Capítulo 38: Japonesa Bebé Y Argentino Bebé.

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- Emilia-dijo Silvia acercándose a su hija- Cami está llorando, ¿puedes ir a verla?

Emilia asintió y dejó el plato de comida en la mesa- ahorita subo.

Subió las escaleras con rapidez para ver a su hija y entró a la habitación sorprendida, no estaba sola, Claudio le cantaba a Camila para que ella durmiera.

Emilia sacó una sonrisa- adora oír a su papá cantar- dijo en voz baja acercándose a ellos.

- Tu mamá me dijo que Cami lloraba- dijo sonriendo mientras miraba a su hija- ya extrañaba a la más tranquila de nuestros hijos.

- Si tus hijos te oyen verás- dijo divertida- mi mamá quiere vernos juntos, desde siempre.

- Tu mamá si que sabe- dijo mirándole- Emilia se sonrojó.

Emilia sacó una sonrisa y besó la mejilla de su madre- ¿qué te pasa?

- Me cayó muy bien ese muchacho- dijo feliz- Enrique sabes que nunca me cayó bien, este muchacho es distinto- cogió su mano- además, esas miradas son únicas.

- Tengo miedo de salir lastimada- se sinceró Emilia- sufrí mucho con Enrique, no quiero pasar lo mismo.

Silvia negó- Claudio no es Enrique hija, además, estas cosas te hacen madurar, crecer- dijo con una sonrisa- debes darte una oportunidad, no te quedes con la duda de saber qué futuro tendrán.

- Yo pienso un futuro lleno de hijos con él- dijo riendo.

- Verás que sí- dijo Silvia besando su frente- son el uno para el otro.

Emilia acarició la mejilla de su hija pequeña que dormía cómoda en los brazos de su padre, Claudio la acomodó de nuevo en la cama y la arropó- siempre supe lo buen padre que eres- dijo Emilia mirando la escena sonriente.

- Vos sos la mejor madre del mundo- dijo cogiendo su mano- sos maravillosa, sos un ejemplo a seguir y me gusta que nuestros hijos te tengan de referente.

- A ti también te tienen- dijo con una sonrisa- ellos te aman, tus hijas se derriten por su papá y nuestras copias- dijo riendo- son idénticos a ti.

- Cumplimos con nuestro sueño- dijo acercándose más a ella- formamos una familia, una amplia familia.

Emilia asintió- lo conseguimos- sus cuerpos estaban cerca, sus respiraciones agitadas- juntos- y se besaron.

Se unieron en un beso apasionado, cargado de amor, de deseo, Claudio comenzó a subir y bajar sus manos por la espalda de Emilia, mientras la mexicana apretaba su cuerpo al de él, apretando su cuello y sin dejar de besarlo. Se movieron con torpeza y se dejaron caer en uno de los sillones de la habitación, Claudio besó su cuello y comenzó a quitar su ropa- no me digas que pare por favor- dijo con la voz ronca el argentino.

Emilia tragó saliva- cogí peso- dijo rápido- no quiero que pienses que.

Claudio la cayó con un profundo besos- sos igual de hermosa- y le terminó de quitar la ropa, con un deseo superior, Emilia le quitó la ropa y entre besos se unieron en uno solo, se besaron y exploraron sus cuerpos como hace tiempo no lo hacían, estaban dejándose llevar, por su amor, ese amor que seguía.

- Te amo- dijo Emilia cuando llegaron al clímax- te amo mucho.

Claudio sacó una sonrisa y la besó- te amo más que todo.

Álvaro apretó el intercomunicador con ira, había oído todo lo que en la habitación había pasado, era inevitable sentir celos, pero siempre supo en dónde se metía al aceptar a Emilia como novia, ella era sólo de Claudio, ellos se seguían amando. Ahí se dio cuenta, que ellos simplemente serían amigos, no podía condenar a Emilia a estar con él, cuando su corazón pertenecía a otra persona.

Te Daría TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora