Capítulo 4

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BORRADOR SIN EDITAR. PERDONAR LOS ERRORES.

***

Días después...

Me he levantado con una sola cosa en mente hoy: debo superarlo. Me he pasado tres días abogada en mi miseria y en mis penas, y es hora de decir basta. Quiero volver a ser la Caroline de siempre. Quiero trabajar, salir a caminar, jugar y dejar de llorar.

Mis citas telefónicas con mi terapeuta han dado algo de frutos, Lauren Turner y su melodiosa voz han hecho efectos en mí, me han hecho querer seguir adelante sin mirar el pasado. Ya veré cuanto me dura la motivación.

Ajusto el cinturón negro en mi cintura y aliso la tela perfectamente planchada de mi vestido azul eléctrico. Dejo mis rizos revolotear en mis hombros y me calzo los tacones.

Cuando salgo a la calle respiro el aire fresco del barrio donde vivo. Estoy lista para lo que viene, creo estar preparada.

Estaciono mi auto en el parqueo subterráneo del Holding. La placa que cita secretaria ejecutiva brilla frente a mí y sonrío. Tengo un buen trabajo, uno que amo, una profesión, una vida hermosa, no debo dejarme mancillar por el idiota de Dean. Yo merezco más.

Cuando entro a la empresa soy saludada por todos en el lobby, al subir a presidencia me encuentro a Daya ya sumergida en papeles y notas. Ha de tener mucho trabajo por mi ausencia.

–Buenos días– saludo y ella levanta la cabeza de inmediato.

–Caroline. Que bueno es verte, pero tengo mucho trabajo aquí– sonríe nerviosa y la miro divertida.

–Transfiere la mitad a mi escritorio. Ya estoy de vuelta– me acerco a mi mesa y preparo todo para volver al trabajo. Es momento de seguir llevando el Holding.

Trabajar me conecta conmigo misma. Me encanta tener mucho que hacer, distraerme, llevar cuentas y todo lo que requiere una empresa multinacional. Este puesto lo gané con esfuerzo y dedicación, y es todo lo que soñé. Estudié administración de negocios en la universidad de St. Jhon's en Queens y luego hice un programa de secretariado. Encontrar a Diamond fue el empujón que necesitaba en mi destino laboral. Ella impulsó mi carrera y yo la he llevado al éxito. Cualquier empresa pelearía por tenerme, modestia aparte por supuesto.

Me olvido por instante del mundo mientras pongo todo en orden, Daya es buena, pero se estresa demasiado y eso la hace un poco incompetente.

–Caroline– una voz sorprendida me desconcentra y miro a Ethan con una sonrisa.

–Hola.

–¿Ya estás bien? Diamond dijo que no te sentías muy bien– frunce su adorable ceño.

–Sí, ya lo estoy. Gracias por preguntar– le tiendo una agenda llena de deberes –¿Listo para seguir trabajando?

–Claro. Esto estaba hecho un desastre sin ti– Daya lo mira enojada y él se lleva una mano a la nuca nervioso –Perdón, Daya, pero admitámoslo. Somos un desgaste solos.

–Vaya, me alegra saberlo– le guiño un ojo y en esos instantes entra Diamond con semblante apurado –Buenos días.

–Sí, sí. No tengo tiempo para eso, tengo cosas que hacer y un viaje inminente a Francia– contesta mientras se marcha a su oficina. Alzo las cejas sorprendida. Cuando Diamond Es grosera, es porque la está pasando mal.

Miro a Ethan que observa el lugar por donde se ha ido, confundido.

–Cuando vayan a Paris, por favor llévala a pasear. Lo necesita– le susurro al rubio y él asiente distraído –A trabajar, chico.

Yes, Sir  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora