«Herencia»

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Mustang estaba de los nervios, zapateaba ligeramente el piso mientras esperaba a que el guardia le trajese a su niña, debía estar asustada de hecho ella también lo estuvo la primera vez que la encarcelaron, de cualquier modo necesitaba ver a su pequeña Jolyne y asegurarse de que estuviera bien, debía brindarle alguna palabra de apoyo con tal de hacerla sentir mejor incluso cuando lo único que quería hacer era regañarla por haberse metido con ese imbécil que la hizo meterse en todo este lio, pero lo que más quería hacer era abrazarla con todas sus fuerzas.

Cuando el guardia finalmente apareció con su hija prácticamente se abalanzo para abrazarla con firmeza siendo que a Jolyne le hubiera gustado devolver el abrazo pero sus manos estaban encadenadas con las esposas, aun así agradecía que su madre diese el primer paso ya que deseaba abrazarla más que nada.

Una vez se separaron la observo con detenimiento, su cabello estaba hecho un desastre siendo que su ropa estaba desaliñada y sin estilo alguno, usaba un vestido color cielo de mangas cortas probablemente fue lo primero que encontró.

Aun así cuando Jolyne quería llorar y aferrarse a su mamá se aguanto las ganas porque había cosas más importantes de las que hablar en lugar de estar lamentándose.

—¿Te han estado tratando bien? —Pregunto finalmente T/N con las manos sobre las de su hija quien asintió. —Sé que debes estar asustada, yo lo estuve cuando me encarcelaron también pero estoy aquí y haré todo lo necesario para sacarte de este sitio.

—Mamá —Murmuro la joven de peinado de bollos odango mientras observaba a su madre. —Te quiero.

T/N sonrió apretando la mano de su hija para brindarle fuerzas.

—Cobraré unos favores que me deben y te sacare de aquí lo antes posible —Aclaro Mustang intentando tranquilizar a su hija en lo que esta asentía, luego separo sus manos y se desabrocho el collar que había pasado de generación en generación en su familia poniéndose de pie para poder colocárselo a su hija como su madre había hecho en su tiempo. —Con esto no estarás sola, tu abuela y yo estaremos contigo siempre así como mi abuela y mi madre lo estuvieron conmigo.

Jolyne observo a su madre quien le dedicaba una sonrisa tranquilizadora, de esas sonrisas que causan que hasta en medio de una catástrofe tu corazón se mantuviese tranquilo.

—Gracias —Agradeció la joven mirando la joya que colgaba de su cuello —Lo atesorare.

—Otra cosa —Añadiste rebuscando en tu bolso recogiendo un pendiente que había en este cuyo color dorado te hizo sonreír levemente. —Tu padre me pidió que te entregase esto.

Jolyne te observo con desconcierto a lo que no hiciste más que encogerte de hombros dando una ultima caricia a sus manos antes de que el guardia gritara que el tiempo se acababa.

—Escucha Jojo, si alguien te golpea tu golpéalo el doble, cuida de ti misma ¿sí? —Le dijiste antes de ver como el guardia se la llevaba de vuelta a su celda siendo que la viste desaparecer entre los pasillos una ultima vez antes de agachar la cabeza cubriéndote el rostro con ambas manos mientras salías de ahí.

—¿Se encuentra bien? —Pregunto una voz masculina calmada a lo que te descubrías el rostro y veías como quien parecía ser el cura de la prisión te observaba con preocupación.

—Sí, solo estoy preocupada —Respondiste sonriendo levemente.

—Algunas veces el hablar nos libera en cierta forma, ¿es usted religiosa? —El hombre siguió preguntando.

—No realmente, hace mucho que deje de serlo. —Explicaste con un deje de cansancio en el tono de tu voz. —¿Cuál es su nombre?

—Soy el padre Enrico Pucci —Respondió aquel hombre de tez morena mientras comenzaba a caminar a lo que empezaste a seguirle. —¿Usted?

—T/N Mustang —Respondiste tranquilamente.

...

Costaba difícil de creer para el clérigo que aquella mujer que se mostraba tan vulnerable en el sofá durmiendo plácidamente era la misma que había asesinado a su amigo, Pucci saco su stand mirándole con cierto rencor acumulado en su interior especialmente porque estaba frente a la razón de la caída de aquel ser tan divino que era DIO, retiro el disco de su memoria principalmente porque necesitaba sus recuerdos respecto a el ya fallecido vampiro, ella había estado con él en sus últimos días.

Cuando iba a sacar el disco de twisted sister se detuvo, aquel stand que Dio le había obsequiado con tal de volverla su inquisidora, Pucci no se vio con el derecho de arrebatárselo por mucho que quisiera dejarla en el peor estado posible como venganza por haber asesinado a Dio.

—No puedo quitarte algo que él te dio, solo él podría. —Murmuro apartando sus manos de ti siendo que aun seguías inconsciente producto de aquella droga que había puesto en el té que te bebiste mientras hablaban.

Decidió llevarse el cuerpo de aquel lugar mientras seguías inconsciente, dejando este por ahí en el océano ya que el no sería quien terminase con tu vida, porque creía que esta le pertenecía a Dio y como este ultimo no se encontraba el mismo océano se encargaría de acabar con la existencia de quien alguna vez fue T/N Mustang.

Con lo que Pucci no contaba es que ibas camino a una reunión con cierto personaje, el cual al ver como no llegabas a la hora acordada se vio obligado a utilizar aquella pluma plateada que en su momento le habías entregado y por medio de la cual mantenían el contacto.

Twisted sister "wings" tenía la habilidad de trasladar a su usuario donde le estuvieran llamando, por esa razón es que apareciste frente a Giorno empapada de pies a cabeza y sin recuerdo alguno sobre nada.

...

Tras una serie de acontecimientos Jolyne solicito realizar una llamada puesto que no te habías aparecido en los últimos días razón más que suficiente para la joven para preocuparse por su madre, el teléfono no conectaba la llamada.

—Hey, Cujoh tienes visita.

La mencionada se apresuró al pabellón de visitas esperando encontrarse con su madre nuevamente y ser envuelta por sus acogedores brazos aunque en su lugar se topo con una figura que era ligeramente familiar pero a su vez desconocida, usando una larga chaqueta azul oscura y unos pantalones con estampado de serpiente Jolyne reconoció a su padre después de varios años.

Le observo recelosa ya que no lo había visto en un buen tiempo y realmente el verlo en ese instante la confundía ¿Qué hacía aquí? ¿Qué quería?

—Jolyne —Le hablo más la joven no hizo más que mantener la distancia.

—¿Qué quieres? —Respondió mirándole en silencio con cierto recelo.

Jotaro iba a ser claro y conciso hasta que vio el zafiro colgando del cuello de su hija que no se acercaba ni un centímetro, reconoció aquella alhaja ya que la había visto por años colgada en el cuello de su ahora exesposa.

«¿Sabías Jotaro? Cuando este collar se pasa en mi familia significa que el antiguo dueño fallecerá pronto» El hombre de cuarenta y tantos años observo la joya mientras se sentaba en silencio.

«Entonces, no la entregues nunca.»

Jolyne observo como su padre bajaba la visera de su gorra en silencio sin pronunciar palabra alguna, con cierta curiosidad se le acercó, pero solo hubo silencio entre ambos.

Para Jotaro solo había una conclusión, T/N Mustang había fallecido.

Las circunstancias de la familia Kujo →「Jotaro Kujo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora