«Pelea y pesadilla»

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Cuando Jotaro volvió a casa, dos meses después del cumpleaños de Jolyne en lugar de ser recibido por un cálido saludo de su esposa esta salió de la cocina con una rapidez asombrosa y le dio un puñetazo en la cara, se podía percibir la rabia pura que contenían sus ojos estos estaban llorosos y sus mejillas rojas, Jotaro comprendió que su esposa estaba furiosa.

Le iba a lanzar otro puñetazo que alcanzo a bloquear gracias a su stand pero en lugar de recibir el puñetazo las agiles piernas de su esposa le propinaron una patada en el estomago a lo que no pudo evitar caer sobre sus rodillas sintiendo como le faltaba el aire.

Mustang era temperamental, lo sabía desde el momento en que la conoció y también lo era el por lo que cuando el puño de star platinum se dirigió a su estomago twisted sister estaba listo para bloquearlo.

—¡¿Qué demonios te pasa mujer?! —Exclamo Jotaro poniéndose de pie, ya cabreado de la situación mientras se acomodaba su gorra siendo que la mujer frente a el parecía una fiera enfurecida, creyó por un momento que era obra de un stand enemigo hasta que ella comenzó a hablar.

—¡Te esperó toda la noche! ¡TODA LA MALDITA NOCHE! ¡SE DESVELO! ¡AGUANTO LAS GANAS DE LLORAR! ¡Ni siquiera te dignaste en llamar o aparecerte! ¡Maldito bastardo! —Exclamaste para luego volver a lanzarte encima suyo como un felino, quitándole la gorra y lanzándola lejos de la habitación.

Jotaro le sostuvo de las muñecas mirándole con el ceño fruncido bastante irritado, ella por el contrario ni se inmuto mientras apretaba los dientes.

—Tenía trabajo que hacer, era importante. —Se excuso siendo que tu furia fue descendiendo a un lado más profundo, más oscuro e incluso cruel.

—Siempre dices eso, yo deje de creerte pero Jolyne aun lo hace —Murmuraste alzando la mirada. —No recordaba que te habías casado con tu trabajo y tenido hijos con él.

—T/N no empieces.

—Siempre estas pendiente de tu trabajo, Jolyne no sabría que eres su padre si no fuera por las fotografías —Soltaste con expresión sería mirándole fijamente a los ojos.

—Pues también lo siento por ella, tiene una madre exagerada y salvaje. —Respondió el pelinegro cruzándose de brazos.

—Tú me escogiste como esposa, nadie te obligo. —Le dijiste apretando los labios.

—Pues créeme, me arrepiento de eso. —Replico Jotaro a lo que abriste los ojos de sorpresa sintiendo las lágrimas aglomerarse.

—¡Pues créeme tu a mi cuando te digo esto! ¡Dio y Kakyoin hubieran sido mejores padres y esposos de lo que tú nunca serás! —Y tras escupir eso te giraste sobre tus talones subiendo a tu habitación que compartías con Jotaro.

Ambos sumamente heridos con las palabras del otro.

Agradeciste que Jolyne estaba con Suzie y Joseph en un paseo por el zoológico de central park.

Esa noche Jotaro decidió dormir en el sofá mientras veía en la televisión cualquier cosa que estuvieran emitiendo a esa hora, sintiendo las palabras de su esposa resonar por su cabeza provocando un sinnúmero de sentimientos en su interior los más predominantes eran rabia y culpa pero decidió que en lugar de pensar en ello lo mejor sería dormir aun cuando las palabras del viejo Joseph Joestar rondaban su cabeza: "nunca se vayan a dormir peleados"

Decidió ignorarlas ¿Qué era lo peor que podía pasar?

—¿Aceptas tomar a T/N Mustang como tu esposa, para amar y respetar por el resto de sus días?

La pregunta se escuchaba con eco, no lograba ver demasiado bien de hecho pero en sus labios formulo una respuesta.

—Acepto. —Debido a la distancia no reconocía aquella voz que creyó se trataba de la suya.

Las circunstancias de la familia Kujo →「Jotaro Kujo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora