Capítulo 3: Familia Reunida.

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Emilia giró su cuerpo y removió las sábanas, su esposo ya no estaba ahí, con pesadez se levantó y entró al baño, para asearse.

Bajó las escaleras y oyó los gritos y risas de su familia- buenos días- dijo entrando al comedor con una sonrisa.

- ¿Qué haces levantada?- preguntó Alex tomando de su leche- debes estar en la cama- le reprochó.

- Ya me siento bien- dijo acariciando la mejilla de su pequeña- además, hoy quedamos en ir a la casa de campo.

Claudio negó con la cabeza- sigues mala amor- dijo acercándose a ella- decidimos acampar acá- dijo con una sonrisa.

Analia cogió la mano de su madre y la arrastró hasta el jardín de la casa, ahí estaban un par de tiendas de campaña, sacos de dormir, juguetes y una pequeña estufa.

- Nuestro plan sigue en pie- dijo Abraham con una sonrisa- disfrutaremos acá- dijo con un poco de acento argentino.

Emilia abrazó a sus hijos, era tan feliz y tenía tanta suerte de tenerlos en su vida junto con su esposo.

Los cinco entraron al comedor, para desayunar entre risas, y caricias, todo estaba lleno de comida, fruta y bebida.

Emilia relamió sus labios y empezó a comer un par de bollos mientras probaba un trozo de piña- que rico- dijo con la boca llena.

- Mamá- dijo Alex riendo- tenías hambre eh.

Emilia asintió con la cabeza- moría de hambre- dijo devorando esta vez un pedazo de pastel.

- Glotona- dijo su pequeña hija riendo- yo también quiero- dijo extendiendo sus manos para coger un trozo de pastel.

Claudio se lo quitó- no señorita- dijo mirándola- usted ya comió dos trozos, es mucho azúcar.

- Pero mami comió tres- dijo la pequeña con el ceño fruncido.

- Pero señorita- dijo Emilia mirando a su hija- te vuelves loca con el azúcar- dijo con una sonrisa- luego no podrás repetir postre.

Analia se cruzó de brazos y frunció el ceño, bajo la mirada de sus padres y las risas de sus hermanos, después, recogieron toda la mesa y cada uno se fue a alistar para “acampar”.

Claudio terminó de arreglar un par de cosas en el jardín, mientras Emilia preparaba un poco de fruta y bebidas para tomar fuera.

- Papi- llamó la niña corriendo- ¿puedo llevar a Mimi?- preguntó la pequeña moviendo a su muñeca de peluche.

- Claro que sí nena- dijo Claudio acariciando su mejilla- Mimi también quiere disfrutar de este día.

- Papi- le llamó de nuevo- ¿me peinas?- preguntó moviendo su pie de lado a lado.

- Nena- dijo con una sonrisa- yo no sé mucho de eso- dijo riendo- pídele a la mamita.

Analia puso un puchero- yo quiero que me peines tú- dijo la niña triste.

Claudio miró a su hija, en cuestión de segundos ya estaba sobre el césped cepillando el pelo de la pequeña, mientras ella jugaba con su muñeca y soltaba pequeñas risas.

- ¿Qué hacen?- preguntó Emilia sentándose al lado de su hija.

- Papi me está haciendo dos cachitos- dijo la pequeña con una sonrisa- ¿estoy quedando linda?- preguntó cogiendo la mano de su madre.

Emilia sacó una sonrisa- estás muy linda- dijo besando su cabecita- tu papá está aprendiendo mucho.

Claudio sacó una sonrisa- lista nena- dijo mirando el pelo de su pequeña, había quedado desiguales los cachitos de su hija, pero ella le abrazó y salió corriendo.

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