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El cliché del que se creía hetero…y luego ya no tanto. Drarry.

—...rry, ¡Ha...! ¡Harry! ¡Harry! ¡HARRY JAMES POTTER!

Harry dio un brinco y giró la cabeza en dirección a su mejor amigo, acomodándose los lentes, pretendiendo ignorar el ardor que sentía en el rostro. Sonrió, incómodo. Desde el otro lado de la mesa, Ron lo observó ceñudo. Hermione arqueó las cejas.

—¿Sí?

—Te estaba preguntando si vas a ir con mi hermana a Hogsmeade este fin de semana —recordó Ron, entre dientes—, porque va a salir con alguien, y si no es Dean ni tú...

Harry parpadeó. Sin darse cuenta, volvió a echar un vistazo a través de la ventana de la biblioteca.

Bendito Merlín, Godric, Salazar, Rowena, Helga...y todos los demás magos importantes en la historia europea. Era domingo por la tarde, plena primavera, y a Draco Malfoy se le había ocurrido vestir jeans.

Jeans. Draco Malfoy en jeans.

Draco Malfoy en jeans desgastados, de esos un poco anchos en la parte superior que caían hasta el límite bajo la línea de la cadera. Y camiseta. Una camiseta negra que se le ajustaba de maravilla, subiéndose apenas por su torso cuando se colocaba los brazos bajo la cabeza, tendido en el césped del patio sobre una manta, escuchando a Pansy Parkinson leerle en voz alta. Mostraba una franja de piel cuando sucedía, y a Harry se le cortaba la respiración por una milésima de segundo.

Si usase ese encantamiento de vista a la distancia que Hermione le enseñó, quizás alcanzaría a distinguir bien el hueso de la cadera, justo en el espacio expuesto cuando se acomodaba de dicha manera. Era demasiado para él. Si se le ocurría utilizarlo, temía que la mandíbula le tocase el suelo de cuánto abría la boca, o no atendiese más a los llamados de su mejor amigo, que insistía en darle golpes sin fuerza en el brazo para capturar su atención.

Para arruinarle el espectáculo, más bien.

Se volteó, carraspeó, e intentó poner una expresión seria.

—¿Que Ginny va a Hogsmeade, dices? Ah, sí, sí- yo también voy a Hogsmeade, creo que nos veremos en las Tres Escobas, después de que vaya a comprar dulces con Luna...

—¿Entonces es verdad que estás saliendo con mi hermana? —Ron arrugó la nariz.

Harry luchaba contra el impulso de volver a girar porque, Merlín, Draco podía decidir no usar de nuevo jeans por el resto de su estadía en Hogwarts; era una oportunidad única en el mundo.

—¿Qué, qué? —Reaccionó con un segundo de demora, para arrugar el entrecejo— ¿salir con Gin? Bueno, salimos a beber cerveza de mantequilla —Se encogió de hombros. Su mente estaba llena de "MalfoyMalfoyMalfoy" y "Merlín, Malfoy en jeans, Malfoy vestido como un chico de su edad, ¿así se vería Malfoy vestido con su ropa? ¿Quería ver a Malfoy vestido con su ropa? Merlín, sí, MerlínMerlínMerlín", por lo que casi no escuchaba lo que Ron decía.

Le pareció que Hermione hacía un comentario, Ron se quejaba de forma ruidosa. Él veía por la ventana otra vez.

Abajo, en el césped, Malfoy se había quitado el antebrazo con que se cubría los ojos, parpadeaba despacio, y se estiraba como un gato perezoso. Seguro que notaba la línea de la cadera si se concentraba lo suficiente. Harry observaba con tanta insistencia que no le habría sorprendido que el cristal cambiase con magia involuntaria para tener el aumento de unos binoculares. Cómo le habría encantado que lo hiciese.

De pronto, Malfoy echaba la cabeza hacia atrás, sus ojos pasaban por las ventanas. Debió notarlo. No supo cómo, sólo que debió hacerlo. Esa expresión que hizo se lo confirmaba, esa sonrisita antes de volver a acomodarse tendría que ser para él. Mirada de Buscador, sí, era la explicación. Había localizado a Harry a metros de distancia, igual que en el campo.

Tragó en seco. Quería saludarlo. Tuvo que hacer un esfuerzo por no actuar como un idiota, pero es que Merlín, ¿por qué había decidido vestirse así?

Lidiar con el Malfoy de ropa costosa y a la medida no era igual que encontrarse a ese.

¿Y si se lo topaba en un pasillo?

Por Godric, quería topárselo en un pasillo, aunque seguro no le dijese nada, porque no tenía motivo para hablarle.

Debería buscar un motivo para hablarle, razonó.

—¡Harry! —protestó Ron, haciéndolo dar otro salto.

—¿Qué? —espetó Harry, más agudo de lo que pretendía. Ron lo observaba con extrañeza. A su lado, Hermione se palmeaba la frente.

Sí, hablaría con Malfoy. No sabía de qué todavía, pero lo haría; era una decisión tomada.

—¿Estás saliendo con mi hermana o no, compañero?

Harry siguió parpadeando a la nada, aturdido.

Malfoy usaba jeans y camiseta en el patio, ¿por qué saldría con Ginny? ¿Cómo podría considerar salir con ella?

Ron estaba loco. Él negó y continuó mirando por la ventana.

Draco acababa de estirarse de nuevo y se reía de algo. MerlínMerlínMerlín.

Necesitaba pensar rápido en esa excusa para hablarle.

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