ARCOIRIS SANGRIENTO

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Ya íbamos de camino a la mansión Sangrienta, ambos estábamos en silencio, pero era uno bastante cómodo.

La reunión general empezaba a la 7:00 p.m. así que teníamos tiempo.

La mansión quedaba un poco alejada del pueblo, por lo que usualmente nos demorábamos alrededor de media hora en llegar.

Lo que me gustaba de Anson era que, al ser aproximadamente 2,500 habitantes, casi no había tráfico.

El sueño de todos.

La mansión tiene variedad de lugares para divertirse. Hay un inmenso bar, unos bolos, varias mesas de billar, 200 habitaciones para mayor privacidad, 100 salas de tortura, más de 90 baños, 70 salas para reuniones de negocios, una cocina inmensa con una pequeña cafetería y el gran salón en donde hacemos las reuniones generales. Además del estacionamiento con capacidad de más de 500 autos.

Parece un centro comercial.

Fácil podría serlo.

Serge detiene el auto en frente de la entrada, dos rejas con decorados finos y elegantes se extienden en frente de nosotros. Unos muros de ladrillos con colores grises rodeaban la mansión.

Pasan unos segundos para que las rejas se abran dándonos paso.

Recorremos un camino de algunos 50 metros más o menos, alrededor hay muchos árboles y arbustos junto a un césped de un verde muy intenso. Llegamos a la entrada en donde nos espera un chico pelinegro con unos ojos azules brillantes, llevaba un traje formal. Se veía unos años mayor que nosotros.

Que guapo.

A ti todos te parecen atractivos.

No es cierto, el que vimos en el camino no me pareció guapo.

Era un anciano.

Pero no me pareció guapo, que es lo que cuenta.

Tienes un problema y grave.

Si ya sé, pero no creo que pueda deshacerme de ti.

Que graciosa.

Nos saluda cordialmente dándonos la bienvenida, bajamos y Serge le entrega las llaves del auto al chico para que lo lleve a estacionar. Le damos las gracias y caminamos hasta la entrada, las puertas se abren para nosotros, son de madera con pequeñas partes empedernidas de oro le dan un porte lujoso y elegante.

Todo en este lugar es lujoso y elegante.

Nos adentramos caminando lentamente, siempre me sorprende la suntuosidad de la mansión. Hay cuadros por todos lados, la mayoría son retratos de líderes arcogrientos, algunos de ellos fueron los más peligrosos en los últimos 100 años.

Y por supuesto los dos cuadros que más llaman la atención por su tamaño y por los marcos empedernidos en oro completamente, al igual que la pequeña placa con sus nombres, fecha de nacimiento y muerte.

Son retratos de nuestros fundadores por así decirlo.

Aron Pettersson y Luis Strömberg. El primero descubrió que su mejor amigo se comportaba igual que él y que también le complacía terminar con el último rastro de vida en las personas.

En 1920 les era complicado complacer su necesidad de asesinar con las personas que se encontraban.

Ahí decidieron asesinar a personas malas, como violadores, pedófilos, etc.

Sabían que no eran los únicos que habían nacido entre las 3 y 4 de la madrugada. Y que un arcoíris con tonos rojos, a lo que nosotros llamamos un arcoíris sangriento, estuviera en su máximo esplendor en nuestro nacimiento.