Emilia giró su cuerpo y removió las sábanas, su esposo ya no estaba ahí, con pesadez se levantó y entró al baño, para asearse.
Bajó las escaleras y oyó los gritos y risas de su familia- buenos días- dijo entrando al comedor con una sonrisa.
- ¿Qué haces levantada?- preguntó Alex tomando de su leche- debes estar en la cama- le reprochó.
- Ya me siento bien- dijo acariciando la mejilla de su pequeña- además, hoy quedamos en ir a la casa de campo.
Claudio negó con la cabeza- sigues mala amor- dijo acercándose a ella- decidimos acampar acá- dijo con una sonrisa.
Analia cogió la mano de su madre y la arrastró hasta el jardín de la casa, ahí estaban un par de tiendas de campaña, sacos de dormir, juguetes y una pequeña estufa.
- Nuestro plan sigue en pie- dijo Abraham con una sonrisa- disfrutaremos acá- dijo con un poco de acento argentino.
Emilia abrazó a sus hijos, era tan feliz y tenía tanta suerte de tenerlos en su vida junto con su esposo.
Los cinco entraron al comedor, para desayunar entre risas, y caricias, todo estaba lleno de comida, fruta y bebida.
Emilia relamió sus labios y empezó a comer un par de bollos mientras probaba un trozo de piña- que rico- dijo con la boca llena.
- Mamá- dijo Alex riendo- tenías hambre eh.
Emilia asintió con la cabeza- moría de hambre- dijo devorando esta vez un pedazo de pastel.
- Glotona- dijo su pequeña hija riendo- yo también quiero- dijo extendiendo sus manos para coger un trozo de pastel.
Claudio se lo quitó- no señorita- dijo mirándola- usted ya comió dos trozos, es mucho azúcar.
- Pero mami comió tres- dijo la pequeña con el ceño fruncido.
- Pero señorita- dijo Emilia mirando a su hija- te vuelves loca con el azúcar- dijo con una sonrisa- luego no podrás repetir postre.
Analia se cruzó de brazos y frunció el ceño, bajo la mirada de sus padres y las risas de sus hermanos, después, recogieron toda la mesa y cada uno se fue a alistar para “acampar”.
Claudio terminó de arreglar un par de cosas en el jardín, mientras Emilia preparaba un poco de fruta y bebidas para tomar fuera.
- Papi- llamó la niña corriendo- ¿puedo llevar a Mimi?- preguntó la pequeña moviendo a su muñeca de peluche.
- Claro que sí nena- dijo Claudio acariciando su mejilla- Mimi también quiere disfrutar de este día.
- Papi- le llamó de nuevo- ¿me peinas?- preguntó moviendo su pie de lado a lado.
- Nena- dijo con una sonrisa- yo no sé mucho de eso- dijo riendo- pídele a la mamita.
Analia puso un puchero- yo quiero que me peines tú- dijo la niña triste.
Claudio miró a su hija, en cuestión de segundos ya estaba sobre el césped cepillando el pelo de la pequeña, mientras ella jugaba con su muñeca y soltaba pequeñas risas.
- ¿Qué hacen?- preguntó Emilia sentándose al lado de su hija.
- Papi me está haciendo dos cachitos- dijo la pequeña con una sonrisa- ¿estoy quedando linda?- preguntó cogiendo la mano de su madre.
Emilia sacó una sonrisa- estás muy linda- dijo besando su cabecita- tu papá está aprendiendo mucho.
Claudio sacó una sonrisa- lista nena- dijo mirando el pelo de su pequeña, había quedado desiguales los cachitos de su hija, pero ella le abrazó y salió corriendo.
ESTÁS LEYENDO
Te Daría Todo
FanfictionUn bonito matrimonio de dos empresarios. Una empresa en la ruina, un alto cargo, una guerra por el poder. Cuatro maravillosos hijos, con dos padres maravillosos, pero una traición romperá esa familia. Un padre con muchos sentimientos de por medio. U...