase.
Nada sirvió. James moriría asfixiado y aún le quedaba más de media hora de niñero.
Teddy empezaba a ensayar las disculpas a su padrino dentro de su cabeza, cuando un peluche le dio en el brazo. Dolió más de lo que su orgullo le permitiría admitir.
Le frunció el ceño a James, que le regresó el gesto, aún conteniendo la respiración.
—Jaimie ya- ¡ya! Nadie te va a querer si sigues portándote así —espetó. El niño más pequeño abrió la boca en ese instante, incrédulo, lo que permitió la reanudación de la circulación de aire en su sistema—; tienes que ser bueno o...o te vas a quedar solo.
De repente, a James se le humedecieron los ojos. Teddy no tuvo más señal de alarma, antes de que se echase a llorar. La culpa lo invadió enseguida, ¿él había hecho eso? ¡No fue su intención!
Se apresuró a acercarse para abrazarlo. Resistió los golpecitos sin fuerza que le dio como protesta, lo arrulló contra su pecho, y le juró que era mentira, que él no se quedaría solo, que lo querrían mucho, mucho, porque era Jaimie. Era fácil quererlo, a pesar de sus rabietas.
![](https://img.wattpad.com/cover/204237126-288-k292967.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cliché
FanfictionSerie de drabbles clichés de diferentes parejas como especial de San Valentín 2021. Wolfstar, Drarry, PrinceBlack, Scorbus, Grindeldore, Jeddy, Linny... Si esto fuese mío, sería canon. Ya que no lo es, saben lo que significa.