Capítulo 18: Una Nueva Meyer Ruíz.

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Claudio entró al departamento de Antonia, era un departamento situado en una de las mejores zonas de Ciudad de México, aunque no tanto como en la que él vivía con su familia.

Antonia le dio un vaso de agua y sacó una sonrisa- nos conocemos hace casi 1 año, pero tú decidiste dar el paso hace 4 meses y desde ahí fuimos novios y llevamos 2 viviendo juntos- dijo con rapidez.

- ¿Tendremos que dormir juntos?- preguntó no muy cómodo Claudio.

Antonia asintió con la cabeza- ven, te acompaño al cuarto.

Claudio suspiró y fue tras ella- ¿a qué hora llegan?

Antonia miró el reloj de su muñeca- su  avión llega en menos de una hora, así que debemos ir ya.

Claudio se subió en el auto de Antonia y empezó a conducir rumbo al aeropuerto, estaba totalmente arrepentido de aceptar, pero no podía dejar ahora a Antonia tirada.

Antonia cogió la mano de Claudio y sacó una enorme sonrisa, mientras esperaban a que sus padres salieran.

- Mamá- gritó Antonia feliz y salió a abrazar a su madre y después, a su padre.

-Tu debes de ser Claudio- dijo Carla, su mamá, con una sonrisa besando la mejilla del argentino.

Claudio correspondió al beso y sacó una sonrisa- yo mismo.

Después saludó a su "suegro" y se fueron a desayunar a un lugar apartado.

Antonia y Claudio se pusieron en pie para ir a por el pedido mientras los padres se quedaron en la mesa.

Antonia sacó una sonrisa- les caíste bien.
Me levanto para pedir junto con Antonia .

Claudio frunció el ceño- ¿perdón?

Antonia suspiró- que les caíste bien- dijo acariciando su mejilla- podemos llevarlos a la empresa.

Claudio rodó los ojos- puede aparecer mi esposa, incluso mis cuñados.

Antonia negó con la cabeza- nunca están por nuestra empresa, sería algo raro verles.

Claudio la miró, tenía razón, los Ruíz no iban a su empresa, aunque eran socios, seguían manteniendo espacio- está bien- dijo a regañadientes.

Keiko terminó de arreglar su falda y cerró el auto, con una sonrisa caminó hasta el ascensor, donde moría por ver a Claudio y planear todo para el cumpleaños de su cuñada.

-El señor Meyer aún no llega- dijo la señora- pero puede esperar dentro mientras, señorita Keiko- dijo sonriente.

Keiko agradeció con una sonrisa y entró al despacho de su cuñado, miró todo con lentitud, Claudio era un maniático del orden y se reflejaba en su despacho.

Keiko miró su escritorio y le sorprendió la foto que ahí estaba, no era la de hace un par de días, esta vez, Claudio salía con Antonia.

-Este es el despacho de Clau- dijo Antonia entrando sin ver a Keiko- le encanta el orden a mi bebé.

Keiko frunció el ceño y se aclaró la garganta- ¿que está pasando?

Claudio entró y tragó saliva- ellos son mis suegros- dijo rápido- Keiko es una gran amiga.

Carla sacó una sonrisa- ¿china?

Keiko rodó los ojos- japonesa- dijo molesta- ¿puedo hablar contigo Claudio?

Claudio asintió- con permiso- y salieron del despacho para que no les escuchen.

Keiko estampó su mano en la mejilla de Claudio- ¿que te pasa?- preguntó molesta- ¿a qué estás jugando Claudio?

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