Un bonito matrimonio de dos empresarios.
Una empresa en la ruina, un alto cargo, una guerra por el poder.
Cuatro maravillosos hijos, con dos padres maravillosos, pero una traición romperá esa familia.
Un padre con muchos sentimientos de por medio.
U...
Claudio se sentó al lado de Keiko, que estaba leyendo en el jardín- buenos días- dijo avergonzado- ¿podemos hablar Kei?
Keiko cerró el libro y lo miró- ¿qué?- preguntó la japonesa molesta.
Claudio suspiró- lo siento, por lo de anoche- dijo triste- no entiendo por qué reaccioné así- dijo cogiendo su mano- últimamente todo es más pesado y reacciono mal.
- Haces daño Claudio- dijo Keiko seria- entiendo tu presión, y tu descontrol, pero no lo pagues con tus hijos, con tu esposa.
- Lo sé- dijo triste- sé que no debo actuar así, mi familia lo es todo para mi- dijo con una corta sonrisa- dale japo, perdoname.
Keiko sacó una sonrisa- nunca puedo enfadarme contigo boludo- dijo divertida- aprovecha este tiempo con tu familia, disfruta de tus hijos, de Emilia.
Claudio asintió- gracias Kei- dijo besando su mejilla- sos divina, te amo- dijo abrazándola.
- Menos mal que es mi tía Kei- dijo Analia acercándose a ellos- llega a ser una chava cualquiera y le hago entender que sos mío- dijo apretando su puño.
- Sos única hija- dijo Claudio besando la frente de su hija- ¿qué hace esta princesa despierta?
- No tenía sueño- dijo la pequeña frotando sus ojos- tía Kei, ¿me enseñas a preparar la tarta tan rica japonesa?
Keiko cargó a su sobrina y besó su mejilla- vamos a preparar el desayuno juntas.
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Claudio despeinó su pelo y con rabia dejó caer el celular en la silla- la puta madre- dijo molesto, no podía dejar que Kevin se llevara todo lo suyo, no podía dejar que Kevin, le quitara su puesto.
- Papi- dijo Analia con una sonrisa- ¿podemos ir luego a por conchas?- preguntó la pequeña jugando con sus dedos- quiero tener una colección.
Claudio asintió con la cabeza- al rato vamos, sigue ayudando a tu tía Kei.
- Sos el mejor- dijo Analia besando su mano- sos el mejor papi- dijo corriendo mientras se metía a la casa de nuevo.
Emilia se acercó a su esposo y le dio un tierno beso- ¿y esa cara amor?
Claudio suspiró- debo volver a Ciudad de México- dijo molesto- Antonia me informó que están habiendo varios problemas y debo acudir a su ayuda- dijo frustrado- mi hermano volvió.
- No irás, ¿cierto?- preguntó mirando a su esposo.
Claudio rodó los ojos- iré Emilia- dijo serio- no puedo permitir que mi hermano arruine la empresa debes entenderlo- dijo molesto- tenés que apoyarme.
Emilia no dijo nada y se metió de nuevo a la casa, estaba enfadada por el comportamiento de su esposo, por una parte entendía su desesperación, pero por otro lado sabía que la empresa le iba a traer problemas en su matrimonio, y tal vez, serían demasiados.
