The Last Coffee - Camren [Traducción]

Minimos detalles

Jaime en la multimedia

Point of view Lauren

- ¿Dónde te has metido? – Me quejé, revolviendo un estante de libros. Otra pila de libros se cayó, estrellándose y desparramándose. – Estaba por aquí en alguna parte. ¡Lo vi!

- ¿Qué es ese ruido? - Normani apareció en la puerta de mi oficina con los ojos abiertos, como si estuviera tirando abajo el edificio. Y tal vez lo estaba.

Otra pila se fue abajo, subiendo una nube de polvo que me hizo estornudar. Tenía libros por todos lados, CD's, carpetas, todo tirado por el suelo.

- ¿Qué demonios estás haciendo, Lauren? – Ella preguntó pausadamente, mientras pasaba de la puerta para adentro, pisando cautelosamente, intentando no tropezar con el alboroto que yo había hecho.

- Estoy buscando mi original del 'El último café' – Ni la miré, sólo seguia mirando la estantería, pasando el indicador por los libros y leyendo sus títulos. – Necesito encontrarlo, es muy importante. - Lloriquie. Era muy importante encontrar ese libro. Tan importante que me desespera no encontrarlo. Hacía tanto tiempo que no entraba en esa habitación, que ya no sabía dónde estaba nada.

- ¿Está hablando de ese trozo de polvo sobre tu escritorio? - Apuntó al libro lleno de notas y observaciones en tinta roja en la portada. Mi corazón se estremeció.

- ¡AHHH! – exclamé contenta por haberlo encontrado. – ¡Ahí estás! – Lo agarre en las manos y después de abrazarlo, comencé a pasar las hojas. Una avalancha de recuerdos se había derrumbado sobre mi cabeza mientras estaba desenredando ese libro que era el comienzo de todo para mí.

"¡Sabes cuando te sientas en el culo con la flecha de Cupido y piensas:Desgraciado, me golpeaste una vez más! No pensé en esa forma esta vez"

Releí ese fragmento y sentí que mi corazón palpitaba de una manera diferente. ¿Sabes cuando tienes un día agotador y todo lo que quieres es llegar a tu casa y acostarte en tu cama? Entonces, la sensación que tuve cuando volví a leer aquello, fue de haberme acostado finalmente después de un día agotador. Era como si estuviera en casa. Como si me hubieras vuelto a encontrar.

- ¿Qué es lo que quieres con esa cosa rayada? - Normani preguntó tranquilamente, mirándome con las manos en la cintura, seguramente pensando que me he vuelto loca.

- ¡No hables así de él! – replique. – Tiene valor sentimental.

La mujer ni se movió, siguió mirando como quien dice "Ahm, adelante".

- Quiero dárselo a una amiga. – Añadí abrazando el libro otra vez.

- ¿Vas a dar tu original, lleno de observaciones, rasuras y retoques para una amiga? ¡Qué regalo de griego! – Bromeó relajadamente y rió.

Esa fue la primera broma de su parte para mí ese año. ¿Era la primera risa que me daba y yo? Yo estaba en shock. Normani aún no me había perdonado por la pelea que tuvimos, mucho menos por las palabras que le dije. Y, yo sabía que no era rencor. Tenía toda la razón en odiarme. Tenía suerte de que no me hubiera despedido. Mucha suerte.

Extrañaba su amistad, no sólo la suya. Echaba de menos a Lucy también y en parte, un poco de Verónica. Nada era como antes, todos me odiaban, unos parcialmente, otros totalmente y tenían sus muchos motivos para ello.

Guardé esa sonrisa de Normani en mis mejores recuerdos, pues sabía que podría tardar en repetirse o quizás no repetirse. Era demasiado bueno verla sonriendo... Tuve una breve necesidad de llorar en ese instante, pero ella fue cortada por Normani preguntando: