CAPÍTULO 3

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Eran las 8 de la tarde, y por fin salgo de la universidad y lo veo a él en su moto, se ve espectacularmente  bien.

No puedo creer que se vea tan joven, ¿cuántos años tiene?, la duda me embarga, y necesito saberlo

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No puedo creer que se vea tan joven, ¿cuántos años tiene?, la duda me embarga, y necesito saberlo.

Lleva unos jeans azules y zapatillas blancas una camiseta negra y una cazadora de cuero, esa cazadora me recuerda a la primera noche que nos conocimos.

— ¿Me estas esperando? — Pregunté con el valor que jamás demostré, pero ahora era un mujer distinta, que busca pasarlo bien, con un hombre que sabía lo que hacía.

— Si. Me gusta ser eficaz con mis tratos.

— Eso recién lo hablamos hoy. — trato de sonar casual.

— Y no quiero perder tiempo. Me gusta la idea de volverte a tener en mi cama. Sube.

— Vine en mi coche, te puedo seguir.

— Como quieras, pero de todos modos podemos irnos en mi moto y yo te dejo en tu casa.

— Prefiero ir en mi coche— si esto era solo sexo, quería mantener mi independencia, y eliminar todo tipo de apego que no sea sexual.

Me voy en busca del coche y vuelvo a donde se encuentra él, enciende su moto y yo manejo calmadamente.

Reconozco que estoy nerviosa, la vez anterior que fui a su casa, había bebido, ahora estoy en mis 5 sentidos, sabiendo que me acostare con un profesor de donde estoy estudiando actualmente.

Él se detiene y el conserje de su departamento, que literalmente está en pleno centro de salamanca abre la reja para que yo pueda entrar y estacionarme.

Él me espera, para que podamos subir juntos.

— Te ves impresionada, si no recuerdo mal ya habías venido.

— Si, pero ahora estoy lúcida.

— Esa noche tampoco habías bebido tanto, no suelo cogerme a mujeres borrachas que después no recuerden que pasaron la noche conmigo.

— No estaba borracha, pero tampoco estaba lucida.

Abre la puerta de su departamento, y me ayuda quitándome mi chaqueta, sin más preámbulos besa mi cuello de forma intensa.

Yo me volteo e intento desvestirlo, pero el detiene mis manos.

— Tenemos toda la noche ojitos verdes, no comas ansias...— gimo al sentir su erección rosar sobre mi ropa.

Me carga a su cama y mi mundo se detiene al verlo sin camiseta, no recordaba su cuerpo con tantos detalles, sabía que estaba muy bueno, pero ahora que lo veo, les juro que necesito un maldito balde.

Lo observó babosa y él sonríe arrogante.

— ¿Te gusta lo que ves? — yo asiento — es mi turno de verte.

Dentist Heart- Spin-of Trilogía Imposible. Sin Editar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora