The Last Coffee - Camren [Traducción]

I wanna feel your touch

La canción del Capítulo es Trouble I'm In de Twinbed.

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Point of view Camila

[Reproducir la música]

La lentitud de ese beso se volvió desesperante para los cuerpos que deseaban unirse. Nuestros labios comenzaron a moverse uno sobre los otros con urgencia. El calor que salía de la unión de nuestros cuerpos sólo dejaban el preámbulo de lo devastador que sería cuando la unión total sucediera. Los labios suaves de Lauren se separaron de los míos y fueron deslizándose en un sendero de besos recorriendo por mi mandíbula hasta llegar a la carne de mi cuello, donde los besos no fueron suficientes y dieron lugar a mordidas y chupones que hicieron que mi cuerpo se erizara. Mientras sus manos subían y bajaban por mis piernas en una caricia caliente, Lauren apartó su boca caliente de mi piel por unos segundos y me miró. Su iris que antes era de verde clarísimo, ahora me presentaban un nuevo tono de verde tan oscuro como la noche. Sus ojos rebosaban los sentimientos que su boca no se atrevía a hablar. Lauren me miraba como si yo fuera su próximo pecado, que ella cometería con orgullo y aún así repetiría la dosis por puro placer. Las llamas de la lujuria apenas se estaban encendiendo. Todavía eran pequeñas chispas, pero de aquellas chispas surgiría un incendio de cuerpos, toques y placeres. Cerré los ojos sintiendo los suaves labios de Lauren chocando contra los míos de nuevo, besándome con ganas. Mi cara me estaba hormigueando, advirtiendo de que no debería haber bebido tanto, pero si no fuera por mi nivel de alcohol elevándose, seguramente no tendría el valor de hacerlo.

- Creo que este sofá es muy pequeño para nosotras, ¿vamos al cuarto? - Le susurré al oído y le mordí el lóbulo de la oreja. ¡El perfume de Lauren me estaba embriagando, cielos! El aroma fuerte, amaderado, se mezclaba con la frescura de la menta que emanaba de su aliento y esa mezcla, combinaba perfectamente con ella, deseé tener aquel perfume impregnado en mí. Lauren me echó una mirada profunda y meneó la cabeza negando mi sugerencia.

- Tengo una idea mejor.. - Su voz se arrastró en medio de la ronquera de su timbre y por Dios, eso me volvería loca. Lauren puso sus manos en mis muslos y me sujetó con firmeza, para luego levantarse conmigo en su regazo y acostarme en la alfombra de ante ante la chimenea. Sus ojos se me subieron por las piernas, aún tapados por los pantalones de chándal, hasta que llegaron a mi cara. El choque violento del encuentro de nuestros iris me dio escalofríos. Al mismo tiempo que todo tendía a ser puramente carnal, nuestros cuerpos cambiaban las reacciones y acciones, convirtiendo cualquier toque, cualquier mirada, en un complemento para que los sentimientos se unieran.

Lauren deslizó la parte atrás de su mano sobre la mejilla de mi cara en una caricia lenta y suave. El cambio del verde oscuro al claro fue rápido, como si en aquel cambio, ella volviera a ser el ángel luminoso de antes y abandonara al demonio que insistía en poseerla con su lujuria. La lujuria tendría su turno, pero aquel aún no era el momento.

- ¿Estás segura? - Preguntó. En sus ojos era posible ver su verdadera preocupación. Estábamos un poco altas por el vino, todo era muy reciente y ambas estaban un poco necesitadas. Pero a pesar del alcohol, estaba muy segura de lo que estaba haciendo. Había preguntas girando en mi cabeza que sólo ese acto podía responder, y había sensaciones en mí que sólo ella podía contener. No dije nada, mi respuesta vino a continuación, cuando la saqué por el cuello de la blusa, uniendo nuestros labios en un beso tranquilo, pero abrumador.

Sentí la frialdad de la piel de Lauren tocar la región caliente de mi vientre, sus manos sujetaron la barra de mi regata y comenzaron a subir la misma, Nuestros labios fueron separados sólo para que la blusa pasara por mi cabeza y luego la unión volvió a suceder. Era imposible alejarme de esos labios. Ellos clamaban por mí. Estaba hipnotizada por ese deslizamiento delicioso y suave de nuestras bocas. Yo estaba en una adicción extasiante movida por el sabor mentolado de su aliento. Mi cuerpo rogaba por más y más cada momento que sentía que su lengua se deslizaba por la mía. Me tomé la libertad de deshacerme de su blusa también y en cuanto lo hice, abrí los ojos para contemplar la visión y fue como si estuviera viendo una versión más mejorada de Afrodita. Su cuerpo de piel blanca, tenía como impacto el sostén negro de encaje, que apretaba sus pechos. El vientre liso y perfectamente dibujado, la cintura exhibía la curvatura perfecta para que yo me perdiera. Esa mujer delante de mí era mucho más que Afrodita, mucho más sensual que Venus, ella era Lauren.