The Last Coffee - Camren [Traducción]

Siempre seré tu niñita

Point of view Camila

La vida se encarga de los cambios. Ese era mi mayor pensamiento durante aquel mes que pasó. Mi vida cambió totalmente, en todos los ámbitos. Ahora, yo engendraba un hijo en mi vientre, mientras esperaba la próxima semana para finalmente casarme con el ángel detrás de todos estos cambios. Lauren había transformado mi vida, aunque ella siempre decía que yo había cambiado la suya. Creo que nos transformamos. En un mes montamos nuestra casa, la cafetería y aún así, tuvimos tiempo para amarnos aún más en cada día. La vida y sus cambios. Siempre llegando de sorpresa y agarrándonos desprevenidos.

- Mila, ¿estás segura de querer casarte así, sin fiesta? - Dinah preguntó como quien no quiere nada. Dejé la elección de toallas para mirarla.

- Sí, Dinah. No quiero aparecer en las fotos de mi boda, inmensa de grasa. -Respondí y volví a mirar los tejidos de las toallas.

- ¡Si así lo quieres, ¿eh?! - Dinah dio los hombros y al final, se rió.

- El casamiento da mucho trabajo, DJ, fiesta de boda, por cierto. – Hablé mientras separaba dos toallas de baño de algodón puro. – Y no lo necesito, Lauren y yo no queremos. Sólo queremos oficializar nuestra unión y comenzar nuestra vida de casadas.

- Está bien. - Dinah hizo una voz extraña y tiene cara de estar escondiendo algo.

- Dinah Jane Milika Hansen, ¡dilo!

La morena abrió el par de ojos y tragó seco.

- Vero quiere hacer una fiesta para ustedes. - Dinah lo dijo todo a la vez, a una velocidad aterradora.

- Vaya, ¡gracias! - Verónica apareció como una espía entre los estantes de la tienda.

- ¡¿De dónde has salido, fastasma?! - Pregunté realmente curiosa y asustada por tu aparición.

- Estaba comprando pañales. – Levantó la bolsa de la farmacia. – Entonces las vi aquí, cuando pasaba por aquí y decidí venir a dar un susutito, pero justo en el momento en que yo iba a dar el susto, esa bocóna se da con la lengua en los dientes. – Vero fusiló a Dinah con los ojos y yo acabé riendo.

- Vero, nada de fiestas. - Después de hablar, me di la vuelta y fui a la sesión de paños de mesa.

- Camila, por favor... - Vero apareció frente a mí haciendo una cara muy cómica de perro.

- Apuesto a que aprendiste a hacer esa cara con Lauren. - Esquive su cuerpo y seguí caminando.

- Fue con ella sí. – Vero habló animada, como si eso fuera a ayudar. Me volví hacia ella y analicé su rostro esperanzado.

- Lástima que eso sólo funcione cuando son esos ojos verdes pidiéndome algo. – Volví a caminar y solté una risa malvada.

- Camila... – Vero comenzó a tirar de el borde de mi vestido como un niño mañoso. – Por favor... – Ella insistía en poner esa cara. - ¿Mi amiga finalmente se casará y ni siquiera me dejarás celebrar ese milagro? No todos los días Lauren Jauregui se equivoca.

- Menos mal que no lo hace. – Rebati. Vero se quedó mirándome y algunas lágrimas rodaron de su rostro.

- ¿Vas a ser cruel conmigo en este punto? – Ella lloró. – Pronto yo que siempre shippie a ustedes... – Puso la mano en el corazón y me miró. Todos en la tienda empezaron a mirar la novela mexicana que ocurría allí. Dinah y yo teníamos la misma expresión, brazos cruzados y mano en la barbilla, observando hasta dónde Vero iba con aquel drama. – Por favor... es todo lo que pido.

Miré a Dinah y luego a Verónica.

- Si acepto, ¿dejarás de llorar?

- ¡SÍ CLARO! – Rápidamente se animó.