Narra Sam
Fue un día realmente largo y duro. Sobre todo porque después de ese mensaje de texto Lenna no se había vuelto a comunicar conmigo. También le envié mensajes y la llamé, pero no contestaba a nada. Quería pensar que necesitaba tiempo a solas con Zachary y que por esa razón se veía obligada a mantenerme alejado.
Durante el día me debatí entre ir hasta el apartamento o seguir esperando un poco más. Yo no quería que Lenna se sintiera asfixiada o presionada a darme explicaciones, pero a la vez necesitaba ir y asegurarme de que las cosas iban bien. Era todo muy confuso. Comprendía por un lado su reacción, pero por el otro me parecía algo no sé... que no podría venir de Lenna. Sin embargo, aquel día me resistí a ir al departamento. Intenté quedarme tranquilo, pero jurando que si no recibía novedades en las próximas horas, al día siguiente iría a buscarla yo mismo.
Y así fue. La tarde siguiente decidí ir al apartamento.
Toqué el timbre hasta que Zachary apareció detrás de la puerta. Me observó agobiado, nada contento de verme, por supuesto.
— ¿Qué mierda quieres aquí?— cuestionó.
—Entiendo todo eso de que me odias, pero quiero hablar unos segundos con Lenna. ¿La puedes llamar?— pedí con tranquilidad. Yo no quería pelear.
Zac achinó los ojos y noté la confusión en su rostro.
—Espera, ¿mi hermana no está contigo?— preguntó y yo quedé más desconcertado aún.
— ¿Qué? No, no está conmigo— respondí. —No juegues conmigo Zac, déjame verla, solo quiero hablar con ella— exigí otra vez, creyendo que quizás estaba inventando un escudo para alejarme de ella.
—No estoy jugando, idiota. Lenna se fue contigo, discutimos y luego salió corriendo detrás de ti.
—Imposible, no, ni si quiera la escuche, es más, no volví a verla después de que me fui de aquí— conté. Diablos. Ya no podía evitar asustarme. ¿Dónde se podría haber metido Lenna? Un largo escalofríos recorrió mi espalda, mis puños se apretaron y el corazón aceleró su ritmo. Odiaba pensar lo peor, pero demonios, algo había ocurrido con ella y no tenía idea de nada. — ¡Se suponía que estaba aquí!— murmuré exaltado. — ¿Cómo puede ser que no esté? ¿Por qué no se quedó aquí?— mis preguntas eran algo incoherentes pero la desesperación comenzaba a afectarme.
— ¡Se suponía que estaba contigo!— Zac habló y yo bajé la mirada. —Se fue corriendo detrás de ti ¿Qué iba a hacer? ¡Estaba enojado!— se justificó.
—Retenerla aquí. Eso era lo que tenías que hacer.
—Te recuerdo que corrió detrás de ti. No quiso quedarse. ¿Crees que la iba a obligar o algo así?
—Tenemos que hacer algo. Tenemos que hacer algo— repetí desviando la discusión hacia un lado más productivo. Lenna no estaba y discutiendo no íbamos a encontrarla. —Hay que ir de sus amigas, de sus amigos, buscarla ahí— indiqué como primera solución.
—Ella no tiene demasiados amigos.
—Ya lo sé. Pero esta Melody, Kendall, también está Craig, y... tenemos que hablar con ellos. Ahora mismo— en aquel momento olvidamos la pelea y todo lo que había ocurrido entre nosotros. Simplemente nos pusimos de acuerdo para encontrarla, juntos.
Pero a medida que íbamos descartando posibilidades toda mi integridad entraba en pánico. Ella no estaba en ningún lado. Hablamos con su mejor amiga y no tenía idea, además de que hacía semanas no se veían. Kendall igual. Interceptamos a Craig quién negó tener algo que ver con lo que estaba ocurriendo. Y a decir verdad le creí, puedo darme cuenta cuando una persona es sincera. Solo quedaba una opción y no quería ni pensarlo. Era imposible que Víctor hubiera actuado, estaba en la cárcel, encerrado e incomunicado.

ESTÁS LEYENDO
My wonderwall.
ActionLa inocente y dulce Lenna, logra escapar de las garras de su padrastro tras seis meses de encierro y privada de su libertad. Golpeada y herida, consigue llegar por sus propios medios hasta el departamento de su hermano mayor, con quién hace tiempo h...