ARCOIRIS SANGRIENTO

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Antes de ir a nuestra primera clase pasamos por los casilleros y cada uno toma las cosas que necesita. Estaríamos en la mayoría de clases juntos, solo en unas cuantas nos separaríamos.

Primera clase: Matemática.

Pongo mala cara.

La emoción es muy visible.

Odio esa materia.

Pero si es muy fácil.

¿Y tú cómo sabes eso? Eres una conciencia ¿Recuerdas?

Claro que lo recuerdo. Lo digo porque antes me tocó ser la conciencia de Pitágoras.

... ¿Estás hablando en serio?

¡Pero claro! ¿Quién crees que le ayudó a pensar el teorema de Pitágoras?

No me lo puedo creer. Y yo que pensaba que eras inútil.

Vaya, gracias querida humana.

Sacudo la cabeza, creo que cada vez estoy peor. ¿Acabo de tener una conversación con mi conciencia?

Sí.

No ayudas.

Lo sé. Tampoco es como que fuera mi intención hacerlo.

!*!*!*!*(...)*!*!*!*!

Estaba muy aburrida en la cuarta clase y justo recordé que mañana era martes lo que significaba que tendría que ir a la mansión Sangrienta. Era la reunión general que prácticamente solo cenamos mientras convivimos y escuchamos lo que los líderes tienen que decirnos.

Al menos me sentaré con mi flok, significa rebaño en sueco, los cuales son pequeños grupos de menos de una docena de integrantes.

Estamos en este país porque los líderes originales eran suecos y al no ser tan aceptados en Suecia decidieron mudarse a Estados Unidos para mantener el secreto.

Se puede decir que éramos una comunidad, pero no todos vivíamos juntos pues, aunque hay una pequeña ciudad en donde está la mansión solo pueden vivir allí adultos mayores y líderes importantes que así lo prefieran.

Además, que no podían ser parte de nosotros personas menores de 15 años, a ellos solo los mantenían vigilados porque son parte de la comunidad, pero no son lo suficientemente maduros para manejar el tipo de trabajos que nos asignan.

Trabajos que como es lo más obvio, eran de asesinato. Pues somos algo así como justicieros porque dado nuestro gran gusto de asesinar, lo usábamos para eliminar amenazas para las personas inocentes.

Es decir que asesinábamos a violadores, criminales, pedófilos, asesinos en serie y ese tipo de personas. Este país estaba lleno de esas personas.

Un poco contradictorio ¿No?

Algunas veces nos pagan por eso, no por nada todos tenemos buenas cosas. Incluso yo tengo una cuenta de banco con bastante dinero, solo que me gusta más pasar desapercibida para no llamar la atención.

Y pensándolo bien, me gustan mucho esos trabajos pues me deshago de mi tensión con bastante facilidad, es casi como una necesidad. Mi parte favorita de esos trabajos es que nos dejan torturar cuanto queramos a nuestras víctimas.

En otras palabras, el trabajo perfecto para ustedes.

No podía creer que esa maestra fuera tan aburrida. Habíamos decidido sentarnos en los últimos asientos de las primeras filas uno a la par del otro.

Mientras él ponía atención, que más creo estaba mirando los senos de la soporífera profesora, yo trabajaba en un dibujo de una calavera con algunas flores alrededor.