Hay una cosa que nunca mencioné en todo esto, y eso es la propia existencia de este diario, la razón por la que estoy escribiendo estas memorias, mis experiencias y vivencias desde que conocí a Apaya; y supongo que ha llegado la hora de hacerlo antes de que las páginas se acaben.
En cuanto recuperé la conciencia tras el golpe que recibí cerca de la entrada al desierto, lo primero que vi fue el cielo, después extrañas montañas que jamás había visto en mí nueva vida, y luego a Apaya, la cual me miraba muy preocupada. Después lentamente comencé a recordar todo lo ocurrido, cada detalle de la pelea, cada expresión, mi despedida.
Luego de un rato, me enteré de que desperté un día después de la batalla del cañón de Gerudo, pero no reconocía a nadie, no recordaba nada, ni siquiera mi nombre; había vuelto a perder mi memoria. Pero yo no me percaté de todo eso, hasta que recuperé todo al despertar en aquellas montañas desconocidas; dos semanas después.
Aquello fue muy extraño, el hecho de haber recuperado mis recuerdos solo hasta que desperté del santuario de la vida, y no de antes; incluso hoy en día no entiendo la razón, pero lo agradezco, se lo agradezco a la diosa por haberme podido dejar recordar quien era ahora; permitirme seguir siendo yo.
Al recuperarme, todos me dijeron un montón de cosas, llenos se sentimientos variados; pero yo me abrumé por el gran numero de emociones, al final decidí salir del campamento y sentarme cerca de un barranco para ver la puesta del sol; tratar de entender el por qué no reconocía el lugar en el que estábamos. La montaña tenía bastante vegetación, hacia abajo del barranco parecía que comenzaba un extraño desierto, y al horizonte, un poco a la izquierda, parecía haber una tormenta de arena.
Después de un rato, escuché unas pisadas detrás de mí; yo me giré y ahí vi a Apaya. Estaba sonriéndome de forma muy dulce, tanto que no pude evitar sonreír yo también; su sonrisa era muy contagiosa, al verla, me sentía genuinamente feliz.
Ella se sentó a mi lado y me dio un cálido abrazo, seguido de un beso largo, uno que de verdad no quería romper, pero que al final tuve que, ya que nos faltó aire. Entonces la vi de nuevo, se veía cansada pero feliz.
—Sabía que... que volverías. —me dijo muy llena de alegría, aunque con la voz algo entrecortada.
—Perdón si te preocupé, seguro que estuviste cuidándome todo este tiempo.
—No hace falta que te disculpes, con el hecho de que estés de vuelta, estoy más que feliz. —me dijo con los ojos vidriosos.
—Gracias, Apaya. —le dije ya más relajado.
—¿Cómo te sientes?
—Pues... creo que mejor, aunque...
—¿Aunque...? —dijo preocupada.
—Siento... siento que, de no ser por ti, no sé qué sería de mí. —le dije ya más pensativo.
—¡Ay, mi Link...! —me dijo para volver a abrazarme, pero esta vez con más fuerza.
Y así estuvimos un buen rato, hasta que escuché las pisadas de alguien más detrás de mí; al voltear a verlo, me di cuenta de que era Agen, el cual me veía lleno de alegría también.
—Link, tu memoria, me alegra que estés de vuelta; no sabes la falta que nos has hecho. —me dijo para luego extenderme la mano.
Yo estreché su mano con seguridad y después le hablé.
—¿Qué fue lo que pasó, Agen? ¿Dónde estamos? —le dije muy confundido.
Agen pensó por un momento lo que iba a decir y después se sentó al lado de mí, en el lado contrario en el que estaba Apaya, y entonces me habló.
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Nuevos Recuerdos [#1] - Link x Apaya - TLOZ Breath Of The Wild +18
FanficLink ha descubierto el diario de Apaya, en el cual ella confiesa sus sentimientos por él. Todo esto a mitad de su viaje por detener a Ganon. ¿Acaso Link le va a corresponder? En cualquier caso, ¿Que pasa por su cabeza?, ¿Estará transtornado por su...