Troubles

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Point of view Camila

Habían pasado muchos minutos desde esa llamada y todo lo que Lauren hacía hasta entonces era caminar de un lado a otro. Su teléfono estaba destrozado por toda la habitación y yo estaba inmóvil, sentada en el sofá. No sabía qué hacer, mucho menos si debía hacer algo, sólo esperaba que se calmara y me dijera lo que estaba pasando. Repentinamente la puerta de la sala se abrió y por ella entró Vero y Lucy, ambas con ojos saltones y apáticos. Lauren se congeló mirando a su amiga, parecían hablar entre sí, mientras Lucy y yo mirábamos.

- Lu, ve con Camila a comprar algo para comer. - Vero miró fijamente a su esposa mientras hablaba. Sus palabras tenían un significado diferente a su mirada. Mientras su voz nos decía que compráramos algo para comer, sus ojos nos decían que las dejáramos solas. Lucy asintió y me vi obligada a levantarme y salir.

Caminamos en completo silencio, Lucy acariciaba su enorme vientre y yo me imaginaba qué demonios estaba pasando con Lauren. Las calles estaban muy frías y aún mojadas por la lluvia que recién había caído. Me arrepentí de no haber agarrado un abrigo antes de irme, así que, para protegerme de la invernada, me frotaba los brazos y pensaba en el calor del sol.

- Vamos a entrar aquí. - Lucy dijo y señaló al bar a su derecha. Entramos y nos sentamos en una mesa en la parte de atrás.

- ¿Qué beberán las señoritas? - preguntó el camarero bien vestido, sosteniendo un bloc de hojas y un bolígrafo.

- Un Martini para mí. - Habló Lucy. Extrañé que bebiera aunque estaba embarazada, pero decidí no hacer comentarios.

- Lo mismo para mí. - Dije. El chico escribió y mostró una sonrisa suave antes de salir.

- El padre de Lauren murió hoy. - Lucy lo soltó de una vez y me miró con esos ojos casi verdes.

- ¿Qué? - Fue todo lo que pude expresar. Sacudió la cabeza afirmando y la apatía de su expresión sólo empeoró.

- Él murió en el hospital, estaba internado desde el viernes y esa ni siquiera es la peor parte... - Ella hizo una breve pausa, pues el camarero había traído nuestras bebidas. Lucy bebió de una vez todo el Martini de su copa y volvió a mirarme. - Encontraron en sus registros que dejó otra hija, lo que significa que Lauren tiene una hermana.

- Cielos... - Masajeé mis sienes. - Por eso ella estaba furiosa.

- No es sólo eso... - Lucy tembló por instantes y se sacudió. Parecía querer alejar algo de su proximidad. - Lauren tendrá que ir a arreglar las cosas del velatorio, tendrá que ver ropa y cuidar de los bienes, pues a la otra hija no le importa.

- Lucy... cielos... - Solté el aire que estaba atrapado en mis pulmones.

- Serán días difíciles. - Constató ella, mirando la aceituna atada al palillo dentro de su copa.

Point of view Lauren

Me deshice de mi ropa y la puse en la cesta, entré en el box, até mi cabello en un moño alto y abrí la ducha. El agua se derramó caliente por mi piel. Las gotitas se deslizaban sobre mi cuero y se esparcían por toda la extensión de mi cuerpo. Relajé mis hombros, moví mi cuello lentamente de un lado al otro y el mismo estalló. Cerré los ojos y traté de concentrarme sólo en el toque de las gotas calientes en mi cuerpo, pero la voz de Normani contándome las noticias fatídicas rompió mis pensamientos haciendo alarde y ensordeciendo mis neuronas. Los recuerdos del padre abusivo y cruel se extendieron por mi memoria y las mentiras que le decía a mi madre sobre "ella es la única en su vida" me hicieron reír de disgusto. Me sentía sucia por venir de alguien tan despreciable y por más que sacudía la cabeza, o intentaba pensar en otras cosas, la ira y el dolor no se disipaban. El dolor de esos malditos recuerdos se convirtió en ira, y de repente, las lágrimas rodaron, disfrazadas de gotas de agua que caían de la ducha. Cerré mis puños y a veces golpeé la pared de azulejo blanco. Golpeé con toda la fuerza de mis músculos, sentí el dolor de mis huesos y vi mi sangre adherirse a la baldosa. Nueva coloración para ellos. Mi mandíbula estaba tan apretada que ya veía la hora en que mis dientes se iban a astillar y yo ataba las lágrimas, no quería que se me cayeran, así que las volvía a meter en las retinas. Cerré el agua, me enrollé en la toalla y salí de la caja. Me sentía extraña, incómoda y mareada. El ansia subía por mi garganta y bajaba amarga. Me tragué mi vómito con el whisky de la cantimplora que guardaba en el cajón del baño y el amargo se volvía tragable. Me puse unos vaqueros oscuros, me puse las botas de goma y me puse una blusa negra que estaba lo suficientemente arrugada como para parecer masticada por un buey, pero no me molestó. Salí por la puerta del dormitorio con la blusa abierta, los cordones desatados y la peor cara de derrota posible. Vero estaba sentada en el sofá, Camila estaba con Lucy y aún no habían regresado.

The Last Coffee - Camren [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora